En este nuevo año litúrgico, tras haber superado el Adviento, vivido como tiempo de esperanza y alegría ante el inminente nacimiento de Jesús, comenzamos hace unos días el tiempo de Navidad, colmados de ilusión, fe y ganas de compartir.
El evangelio de San Lucas de hoy nos acerca a la fiesta de la Pascua (“Pesaj” en hebreo) y a la celebración “en familia” con un Jesús “Niño” de doce años que se queda en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Jesús expresa conciencia de su relación especial con Dios, al referirse a Él como su Padre y priorizar su obra. La angustia de José y María en la búsqueda de su hijo por espacio de tres días puede simbolizar el anhelo humano por encontrar a Dios. Más allá de la Santísima Trinidad, el número tres es sinónimo de plenitud y perfección divinas. En la narrativa del evangelista se destaca el crecimiento de Jesús en su desarrollo en sabiduría, estatura y gracia, reflejando una espiritualidad integral. María y José no comprenden plenamente las palabras de Jesús, cuando lo hallan en el templo, dado que el plan de Dios supera su comprensión humana. Estas ideas invitan a reflexionar sobre la identidad de Cristo, la integración entre lo divino y lo humano en la vida cotidiana y la importancia de confiar en los designios de Dios.
La iglesia católica celebra este año el 29 de diciembre la jornada de la Sagrada Familia con el lema: “Familia, fuente de esperanza”. Hagamos de nuestras familias, “iglesias domésticas” en las que nazca Jesús en nuestros corazones en esta Navidad. Ojalá seamos “fuente de esperanza” y “testigos de la misericordia de Dios”. En el seno familiar experimentamos ese amor incondicional, que es reflejo del amor infinito de Dios. En estos tiempos difíciles de tanta incertidumbre debemos sacar lo mejor de nosotros mismos y ponernos al servicio de los que más lo necesitan. Es una magnífica oportunidad en la apertura del jubileo convocado por el papa Francisco de ser “peregrinos de esperanza”, teniendo a la Sagrada Familia de Nazaret como inspiración permanente en esta labor evangelizadora.
Desde hace algunos años, unos días antes de la Natividad de Jesús, los hermanos de la Asociación Scouts Católicos de Huelva traen la Luz de la ciudad de Belén a nuestra ciudad y otras fraternidades y hermanos la distribuyen entre muchas familias que así lo solicitan. Es una experiencia llena de fe, alegría y oración cuando muchos jóvenes inundan estos hogares con sus rezos y villancicos. Ojala esta llama permanezca encendida todo el año en los corazones de las familias.
¡Aleluya!
María Esther Molano Tejada
Simón Luis Sández González
(Miembros de la Fraternidad FIO)