- La acción de Cáritas Diocesana de Huelva benefició a más 26.000 personas en la provincia de Huelva.
- Más de 700 personas afectadas participaron en un proceso de inserción laboral.
- Cáritas Diocesana de Huelva ha contado con 631 personas voluntarias para acompañar a las personas que han sufrido por la crisis sanitaria.
La directora de Cáritas Diocesana de Huelva, Pilar Vizcaíno, junto con la Responsable del Departamento de Comunicación y Relaciones Externas, Peña Monje, presentaron ayer jueves, día 3 de junio, la Memoria General 2020, un documento que recoge la realidad del trabajo de nuestra entidad y que supone una radiografía muy real de la situación de la Diócesis de Huelva contada desde el trabajo diario de los 75 equipos de Cáritas Parroquiales que existen en la provincia y desde los Servicios Diocesanos.
Este año, el grado de participación de las Cáritas Parroquiales en la elaboración de la Memoria de Cáritas 2020 ha llegado al 91% del total, lo que hace ver el esfuerzo que están llevando a cabo los centros parroquiales en un ejercicio de transparencia.
Cáritas Diocesana de Huelva ha atendido en 2020 a 12.346 personas. Ellas son aquellas que acuden a Cáritas, son los rostros que vemos y que, potencialmente, podrían formar parte de procesos de acompañamiento y participación. Por otro lado, debemos cuantificar las personas beneficiadas de la labor de Cáritas Diocesana de Huelva, que son aquellas que sin acudir directamente a Cáritas se ven beneficiadas por la acción que recibe algún miembro de la familia. Este año han sido 26.507 personas beneficiadas por la acción de Cáritas, lo que supone un aumento del 10% respecto al año anterior.
‘La Caridad no cierra’ ha sido el lema que Cáritas Diocesana de Huelva ha empleado en el año 2020, ya que los proyectos y los servicios han estado en todo momento abiertos, haciéndose presentes en la vida de las personas. Estos datos reflejan el aumento de demanda en los meses de confinamiento donde las personas sintieron más necesidad de acudir a Cáritas.
A raíz de la declaración del estado de alarma con motivo de la Covid-19, muchas fueron las repercusiones sociales, familiares, económicas y laborales que han afectado a una gran parte de la población de Huelva. Siguiendo con su modelo de trabajo de atención a los más vulnerables y excluidos, desde el primer momento Cáritas ha tratado de volcarse con todas las personas que sufren a causa de esta pandemia para procurar aliviarles la situación que tanto el confinamiento como la pérdida o dificultad de trabajar les ha generado.
Con este escenario, Cáritas Diocesana de Huelva ha realizado su acción durante el pasado año priorizando el acompañamiento a las personas más vulnerables, proporcionando recursos para ayudarles a salir de su situación o paliar la gravedad de la misma, adaptándolos a sus necesidades y siguiendo con un modelo de trabajo centrado en el acompañamiento. Las principales demandas de este año han ido dirigidas al empleo, la alimentación, la escucha, la acogida y el acompañamiento familiar, la vivienda y los suministros y enseres del hogar.
El papel del voluntariado y de las Cáritas Parroquiales
En este duro año que hemos vivido, las Cáritas Parroquiales han permanecido presentes. Se han hecho cercanas a las personas, reivindicando su dignidad, buscando respuestas a sus necesidades y descubriendo sus potencialidades. A pesar de la emergencia, se ha seguido prestando el modelo de trabajo que previamente ya se hacía, que consiste en el acompañamiento a las personas y a las familias.
El papel del voluntariado ha sido crucial en este año. En total 631 personas voluntarias han sido los pilares fundamentales de la acción Sociocaritativa de la Iglesia y han estado al frente desde un teléfono, desde las acogidas o muchas veces desde sus propias casas, acercando ayuda, escucha e información. Son y han sido presencia y acción, acogiendo las situaciones de necesidad que se han presentado en el año 2020.
El impacto de la pandemia en las personas excluidas
El impacto que de la Covid ha sido, también, tremendamente costoso para las personas que carecen de un hogar donde poder refugiarse, cuidarse o pasar el confinamiento inicial, una carencia que, si ya aumenta su vulnerabilidad de forma general, se ha visto agravada durante la pandemia al dificultarse –o imposibilitarse— el acceso a espacios de higiene y/o aislamiento.
