La comunidad eclesiástica de Huelva se reunió el pasado jueves, 15 de mayo, para conmemorar la festividad de San Juan de Ávila, patrón del clero secular español. Los actos, organizados por la Delegación Diocesana para el Clero, tuvieron lugar en el Santuario jubilar de Nuestra Señora de la Peña, en la localidad de La Puebla de Guzmán, dando inicio a las 11:00 horas.
BODAS DE ORO
Celebramos en primer lugar las Bodas de Oro del Rvdo. D. Teodoro Bernal Serradilla, natural de Jaráiz de la Vera (Cáceres), nacido el 10 de marzo de 1947 y ordenado sacerdote en Huelva el 3 de octubre de 1975. Tras su formación en el Seminario, inició su ministerio como diácono en la parroquia de Ntra. Sra. de Belén, en la capital onubense. A partir de entonces, su recorrido pastoral ha sido extenso y fecundo: fue coadjutor en Lepe, ecónomo en Mina la Zarza y encargado de El Perrunal. Más tarde, ejerció como coadjutor en Bollullos y párroco en Villanueva de los Castillejos, con encargos también en El Almendro y El Granado. En 1984 fue nombrado párroco de Ntra. Sra. del Carmen, en Huelva, y unos años después también de Aljaraque. Desempeñó igualmente el servicio de capellán del Cementerio de La Soledad en Huelva. Su compromiso pastoral lo llevó a ser párroco de Beas durante diez años, asumiendo además la administración parroquial de Candón y Fuente de la Corcha. Fue arcipreste del Condado Occidental, miembro del Consejo de Presbiterio, del Colegio de Consultores y del Consejo Pastoral Diocesano. En 2002 asumió la parroquia de Cristo Sacerdote y fue capellán del Hospital Vázquez Díaz. Entre 2008 y 2011 ejerció como párroco de San Juan Bautista y administrador de Santiago Apóstol en Gibraleón. Desde 2012, es párroco de Ntra. Sra. del Pilar en Huelva, consiliario del Secretariado Diocesano de Pastoral para Mayores desde 2022 y confesor del Seminario Diocesano desde 2024. Su vida sacerdotal es testimonio de fidelidad, entrega pastoral y amor a la Iglesia.
BODAS DE PLATA
Celebramos también las Bodas de Plata de cuatro presbíteros cuya vocación ha enriquecido la vida eclesial a lo largo de estos veinticinco años.
El Rvdo. D. Eliécer de Jesús López Cardona nació en Montebello, Antioquia (Colombia), el 30 de septiembre de 1971, y fue ordenado sacerdote el 14 de octubre del año 2000 en la diócesis de Caldas. Ejerció distintos ministerios en su diócesis de origen y posteriormente fue acogido en la diócesis de Málaga. Desde 2024, sirve como vicario parroquial en las parroquias de San Juan Bautista y Santiago Apóstol, en Gibraleón, donde realiza su labor pastoral con generosidad y espíritu de servicio.
El Rvdo. D. Francisco José Reyes Vizcaíno nació en Puerto de Sagunto (Valencia) el 10 de abril de 1973. Estudió en el Seminario Diocesano de Huelva y fue ordenado sacerdote el 29 de junio del año 2000. Comenzó como diácono en Bollullos del Condado y, ya como presbítero, fue vicario en Almonte y párroco en Encinasola, Alosno, Cabezas Rubias, El Almendro, El Granado y Villanueva de los Castillejos. También desempeñó la administración parroquial de Sanlúcar de Guadiana. Entre 2013 y 2018 formó parte del Consejo de Presbiterio. Actualmente, ejerce como vicario parroquial en las parroquias de Santa Teresa de Jesús y San Juan de Ávila, en Huelva, y es capellán del Centro Penitenciario desde 2024.
El Rvdo. D. Manuel Sevillano Hierro, natural de Huelva (1 de abril de 1975), fue ordenado el mismo día, 29 de junio de 2000. Sirvió como diácono en Punta Umbría y, tras su ordenación, fue párroco de Encinasola y administrador de Cumbres de San Bartolomé. Posteriormente, trabajó en Almonte, Villalba del Alcor, Cortegana y varias aldeas de la sierra. También fue consiliario de la Delegación Diocesana de Apostolado Seglar. Más recientemente, fue párroco en Santa Teresa de Jesús y San Juan de Ávila, así como de Beas y Fuente de la Corcha, y capellán del Centro Penitenciario de Huelva. Desde 2021, es párroco de las parroquias de Aracena, Corterrangel-Castañuelo, Carboneras, Linares de la Sierra, Jabuguillo, La Umbría y Valdezufre, y desempeña también la función de arcipreste de la Sierra.
Estos aniversarios nos invitan a mirar con gratitud el camino recorrido por estos pastores que, con distintas trayectorias y estilos, han hecho presente a Cristo Buen Pastor en nuestras parroquias. Son vidas entregadas al servicio, al consuelo, a la enseñanza y a la celebración de los sacramentos. Su testimonio es un regalo para nuestra Iglesia Diocesana y un estímulo para las generaciones futuras.
La diócesis agradece profundamente el testimonio de estos sacerdotes, cuya vida entregada continúa siendo un ejemplo y un aliento para toda la comunidad eclesial. La jornada concluyó con un ambiente de fraternidad y acción de gracias, renovando el compromiso común con la misión pastoral encomendada.
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