En la tarde de este jueves, la Santa Iglesia Catedral de la Merced acogió la presentación oficial del programa de actos y el cartel anunciador del Jubileo 2025, evento que marcará un tiempo de gracia y renovación espiritual en la Iglesia universal. La ceremonia estuvo presidida por el Obispo de Huelva, Mons. Santiago Gómez Sierra, y contó con la destacada participación musical de la Coral Polifónica de la Merced y el ensemble catedralicio.
En su intervención, Mons. Gómez Sierra destacó la centralidad de la esperanza cristiana en este Jubileo, bajo el lema “Peregrinos de esperanza“, invitando a los fieles a vivir este tiempo como un testimonio de fe y compromiso. Durante su discurso, subrayó que el Jubileo, que se celebrará entre el 24 de diciembre de 2024 y el 6 de enero de 2026, es una oportunidad para fortalecer la fe a través de la peregrinación, el sacramento de la Reconciliación y obras de caridad.
El programa del Jubileo en la diócesis incluye la designación de cinco templos jubilares:
- La Santa Iglesia Catedral de la Merced y el Santuario Diocesano de Nuestra Señora de la Cinta, en la vicaría de la Ciudad.
- El Santuario Nacional de Nuestra Señora del Rocío, en la vicaría del Condado.
- El Santuario de la Virgen de la Peña, en la vicaría de la Costa y Andévalo.
- El Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Los Ángeles, en la vicaría de la Sierra y Minas.
El Obispo de #Huelva, Mons. Santiago Gómez Sierra, en la presentación:
— Diócesis de Huelva (@DiocesisHuelva) December 12, 2024
“La esperanza cristiana no se identifica con el optimismo, que es un asunto distinto. El optimismo da por hecho que, antes o después, todo irá mejor automáticamente. Los cristianos no nos hacemos tantas… pic.twitter.com/vECVoEQIuU
El cartel anunciador, realizado por el artista Ramón Martín Orta, fue presentado como una obra cargada de simbolismo y catequesis. En el centro, la figura del Niño Jesús destaca como núcleo del mensaje de fe, esperanza y redención. Elementos como la cruz, el ancla y las carabelas refuerzan el vínculo entre la espiritualidad y la identidad local. El uso combinado de técnicas tradicionales y modernas, como el óleo y los ensamblajes tridimensionales, confiere a la obra una riqueza visual y espiritual.
El Jubileo 2025 estará acompañado de una amplia programación, presentada por Enrique Uzcátegui Rodríguez, Delegado Episcopal de Evangelización. El programa incluye celebraciones litúrgicas, peregrinaciones, jornadas penitenciales, catequesis, actividades culturales y acciones de caridad, como el apoyo a proyectos sociales diocesanos: Casa Familia Oasis y Proyecto Acompañar, en favor de madres gestantes y la vida en todas sus etapas.
Con esta presentación, la Diócesis de Huelva invita a toda la comunidad a sumarse a este tiempo de conversión, reconciliación y esperanza.
PALABRAS DEL OBISPO DE HUELVA, MONSEÑOR SANTIAGO GÓMEZ SIERRA
Palabras de Mons. Santiago Gómez Sierra en la presentación del Programa y Cartel Oficial del Año Santo Jubilar 2025. S. I. Catedral de la Merced. Huelva, 12 de diciembre de 2024.“El próximo 24 de diciembre de 2024, con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro del Vaticano comienza el Jubileo, extendiéndose hasta el 6 de enero de 2026.
Bajo el lema Peregrinos de esperanza, el Jubileo anunciado por el Papa Francisco, tiene como objetivo reavivar y testimoniar nuestra esperanza cristiana. La esperanza cristiana tiene una clave cristocéntrica: el Señor Jesús es la “esperanza nuestra” (1Tim 1,1).
La esperanza cristiana no se identifica con el optimismo, que es un asunto distinto. El optimismo da por hecho que, antes o después, todo irá mejor automáticamente. Los cristianos no nos hacemos tantas ilusiones. Vivimos en una cultura que mantiene una obstinada negativa a ver algo más allá del horizonte de esta vida terrenal. No son pocos los que ni se preocupan ni invierten en el mundo que les rodea, y tampoco esperan gran cosa de él. Con sus luces y sus sombras, en este tiempo los cristianos tenemos que dar testimonio de nuestra esperanza.
