El duelo es una verdadera crisis existencial que puede servirnos para crecer o para debilitarnos y enfermar, dependiendo de cómo la afrontemos. La Asociación de Acompañamiento ante el Duelo y la Pérdida de Huelva lleva años acompañando a personas en estos procesos según el modelo “humanizar”. Estas jornadas responden a ese deseo de formar en este modo de responder a esta necesidad tan humana.
El Salón San Leandro de la Casa de la Iglesia acogerá el próximo martes, 14 de mayo, las III Jornadas de Acompañamiento en el Duelo y la Pérdida, que organiza el Centro de Escucha San Camilo en Huelva. El acto se iniciará a las 10.00 horas con la bienvenida de Ángela María Ortega, presidenta de la Asociación Acompañamiento al Duelo y las Pérdidas (ADUPE); María Ferrer, directora del Secretariado Diocesano de Pastoral de la Salud; y el padre Emilio Rodríguez, vicario episcopal de la Diócesis de Huelva.
La primera de las ponencias abordará “La dimensión espiritual del duelo”, a cargo de José Carlos Bermejo, director del Centro de Humanización de Madrid, doctor en Teología Pastoral Sanitaria, Máster en Bioética y Máster en Intervención del Duelo. Tras una pausa, a las 12.00 horas, se iniciará una mesa debate sobre “Las distintas caras del duelo”, en la que intervendrán Carlos Eduardo Hernández y Olivia Ibáñez, para hablar de duelo migratorio; Ángela María Ortega, para hacer su aportación sobre el duelo al final de la vida; y Mónica Rossi y Eugenio García, para hablar de duelo y familia. La mesa será moderada por Margarita María Gutiérrez, miembro de la junta directiva de ADUPE.
Ya a las 16.00 horas se procederá a la firma del convenio de colaboración con el Centro de Humanización de la Salud de Madrid y, a las 16.30 horas, el tema a tratar será “El Centro de Escucha: misión y visión”, por Juan Martínez, vicepresidente de ADUPE. Será nuestro obispo, José Vilaplana, el encargado de cerrar la jornada, a partir de las 17.30 horas.
Estas terceras jornadas están dirigidas a voluntarios y profesionales del ámbito pastoral, sanitario y social, relacionados con el acompañamiento a procesos de duelo o pérdida. Son gratuitas y no es necesaria inscripción para poder participar en ellas.
Las fases del duelo
El ser humano necesita de los vínculos para crecer y desarrollarse. Cuando algunos de esos vínculos se rompen, surge un periodo de gran intensidad emocional al que llamamos duelo. Si la pérdida es radical y definitiva, como en el caso de la muerte, todas las dimensiones de la persona se ven afectadas de tal manera que la persona se puede llegar a sentir incapaz de superarlo y/o desarrollar un duelo patológico que requerirá la intervención profesional para su recuperación.
Es una experiencia muy dolorosa y cada individuo tiene una forma personal de vivirlo. Asimismo, existen varios tipos de duelo, por lo cual es complicado hablar de una secuencia de acciones a realizar para asimilar esta experiencia del mejor modo posible, aunque los expertos coinciden en reconocer cinco etapas: la negación, que se caracteriza porque la persona no acepta la realidad, sea de forma consciente o inconsciente; la cólera, ira o culpabilización, porque la tristeza puede llevar a una persona a sufrir esa rabia que lleva a buscar culpables, que a veces puede ser autoculpabilización; la negociación, etapa en la que el dolor lleva a buscar una negociación ficticia, a menudo con una entidad o fuerza divina; la depresión provocada por el impacto de la pérdida, que viene acompañada de una enorme tristeza y una crisis existencial, al darse cuenta de que esa persona desaparece de su vida; y la aceptación, que depende de los recursos de cada uno y que representa la superación del apego personal y la comprensión de un nuevo modo de relación más trascendente.
Las diversas caras del duelo
Pero no sólo hablamos de duelo cuando se trata de la muerte. Existen también las pérdidas relacionales, las pérdidas de capacidades, las pérdidas materiales y las evolutivas, es decir, las sobrevenidas por los cambios propios de ir superando etapas de la vida.
Por eso, el programa de estas jornadas incluye esa mirada para comprender a quienes sufren estas pérdidas que, generalmente, son menos tenidas en cuenta y, por tanto, escasamente acompañadas.
Es el caso del duelo del inmigrante, uno de los fenómenos que más desestabilizan la vida de las personas desde hace siglos y que afecta a unas 42.000 personas en la provincia de Huelva. Porque cada vez más se incluye la posibilidad de emigrar como otro paso más en la vida por los deseos de mejorar en algún ámbito, conocer y experimentar cosas nuevas… y no olvidemos las migraciones por las condiciones de vida violentas u otros conflictos. En cualquier caso, embarcarse en un proyecto que implica dejar atrás familia, amigos, cultura… inevitablemente deriva en un trabajo personal intenso de adaptación y duelo.
El duelo migratorio es un proceso que puede culminar en éxito o en patología, ya que cuestiona los recursos y estrategias de adaptación de cada uno y moviliza emociones ambiguas haciendo que el duelo también lo sea. Puede resultar el más simple de los duelos, pero conlleva una serie de circunstancias que pueden hacer que se complique y trastoque todas las áreas de la vida de una persona.
Otro tipo de pérdida muy común en nuestra sociedad actual es la que está relacionada con el duelo en la familia por razón de rupturas. No sólo se trata de una ruptura sentimental, sino de la pérdida de un proyecto con una alta significación existencial y el consecuente cambio de modo de vida. Además, está la afectación a los hijos, en su diversidad y estado evolutivo, lo que implica la complejidad del acompañamiento a estos procesos.
El modelo “humanizar” en el duelo y la pérdida
Hay muchos modos de intervenir ante el duelo y la pérdida, pero de entre ellos el modelo “humanizar” es el que ofrece el Centro San Camilo de ADUPE-Huelva, y que se fundamente en la técnica del counseling, es decir, una relación de ayuda y acompañamiento en el que el acompañante opera como ayudante del acompañado para que éste encuentre en él los recursos y herramientas propias y necesarias para realizar su propio proceso de duelo adecuadamente, a fin de que éste no se convierta en patológico.
José Carlos Bermejo, experto en este modelo de intervención, abrirá las jornadas hablando sobre la “dimensión espiritual del duelo” desde este modo que desde los Camilos, congregación a la que pertenece, han ido desarrollado.