Ante el nuevo incendio registrado anoche en el asentamiento de Lepe –el quinto siniestro de estas características en lo que va de mes— Cáritas Diocesana de Huelva denuncia la falta de respuesta de las Administraciones públicas para atajar las condiciones de grave exclusión y precariedad que están en la raíz de unos sucesos cada vez más frecuentes.
Como ya señalamos en nuestra nota del pasado 17 de mayo con motivo del incendio registrado en el asentamiento de Palos de la Frontera, no podemos seguir tolerando que esta realidad de los incendios en los asentamientos chabolistas de inmigrantes en torno a los municipios freseros se convierta en un hecho cotidiano, sin que las Administraciones locales adopten las medidas inmediatas de acogida que evite que estas comunidades de temporeros dejen de estar expuestos al riesgo que conllevan las situaciones de infravivienda en las que se encuentran.
Ante esta situación, Cáritas Diocesana de Huelva urge a los poderes locales a asumir su parte de responsabilidad en la solución de esta realidad y a tomar en cuenta las constataciones que Cáritas Diocesana de Huelva y el resto de entidades sociales que componen la ‘Mesa Por la Integración’ presentaron el pasado año dentro del informe sobre ‘La realidad de los asentamientos chabolistas en la provincia’. En esa ocasión alertábamos de la vulneración total de derechos a la que se veían sometidas las más de dos mil personas que malviven en estos asentamientos chabolistas y que, a fecha de hoy, siguen poniendo rostro a una de las realidades de exclusión más escandalosas que se dan tanto a nivel autonómico como nacional.
En plena convocatoria electoral, es necesario instar a todas las candidaturas que concurren a los comicios municipales a dar la máxima prioridad en las Corporaciones locales que se constituyan tras el 26 de mayo a la articulación con carácter de máxima urgencia de las medidas de acogida e integración de las personas temporeras que viven en nuestros municipios para lograr que sucesos como el registrado anoche en Lepe dejen de ser noticia.
Este compromiso con la defensa de la dignidad humana y la seguridad personal de los trabajadores temporeros que vienen a convivir con nosotros es un reto humanitario que nos involucra a todos: fuerzas políticas, agentes económicos y sociales, organizaciones humanitarias, comunidades cristianas y ciudadanía.
En Cáritas Diocesana de Huelva sabemos, por propia experiencia, que son posibles propuestas de acogida imaginativas y humanizadoras. Estamos convencidos de que en manos de todos está evitar que estas situaciones de indignidad y vulnerabilidad se perpetúen entre nosotros ante la pasividad de muchos.