Dedicación de la Basílica de Letrán

Publicado:
6 noviembre, 2025
Comentario al Evangelio de este domingo, 9 de noviembre, del P. Juanma Arija (SDC), secretario de CONFER Huelva.

La casa de Dios es la casa del encuentro personal y comunitario con Él y con la vida. Es el espacio donde nada queda sin el toque del Espíritu tanto en cuanto me acerco con la disposición de dialogar, de reafirmar mi compromiso y el de la comunidad.

Es el espacio donde la vida entra en juego porque la fe necesita rostros, historias compartidas, oídos atentos a la Palabra que se siembra en los corazones austeros y hambrientos de amor. Donde la vida necesita su alimento para seguir recorriendo el camino hacia la casa definitiva, la de todos, con la esperanza cierta que Él camina con nosotros.

La casa de Dios no entiende de ausencias. No entiende de momentos puntuales “que me llenan el corazón hasta el año que viene”. La casa de Dios necesita ser habitada con presencia, con ilusión y continuidad. Necesita escuchar las voces de todas las voces que, con sus aciertos y errores, siguen siendo comunidad viva.

La casa de Dios no entiende de primeros sitios, de puestos de honor, de postureos. La casa de Dios es la casa de la humanidad abierta, sencilla, humilde y serena, comprometida con su historia, donde la Palabra se encarna y desde donde podemos sentir que el cielo nos pertenece, porque somos sus ciudadanos. Es la casa de la celebración y del perdón.

La casa de Dios tiene también su lugar en el corazón del creyente que, sin titubeos, asume con confianza que Él tiene la palabra, la sabiduría, la luz y la paz que necesitamos para vivir.

Por eso, en nuestro corazón no cabe nadie más que Él y encarnado. Entregado y resucitado. Si el corazón se aleja de aquí, al acudir al Templo, nuestro sacrificio no llegará donde creemos que debería llegar, porque tal vez estamos llenos de nosotros mismos y ya no le cabe más. Estas serán las monedas de los cambistas y los animales del sacrificio que Jesús desalojó, porque es la Casa de su Padre. Estas actitudes vacías no caben en la casa de Dios.

La belleza más hermosa del templo no estará en las imágenes más o menos vistosas que aloje; ni siquiera en el arte que lo enmarca. La belleza más hermosa es la que se da cuando el corazón del creyente se funde con el amor que rebosa del Padre y que hace que la vida personal y comunitaria sienta la liberación y la paz que nos hace ser profetas y testigos de Esperanza allí donde nos encontremos.

La basílica de S. Juan de Letrán es conocida como la Madre de todas las Iglesias del mundo. Completada en el año 324 d.C., es sede de la cátedra de Pedro. Es también la catedral de la diócesis de Roma. Recibe el nombre de Archibasílica por ser la más antigua de las basílicas de “ciudad eterna”.

P. Juanma Arija (SdC)
CONFER – Huelva

Te puede interesar

Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.