La Palabra de Dios nos ayuda a encontrar las razones para la esperanza. “La esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado» (Rm 5,1-2.5). Sin una fe bien fundada, no viviremos la esperanza, porque no tendremos motivos sólidos para confiar en el futuro. Y sin esperanza, nos encerramos cada vez más en nosotros mismos, perdiendo la capacidad de amar.
En este sentido, se resalta la apertura a Dios como fuente de la verdadera esperanza por Benedicto XVI en su encícica Spe salvi: La verdadera, la gran esperanza del hombre que resiste a pesar de todas las desilusiones, sólo puede ser Dios, el Dios que nos ha amado y que nos sigue amando «hasta el extremo», «hasta el total cumplimiento» (cf. Jn 13,1; 19,30) (n. 27)
Como cristianos estamos aquí para hacer del mundo un lugar mejor, trabajando para hacer presente el Reino de Dios, sin olvidar “que aquí no tenemos ciudad permanente, sino que andamos en busca de la futura” (Heb 13, 14). Afirmar ese futuro más allá de esta vida temporal también forma parte del testimonio de la esperanza cristiana.
El Jubileo del 2025 nos ofrece una oportunidad singular para alimentar y robustecer la verdadera esperanza cristiana.
El Jubileo se asocia a un camino de peregrinación y celebración por el que se obtiene la indulgencia plenaria y remisión de los pecados, tal y como se indica en la bula de convocatoria del Jubileo de 2025 Spes non confundit, firmada por el Papa Francisco el 9 de mayo de 2024.
La peregrinación expresa un elemento fundamental del acontecimiento jubilar. Ponerse en camino, personalmente o en grupo, hacia las iglesias jubilares es un gesto típico de quienes buscan el sentido de la vida caminando al encuentro del Señor.
Señalo a continuación cuáles serán las Iglesias jubilares en la Diócesis: La Santa Iglesia Catedral de la Merced y el Santuario Diocesano de Nuestra Señora de la Cinta en la vicaría de la Ciudad, el Santuario Nacional de Nuestra Señora del Rocío en la vicaría del Condado, el Santuario de la Virgen de la Peña en la vicaría de la Costa y Andévalo, y el Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Los Ángeles en la vicaría de la Sierra y Minas.
También, el Jubileo es tiempo propicio para acercarse al sacramento de la Reconciliación, punto de partida insustituible para un verdadero camino de conversión. Junto con la Eucaristía, los cristianos tenemos que identificarnos entre nosotros mismos y ante el mundo como aquellos que se sienten perdonados por Dios, que se perdonan entre sí y están dispuestos a perdonar a sus enemigos.
Durante el Año Jubilar 2025 en todas las parroquias y comunidades se deberían dedicar algunos días de catequesis sobre el sacramento de la Penitencia, a fin de que en el Jubileo redescubramos el sacramento de la Reconciliación.
Uno de los signos peculiares de los Años jubilares es la indulgencia. El sacramento de la Penitencia nos asegura que Dios perdona nuestros pecados. Sin embargo, el pecado deja huella, lleva consigo unas consecuencias; no sólo exteriores, las consecuencias para los demás del mal cometido, sino también interiores, porque todo pecado entraña un apego desordenado que es necesario purificar (Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1472). Estos residuos del pecado son remitidos por el don de la indulgencia, ligado a los méritos de valor infinito de Cristo, a los de la Virgen Santísima y a la comunión de los santos. La Iglesia, para ayudar a liberarse de los residuos del pecado ofrece la indulgencia, indicando algunas buenas obras para obtenerla. El pasado 13 de mayo la Penitenciaría Apostólica, en nombre del papa Francisco, estableció las normas para obtener la indulgencia plenaria en este Jubileo 2025.
Allí se dice, entre otras cosas, que los fieles podrán conseguir la indulgencia jubilar si, individualmente o en grupo, visitan cualquier templo jubilar y ahí, participan de la Misa, acuden al sacramento de la Penitencia, o durante un período de tiempo adecuado, realizan adoración eucarística y meditación, concluyendo con el Padre Nuestro, el Credo y alguna oración a la Santísima Virgen María, Madre de Dios.
Aquellos que no puedan participar en las peregrinaciones ni visitar los templos jubilares por graves motivos (especialmente las monjas y los monjes de clausura, los ancianos, los enfermos, los reclusos, como también aquellos que, en hospitales o en otros lugares de cuidados, prestan servicio continuo a los enfermos), conseguirán la indulgencia jubilar, recitando en la propia casa o donde el impedimento les permita (p. ej. en la capilla del monasterio, del hospital, de la casa de cuidados, de la cárcel…) el Padre Nuestro, la Profesión de Fe y otras oraciones, ofreciendo los sufrimientos o dificultades de su propia vida.
