Santiago Gómez Sierra, obispo de Huelva, ha presidido en la mañana de este sábado 8 de abril, Sábado Santo, el rezo del Oficio de Lecturas y Laudes de la Sepultura del Señor, un momento de especial recogimiento en el que se contempla el Cuerpo muerto de Jesús y su descenso al lugar de los muertos en espera de su resurrección y en el silencio de quienes esperan el triunfo de la vida: Oh dolientes de la tierra, verted aquí vuestras lágrimas; en la gloria de este cuerpo serán bañadas.
Entre los textos litúrgicos leídos en el Oficio de Lectura de esta mañana se encuentra una antigua homilía antigua sobre el grande y santo Sábado de la Sepultura del Señor en el que se describe como Cristo desciende al abismo para buscar a nuestro primer padre, Adán, “como si fuera la oveja perdida” y con el que mantiene un hermoso diálogo: «Despierta, tú que duermes, levántate de
entre los muertos y Cristo será tu luz… Levántate, salgamos de aquí. El enemigo te sacó del paraíso; yo te coloco no ya en el paraíso, sino en el trono celestial.»
Por error ha sido definido como un día alitúrgico, pues en él no está permitida la celebración de la Eucaristía. Si bien es cierto que no se celebra la Eucaristía, no existen los días alitúrgicos, pues la celebración de la Liturgia de las Horas del Sábado Santo es una expresión más de la litúrgica de la Iglesia.
La Iglesia ayuna el Sábado Santo de la Eucaristía siguiendo una antiquísima tradición que llevaba a la Iglesia a un prolongado ayuno durante todo el sábado porque “el Esposo le ha sido arrebatado”. Este ayuno concluye con la celebración de la Vigilia Pascual que, en la Catedral, tendrá lugar esta noche a partir de las 23.00 h.