“Pidamos con fe imitar fielmente los ejemplos de la Sagrada Familia”
En medio de la Navidad, la Iglesia celebra la fiesta de la Sagrada Familia. El hecho de que Jesús vivió en una verdadera familia, es una expresión concreta de la Encarnación y de la humanidad de Dios. La fiesta litúrgica de la Sagrada Familia fue establecida por el Papa León XIII para ofrecer a las familias cristianas un modelo evangélico de vida.
La fiesta de la Sagrada Familia, nos lleva con el pensamiento a la casa de Jesús, de María y de José. La liturgia nos hace recorrer una línea no sólo geográfica, sino también espiritual, que va desde Belén, lugar del nacimiento del Niño, hasta Jerusalén, lugar de su oblación a Dios, y desde Egipto, lugar del refugio de la primera persecución, hasta Nazaret en Galilea, patria de María. Allí se establece esa familia de artesanos, compuesta por José, carpintero, María, ama de casa; y Jesús, al que le quedará el sobrenombre de “hijo del carpintero” (cf. Mt 13, 55; Mc 6, 3).
Nos narra Mateo en el evangelio (Mt 2,13-15.19-23) las dificultades de la familia de Nazaret que nos llevan a las vicisitudes que, con frecuencia, nos encontramos hoy en día.
La familia es una institución que tiene su fundamento en la ley natural. Tiene el derecho a adquirir los bienes económicos necesarios para su mantenimiento y el Estado, en lo que atañe al matrimonio y a la educación de los hijos, debe desempeñar una función de apoyo. El papa León XIII en 1891, que tenía presente de forma especial a la masa obrera, cuyas familias son las más necesitadas de tutela y de apoyo, reivindicaba para los trabajadores un salario justo que les permitiera vivir decorosamente y proveer también un ahorro razonable.
Esto a día de hoy, es un mensaje actual y una reivindicación necesaria, que la Iglesia no puede menos que repetir también ahora, exhortando a todos a esforzarse especialmente por solucionar el problema de los salarios, de la seguridad del trabajo, de las jornadas interminables y de la vivienda para que las familias puedan desempeñar dignamente su papel.
En esa línea los matrimonios cristianos, no solo debemos mirar el bienestar de los nuestros, sino que también debemos dirigir nuestra mirada a esas familias que actualmente huyen de sus países buscando “el Egipto de hoy”, Europa. Verlos como a San José, que buscó la salvación de su hijo y el bienestar de su familia. Muchos de ellos huyen de mafias, guerras, hambrunas. Por ello, en este hermoso día que León XIII quiso destacar en nuestro calendario litúrgico debemos poner de manera especial nuestros ojos en vigilar y velar el bien de nuestras familias y el de aquellas que no tienen recursos.
En las oraciones de este día, pidamos con fe “imitar fielmente los ejemplos de la Sagrada Familia” e “imitar sus virtudes domésticas”.
Juan Miguel Jiménez Bocanegra y Rocío Padilla Díaz de la Serna,
Delegados diocesanos para la Familia y Vida
Fuente:
https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/angelus/1990/documents/hf_jp-ii_ang_19901230.html
https://www.vatican.va/content/leo-xiii/es/encyclicals/documents/hf_l-xiii_enc_15051891_rerum-novarum.html