Particularmente, en el Año jubilar 2025 estamos llamados, también, a ser signos de esperanza para tantos hermanos y hermanas que sufren. Cuando no se mira el futuro con esperanza, se produce una de las más tristes consecuencias: la pérdida del deseo de transmitir la vida con la consecuente disminución de la natalidad. Por esta razón, el papa Francisco en la bula del Jubileo 2025 (ENC 9) urge a las comunidades cristianas y a la sociedad civil a que ofrezcan apoyo convencido a las madres que reciben a sus hijos, aún en medio de graves dificultades, sosteniendo obras especialmente en favor de la defensa y protección de la vida en todas sus etapas.
Acogiendo esta llamada del Papa, proponemos como obra de caridad diocesana para el Jubileo 2025: La Casa Familia Oasis y el Proyecto Acompañar. La Casa Oasis es una casa de acogida para jóvenes gestantes y madres con niños de hasta cuatro años de edad; las cuales, por un embarazo inesperado y no deseado, son rechazadas y excluidas en su entorno, incluso por sus propias familias. Es un recurso que ofrece la Iglesia de Huelva en defensa de la Mujer, la Maternidad y la Vida, gestionado por la Fraternidad de la Madre de Dios (Comunidad Anav), y sostenido económicamente a través de la Delegación Diocesana para la Familia y la Vida. El Proyecto Acompañar atiende, también, a mujeres embarazadas y madres con niños de 0 a tres años en las mismas condiciones que las dichas anteriormente, y está gestionado por Cáritas Diocesana. En los templos jubilares habrá un buzón para recoger los donativos de los fieles con este fin. También pedimos a las parroquias, hermandades y grupos que en sus peregrinaciones jubilares hagan una colecta para sostener esta obra.
El amor de los primeros cristianos por Jesús les empujaba a escoger el camino de la caridad, lo que les volvía distintos y, en ocasiones, perseguidos. Sin embargo, este modo de conducirse hacía que su vida atrajese a otros hacia el Evangelio. Hoy, también, nuestra esperanza en el futuro con Cristo nos debe llevar a vivir de una forma distinta. La añoranza del cielo no nos hace perder interés por traer el amor de Cristo a este mundo, viviendo la realidad del amor fraterno y del servicio a los hermanos”.
PALABRAS DEL AUTOR DE LA OBRA, RAMÓN MARTÍN ORTA
Hoy es un día de profunda alegría, presentamos el cartel del Jubileo 2025, bajo el lema «Cristo, esperanza nuestra». Este cartel no es simplemente una obra de arte, sino un testimonio visual de la fe que nos une y de los valores que queremos vivir durante este próximo año.
La composición del cartel encierra una rica catequesis. En el centro, encontramos la figura del Niño Jesús, representando la centralidad de Cristo en nuestras vidas y evocando el misterio de la Encarnación, que San Juan Pablo II destacó al convocar este Jubileo ordinario al finalizar aquel del año 2000. El paño blanco que lo cubre nos remite a Cristo Eucaristía, fuente de vida y unidad para todos los cristianos.
Otros elementos simbólicos refuerzan el mensaje: la cruz, de la que emerge un ancla, nos habla del triunfo de Cristo en su pasión y de la virtud de la esperanza. El orbe en sus manos representa la extensión del mensaje jubilar a todo el mundo. Los destellos de luz simbolizan la claridad del Evangelio, que ilumina nuestras vidas.
La granada, símbolo de la Iglesia que florece, en esas varas de azucenas, emblema de la Pura y Limpia Concepción de María, patrona de la Diócesis de Huelva, este detalle se reafirma al contemplar su escudo entre sus ramas.
No podemos olvidar los elementos locales que rinden homenaje a nuestra tierra: la catedral y los templos jubilares que acogerán a los peregrinos, y las carabelas, que simbolizan tanto la historia de nuestra provincia como el compromiso evangelizador que sigue siendo vigente. El anagrama de María destaca a nuestra Madre como guía y acompañante en este camino de fe.
Y, por último, el escudo pontificio nos recuerda que estamos bajo la guía del ministerio pretino quien nos convoca en nombre de cristo.
Desde el punto de vista técnico, este cartel ha sido concebido con una combinación de tradición e innovación. El uso de ensambles de madera aporta una estructura tridimensional que genera dinamismo y profundidad. Elementos como la figura de Cristo y el anagrama de María se destacan gracias a este recurso, mientras que otros, como las carabelas, se integran de forma más sutil.