En su intervención diaria, Cáritas Diocesana de Huelva pone el foco de su atención en aquellos colectivos especialmente empobrecidos o que atraviesan diferentes procesos de exclusión. Entre ellos, ha atendido a 734 personas sin hogar a través del Centro de Día puertas Abiertas y las casas de acogida: Santa María y Santa María de los Milagros y a 1.182 personas desde el programa de atención en Asentamientos. En un momento en el que se nos pedía que nos quedáramos en casa, que extremásemos las medidas de higiene y el distanciamiento social, había un número importante de personas que no podían acatar estas medidas por carecer de un hogar, por no tener agua potable con la que asearse y por tener que compartir chabola, habitación o cobijo con más personas.
La situación de las familias onubenses durante el año 2020 ha estado condicionado por la pandemia del Covid-19 y la crisis económica surgida como consecuencia de la misma. Muchas han sido las familias que ya venían de una situación de crisis y que este año han agravado su situación. En total, Cáritas ha acompañado a 9.696 familias desde la acogida, desde los proyectos de acompañamiento familiar, en procesos de acompañamiento a mujeres, desde los proyectos de infancia y el acompañamiento a mayores.
Los menores han sido un colectivo muy frágil en esta pandemia porque el confinamiento potenció la desigualdad tecnológica y agudizó la brecha digital. Además sufrieron el cierre de los centros educativos y el apoyo escolar.
Por otro lado, la soledad ha sido otra de los dramas impuestos por la pandemia. Aunque esta no es una realidad nueva, la situación de aislamiento físico a la que se han visto sometidas muchas personas mayores, claramente la endurece. La vulnerabilidad social evidenciada en esta crisis también pone de manifiesto los escasos recursos que existen para favorecer los cuidados en los domicilios, lo que propicia mayor desprotección en las personas mayores y en quienes las cuidan, ya sean empleadas o familiares. En total, Cáritas acompañó alrededor de 500 personas mayores en toda la provincia, un 70% más que el año 2019.
En cuanto al empleo, Cáritas Diocesana de Huelva ha atendido a 716 personas que han participado en un proceso de inserción laboral, duplicando los datos de atención del pasado año. En perfil de las personas atendidas ha sido muy variado: personas provenientes del sector de la hostelería o el comercio que, debido a la pandemia, se encontraron sin trabajo, estudiantes que se pusieron a trabajar para ayudar a sus familias o personas pendientes de cobrar un ERTE.
Recursos invertidos
Cáritas Diocesana de Huelva invirtió el año pasado un total de 1.949.276 €. Esta cifra es fruto de la inversión de fuentes públicas, privadas, de donaciones y legados y por supuesto, de los ingresos de las Cáritas Parroquiales. El desarrollo de nuestra acción y la inversión que dedicamos no sería posible sin el factor humano que hace posible que Cáritas esté al lado de quienes más lo necesitan. Además, este año, con motivo de la pandemia, Cáritas inició la campaña ‘Cada gesto cuenta’ para atender las necesidades que se estaban planteando a raíz de la situación de crisis sanitaria.
Explosión de solidaridad
Fueron muchas las llamadas que llegaron a Cáritas para ofrecer ayuda y recursos. Cabe destacar las aportaciones de los 2.962 socios, los 1.209 donantes, las 242 hermandades, y las 94 empresas colaboradoras, así como las aportaciones directas de la comunidad cristiana onubense a través de campañas, colectas y acciones puntuales promovidas por la Iglesia de Huelva.
Desde Cáritas queremos poner en valor la generosidad de la ciudadanía onubense que ha prestado sus servicios, donando sus recursos o articulando mecanismos desde la más absoluta creatividad para apoyar económicamente nuestra acción social.
Desde la institución agradecemos cada gesto y animamos a la ciudadanía a seguir colaborando con aquellos que están pasando por un mal momento debido a la crisis. Cada persona tiene el poder de cambiar las cosas con pequeños gestos. Es momento de construir juntos y junto a quien más lo necesita.
Seamos más pueblo
Es el lema de nuestra campaña de Caridad de este año “Ser más pueblo con las manos tendidas”. Este año celebramos el Día de Caridad en medio de un tiempo extraordinario y doloroso en el que necesitamos recrear nuestras relaciones para sostenernos y cuidarnos de una forma nueva. El papa Francisco habla de recuperar la amabilidad en nuestra mirada y en nuestros gestos, en la forma de escuchar y acoger a los demás.