El Santísimo Cristo del Amor protagoniza el cartel del Corpus Christi 2023 con motivo del LXXV aniversario fundacional de la Hermandad de la Sagrada Cena de Huelva. Su portentosa efigie aparece representada en posición frontal, está revestido con túnica y manto blanco ondeando al viento y se representa en actitud de bendecir. Es el propio Jesucristo el que aparece representado como Hostia viva, manifestación tangible de la presencia y el amor divino en el mundo.
La Hostia Consagrada en la Eucaristía no sólo representa el cuerpo y la sangre de Cristo, sino que se convierte en ellos de manera real y sustancial, y es memorial de la naturaleza sacrificial de Jesús. Además, en esta escena Jesucristo aparece representado como creador y rey del universo, la Palabra encarnada que ordena el cosmos.
El cartel está realizado mediante una pintura digital en la que la Imagen Cristo se convierte en epicentro a partir del cual irradian una serie de motivos simbólicos y alegóricos, que, enmarcando a Jesús, son el resultado de un meditado estudio.
En la Última Cena, Jesucristo tomó el pan y el vino y los ofreció a sus discípulos como su cuerpo y su sangre, que serían entregados por la salvación de la humanidad. Desde entonces, la Eucaristía se ha constituido como una forma de unión con Jesús, ya que los fieles reciben su cuerpo y su sangre, uniéndose al mismo Cristo y uniéndose entre sí.
Acogiendo a la figura de Jesús aparece representada María Santísima como primer Sagrario. La fisonomía de la figura de María plasmada en el cartel, nos evoca a la Virgen de la Cinta. María es considerada un modelo de devoción eucarística, al ser la primera en recibir a Cristo en su cuerpo y convertirse así en arca de la Nueva Alianza. Por eso, la devoción a María y a la Eucaristía se complementan mutuamente. En cierto modo adorar a Cristo presente en la Eucaristía es a adorar a Cristo en María. Ella es modelo de fe, y su ejemplo nos invita a acoger a Cristo en la Eucaristía con el mismo amor incondicional que ella lo recibió en su vida.
De esta manera, se ha querido representar una especie de ensoñación que evoque la festividad del Corpus Christi, en la que se celebra la presencia de Cristo en la Eucaristía y su amor divino en nuestras vidas.