Las tintas planas aseguran claridad y alto contraste, permitiendo que cada detalle se identifique fácilmente. Por otro lado, la técnica de grisalla en elementos como la granada y las flores añade volumen y solemnidad, mientras que los recortes sobresalientes del soporte tradicional aportan dinamismo a la composición.
La figura de Cristo y las carabelas han sido pintadas al óleo, lo que permite un alto nivel de detalle y luminosidad. El uso del óleo aporta textura y vida a estas representaciones, destacándolas como elementos centrales de la obra.
Agradecimientos
Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a la Diócesis de Huelva por haberme confiado esta tarea tan significativa. Es un privilegio inmenso poder contribuir con mi trabajo a este acontecimiento que marcará nuestra vida diocesana y nuestra fe.
Que este cartel sea una fuente de inspiración para todos, una invitación a vivir este Jubileo desde el corazón y llenos de esperanza en Cristo.
Muchas gracias.
Ramón Martín Orta, autor del cartel:
— Diócesis de Huelva (@DiocesisHuelva) December 12, 2024
“La composición del cartel encierra una rica catequesis. En el centro, encontramos la figura del Niño Jesús, representando la centralidad de Cristo en nuestras vidas y evocando el misterio de la Encarnación, que San Juan Pablo II destacó al… pic.twitter.com/el7ClnLKBs
Símbolos Catequéticos del Cartel Jubileo 2025
El Cartel es en sí mismo una catequesis sobre el año jubilar y su temática <<Cristo esperanza nuestra>>.
Niño Jesús: Centralidad de Cristo, ante todo (sobre sale junto al emblema mariano y el rectángulo de las carabelas)
Cristo Glorioso: nos recuerda la resurrección. El triunfo de Cristo. Se presenta como Niño, en señal del misterio de la Encarnación, tema que proponía San Juan Pablo II al convocar este jubileo ordinario al finalizar aquel del año 2000. Está cubierto por un paño blanco, que nos recuerda a Cristo Eucaristía.
Cruz: alude al triunfo de Cristo en la Cruz por su pasión.
Ancla: Señal por excelencia de la virtud teologal de la esperanza expresada en el capítulo 13 de la primera carta de San Pablo a los corintios, y símbolo de la esperanza recordado por el papa en la bula Spes nom Confundid. Esta ancla a su vez sale de la cruz, en referencia al misterio de Cristo como causa de nuestra esperanza,
Orbe: el orbe en manos de Jesús es señal de su señorío y del jubileo que se presenta al mundo entero.
Destellos/Gloria: simboliza la luz del Evangelio que es Cristo y que se esparce por todo el mundo para iluminar.
Ángeles: El cielo es testigo de este Jubileo. Una referencia a la Iglesia Celeste que acompaña a la Iglesia peregrinante.
Granada: es señal de la Iglesia y de su diversidad interior, nos recuerda la reflexión reciente acerca de la Sinodalidad, y su realidad como comunidad, enriquecida por la diversidad de dones y carismas provenientes del espíritu santo.
Flores: La Iglesia florece por la presencia del Espíritu Santo, en muchos frutos, entre los cuales está nuestra realidad diocesana. Representada en el Escudo de la Diócesis.
Catedral: Templos Jubilares, esta Iglesia diversa y que florece, a su vez esta llamada a
peregrinar en Huelva, se plantean los distintos templos jubilares presididos por la S.I. Catedral.
Anagrama de María: La Santísima Virgen el miembro más sublime, insigne y destacado de la Iglesia, ella como Madre acompaña a sus hijos.
Escudo Pontificio: Nos recuerda que estamos bajo la guía del ministerio pretino, quien nos convoca en nombre de Cristo.
Carabelas: Haciendo alusión a unos de los momentos históricos más destacados de la historia de la costa Onubense, también hace referencia a los primeros misioneros que zarparon para nuevas tierras en nombre de la Evangelización. Y esta, no está acabada. La Iglesia diversa, que florece y que peregrina junto a María Santísima camino hacia Cristo, está llamada a llevar el Evangelio. Un trabajo aún inacabado.
Leyenda Superior: Año del Señor 2025, Jubileo.
Leyenda inferior y colores blanco y azul: Diócesis de Huelva. Colores del escudo de la Diócesis de Huelva.
Gallardete: Peregrinos de la esperanza (Lema oficial).