Nacido en Huelva el 12 de junio de 1945, Manuel Flores vivió con hondura su vocación familiar, profesional y cristiana. Casado y padre de dos hijos, destacó por su humanidad cercana, su espíritu bondadoso y su permanente disposición al diálogo. Hombre culto, afable y entusiasta, supo irradiar esperanza allí donde estaba.
Dotado de una sólida formación —Perito y Profesor Mercantil, Licenciado y Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, Auditor de Cuentas y asesor fiscal—, puso todos sus talentos al servicio del bien común. Durante más de cincuenta años desempeñó una intensa labor como consultor de empresas y como experto en numerosas instituciones públicas y privadas.
Su vocación docente fue uno de sus grandes legados. Con sabiduría y pasión por enseñar, impartió clases en el Colegio Universitario de La Rábida, la UNED, el COU San Francisco y las universidades de Sevilla, Huelva y Rey Juan Carlos, donde ejerció como catedrático. Fundador de cuatro másteres, director de departamento durante doce años y ponente en más de 300 conferencias, su magisterio marcó a generaciones de alumnos y profesionales.
En el ámbito público, vivió la política como un lugar de encuentro y servicio. Fue portavoz, teniente de alcalde y delegado de Patrimonio en el Ayuntamiento de Huelva durante la primera legislatura democrática (1979–1983), aportando serenidad, criterio y un firme compromiso con su ciudad.
A lo largo de su vida publicó más de cincuenta libros y capítulos de libros, y más de cien artículos especializados sobre contabilidad, auditoría, análisis financiero, historia económica y minería del suroeste ibérico. Su obra refleja la profundidad de su pensamiento y su amor por la verdad.
Durante más de dos décadas ha presidido el Patronato de la Fundación Juan Manuel Flores Jimeno, institución desde la que impulsó proyectos culturales, sociales y científicos en beneficio de la sociedad onubense.
Pedimos al Señor que lo reciba en su Reino y conceda a su familia el consuelo y la paz que solo Él puede dar.
Descanse en la paz de Cristo, a quien sirvió con honestidad, alegría y esperanza.






