Con motivo del maravilloso concierto de órgano y clarinete que el pasado sábado día 19 de noviembre se celebró en la S.I. Catedral de Nuestra Señora de la Merced, a cargo de Jesús Ciero (órgano) y Juan Antonio López (clarinete histórico), hemos podido apreciar el resultado de la reciente “puesta a punto” del órgano de la Catedral.
La necesidad de mantener este instrumento musical en perfectas condiciones para su uso litúrgico cotidiano y para los eventuales conciertos, lleva al Cabildo Catedralicio a someter al órgano de la Seo Onubense a periódicas revisiones. Así, Manuel Luengo, maestro organero de notable experiencia, ha repasado y afinado cada uno de sus más de 500 tubos y ha realizado ajustes en el teclado.
Desde la creación de la Diócesis Onubense y la consiguiente designación del Templo del antiguo Convento Mercedario como Catedral, el Cabildo proyectó la construcción de un órgano de tubos que pudiera solemnizar convenientemente la liturgia catedralicia. No fue hasta la gran obra de restauración del Templo, que se efectuó en la década de los 70 del siglo pasado, cuando se pudo llevar a término este empeño.
La construcción del órgano de la catedral de Huelva fue encargada por el Cabildo Catedralicio a la casa vasca Organería Española S.A. en el año 1976. El órgano se ubica en el centro del coro alto. La caja del órgano aprovecha un baldaquino dorado del siglo XVIII de estilo rococó. Los tubos del órgano están fabricados en cobre, madera y estaño. Presenta un teclado de 56 teclas elaboradas en ébano con los sostenidos chapados en hueso. La consola posee además del teclado manual un pedalero en abanico. El órgano, en la consola manual posee cinco registros y medio: Violón 8, Flautado (medio teclado, a partir del Do central) Octava 4, Quincena 2, Zímbala 3H, Regalía 8. El pedalero posee dos registros: Regalía 4 y Subajo 16. Se trata de un instrumento de transmisión eléctrica
El órgano se estrena en la Misa de Pontifical del día de la Inmaculada de 1977. Era la primera vez en diez años que se celebraba la Misa de la Inmaculada en la Catedral, debido a las obras de restauración tras el terremoto de 1969. En la homilía don Rafael González Moralejo, tercer Obispo de Huelva, hacía referencia al estreno del órgano con estas palabras: «(…) providencialmente hemos podido escuchar por vez primera la deliciosa armonía y el conjunto sonoro de ese órgano, sencillo, elegante, bien timbrado, que acompaña las voces del coro.»
La Iglesia considera al órgano de tubos como el instrumento musical más característico del culto católico, dotado de “alma”. Es por ello, que el Magisterio Supremo de la Iglesia se ha referido a él y a su uso litúrgico en múltiples ocasiones. Sin ir más lejos, el Concilio Vaticano II en la Constitución sobre la Sagrada Liturgia nos dice sobre el papel del órgano en las celebraciones: “Téngase en gran estima en la Iglesia latina el órgano de tubos, como instrumento musical tradicional, cuyo sonido puede aportar un esplendor notable a las ceremonias eclesiásticas y levantar poderosamente las almas hacia Dios y hacia las realidades celestiales.” (Sacrosanctum Concilium 120)
El uso fundamental del órgano en los templos se circunscribe a la litúrgica, pero no se agota en ella. La Iglesia permite en los lugares de culto la celebración de conciertos, siempre que el repertorio sea acorde con la dignidad y el decoro del espacio sagrado, y se haya obtenido la pertinente autorización por parte del ordinario.
Con el mantenimiento del órgano de tubos, la realización de actividades culturales y conciertos, el Cabildo Catedralicio en el ejercicio de sus funciones y con la colaboración de otros organismos diocesanos como el Secretariado de Música Sacra bajo la dirección de Sergio Lazo, trata de poner en valor el patrimonio artístico y cultural de nuestra Catedral.
Francisco José Feria Reviriego
Canónigo conservador del Patrimonio cultural de la Catedral