Un total de 50 peregrinos, entre los que se encontraban 4 sacerdotes, 2 médicos, 2 enfermeros, 2 auxiliares, 24 voluntarios y 15 enfermos, partían el pasado domingo día 30 de junio hacia Lourdes, después de realizar la bendición de los peregrinos a las puertas del autobús ya preparado para partir.
Tras dieciséis horas de convivencia fraterna y oración compartiendo nuestras vivencias, llegamos a Lourdes en torno a las diez de la mañana.
Nos alojamos en el “Accueil Marie Sant-Frai” , primer lugar de acogida de enfermos y peregrinos que hubo en Lourdes, fundado hace ciento cincuenta años por la “Hijas de María Dolorosa” las cuales siguen regentando dicho lugar de acogida y con amor y misericordia continúan atendiendo a los enfermos y peregrinos que allí acuden.
Las jornadas transcurrieron en auténtico espíritu de hospitalidad y colaboración entre todos. Mención especial tienen los actos principales del Santuario que se celebraron entre el martes 2 y el miércoles 3, como son la Procesión de antorchas, la Misa Internacional y la procesión y Adoración del Santísimo, en unión con otras 8 Hospitalidades españolas y otras tantas internacionales, y que presidió el Cardenal de Cagliari en Italia.
Momentos de intensa emoción y compromiso fueron la celebración del paso por la Gruta en la que ocurrieron las apariciones de la Virgen en 1858 a Santa Bernardita, y los Viacrucis de la Montaña y de los enfermos.
La alegría y el compromiso de todos, sacerdotes, servicio médico, voluntarios y enfermos y peregrinos, haciendo vida el lema de los hospitalarios “amar, dar, servir y olvidarse” ha provocado que esta peregrinación haya sido un momento evangelizador culminante tras este año en el que, como reza el lema de este año, hemos ido allí en procesión.
Especial agradecimiento queremos hacer patente a los responsables del Santuario, con su Rector y capellanes a la cabeza que tanto cariño nos ha mostrado, siendo una de las Hospitalidades más jóvenes entre las que van desde España, aun cuando no hemos dejado de crecer desde el principio de nuestra fundación. No podemos dejar aquí de dar las gracias inmensas a las Hermandades de La Esperanza de Huelva, el Nazareno, La Cinta y los Judíos por su implicación con nuestra asociación que si en algo se distingue, es que desde sus inicios ha tenido en cuenta a los más desfavorecidos que mostraban su necesidad de ir a la peregrinación, pero que no disponen de lo necesario para ello. Las Hermandades, como siempre, dando testimonio de implicación con los más desfavorecidos. Gracias de todo corazón.
Y no se nos pueden olvidar nuestras madrinas, las Hermanas de la Cruz de Huelva, que quedan siempre orando por nosotros aquí en Huelva, y bien que se nota su intercesión por nosotros.
Damos gracias a Dios por esta gloriosa peregrinación, llena de presencia del Espíritu y de su Bendita Madre la Virgen.
Hospitalidad Diocesana de Lourdes de Huelva.