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Solemnidad de la Santísima Trinidad – Ciclo B

Publicado:
22 mayo, 2024
Mt 28, 16-20. "Bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo". | Imagen: "La Trinidad". El Greco (1577 - 1579). Museo Nacional del Prado, Madrid.

DIOS TIENE QUE VER CON LO COMÚN

En este día de la Trinidad, donde celebramos la grandeza de un Dios UNIDAD en la DIVERSIDAD, necesitamos la luz del Espíritu para ahondar en verdad lo que supone seguir a ESTE DIOS.

No debemos desanimarnos, si vacilamos como los discípulos ante tan grande y comprometida llamada: “Algunos vacilaban… Acercándose a ellos, Jesús les dijo: Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.

El evangelio del día usa la fórmula trinitaria como fórmula bautismal de salvación. Hacer discípulos y bautizar no puede quedar en un rito, en un papel, en una ceremonia de compromiso. Es Jesús el que “envía” a los apóstoles, a anunciar un mensaje decisivo. Consideremos que el bautismo en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo significa que ser discípulos de Jesús es una llamada para entrar en el misterio amoroso de Dios. Un misterio que sólo desde la experiencia del corazón podemos adentrarnos en él. “Él os lo enseñará todo” y esta sabiduría se adquiere en la relación constante y diaria “Con quien sabemos nos ama”, como nos dice Teresa de Jesús.  

Hacer discípulos no es simplemente enseñar una doctrina, sino hacer que los hombres encuentren la razón de su existencia en el Dios trinitario, el Dios cuya riqueza se expresa en el amor. Un amor que incluye, que se entrega incondicionalmente al hermano y que sale al paso de sus necesidades y preocupaciones. Un amor que acoge a las personas en toda su complejidad y experimenta como un don  la multiplicidad de culturas,  la diversidad de dones y carismas. Un amor que une, atrae lo disperso, convoca y relaciona. Un amor comunidad que suma esfuerzos, armoniza lo diferente y entrelaza de forma que se complementen entre todos. Un amor trinitario que ve en la diversidad una oportunidad y no una amenaza.

Es el Espíritu el que nos conduce a una experiencia fundamental de Dios que nos invita a comunicar: DIOS TIENE QUE VER CON LO COMÚN, y quiere que hagamos realidad algo tan complejo como es la comunidad, en sentido amplio.

Dejemos que la Palabra de Dios nos cuestione la vida, nos haga preguntarnos cómo vivimos nuestro seguimiento a este Dios que tiene que ver con lo común.

Hoy tenemos presentes en su fiesta a nuestros hermanos y hermanas contemplativos, en esta jornada “PRO ORANTIBUS”. Son el pulmón de la Iglesia, su oración y silencio nos ayudan a dar sentido a muchas situaciones dolorosas e incomprensibles que vivimos en nuestra sociedad. Su Carisma de oración nos dan la fuerza que necesitamos para ser los discípulos creíbles que el mundo de hoy necesita.

                                    Sagrario Gómez Pastrana,
presidenta de CONFER Huelva.

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