Nuestra diócesis celebra este domingo, 22 de noviembre, el Día del Apostolado Seglar en el marco del post-congreso que traza un itinerario para la renovación del laicado que le lleve a una mayor conciencia de pertenencia e implicación en la misión compartida de la Iglesia.
Tras la finalización de la segunda fase del Congreso de Laicos, es decir, la celebración del congreso propiamente dicho y que tuvo lugar en Madrid el pasado mes de febrero, nos sorprendía la pandemia que, hasta día de hoy, sigue asolando nuestra vida. En su Mensaje para este congreso, el papa Francisco se dirigía a los congresistas con palabras como las siguientes: Es fundamental tomar conciencia de que formamos parte de una comunidad cristiana. No somos una agrupación más, ni una ONG, sino la familia de Dios convocada en torno a un mismo Señor. Recordad que esto nos lleva a profundizar cada día nuestra fe: un don que se vive en la acción litúrgica, en la oración común de toda la Iglesia y que debe ser anunciado. Es el pueblo convocado por Dios, que camina sintiendo el impulso del Espíritu, que lo renueva y le hace volver a Él, una y otra vez, para sentirnos cosa suya.
Con estas palabras, el papa Francisco centraba la atención en lo nuclear de nuestra experiencia de fe, en nuestra experiencia eclesial: sabernos agraciados por el don de Dios en nuestra vida, en nuestra conciencia de bautizados; sabernos miembros de una comunidad que ora y celebra; y sabernos comunidad impulsada por el Espíritu que nos envía. Crecer en esa conciencia laical supone actualizar personal y comunitariamente lo que en la ponencia final de este congreso expresaba el periodista de la COPE José Luis Restán: «En los Hechos de los Apóstoles vemos con claridad que en Pentecostés el Espíritu Santo abrió el tiempo de la Iglesia y de la misión». Desde una actitud de conversión, el laicado español, también el de nuestra diócesis, está llamado a vivir esa experiencia del Espíritu que, como en Pentecostés, nos haga salir de nosotros mismos y nos transforme en anunciadores de las grandezas de Dios (EG, n. 259).
El Día del Apostolado Seglar, que excepcionalmente se celebra en nuestra diócesis este próximo domingo, Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo –en el resto de las diócesis españolas se celebra el Domingo de Pentecostés– es una oportunidad para ahondar en el sentido esencial y sontitutivo de la eclesialidad de nuestra fe, vivida en y desde una comunidad cristiana concreta, donde los los laicos constituyen la inmensa mayoría del Pueblo de Dios.
A su servicio está la minoría de los ministros ordenados, por lo que es importantísimo hacer crecer más y más la identidad y misión del laico en la Iglesia, común a todos y en la que todos somos protagonistas. En este sentido, la delegada para el Apostolado Seglar de la Diócesis de Huelva, Angélica Guerrero, en relación a esta jornada ha expresado que “el laicado actual tenemos que caminar hacia un diálogo que nos posibilite expresar nuestras dificultades, experiencias, inquietudes, nuestros retos, nuestros desafíos y aspiraciones para que crecer y profundizar en nuestra vocación bautismal y en la comunión. Tenemos que buscar, también, juntos el plan de Dios, aceptando el desafío de la sinodalidad, para poder actualizar y expresar la naturaleza y la misión auténtica de la Iglesia de Cristo”.
Todo un importante desafío que se concreta en el camino que, con ocasión del congreso de laicos, continúa, ahora en su tercera fase (post-congreso), que está incluida en los objetivos del curso pastoral 2020-2021, y que se llevará a cabo a través de una guía de trabajo que, elaborado por la Conferencia Episcopal, se enviará a las parroquias próximamente. La delegación ha elaborado, además, un subsidio litúrgico para celebrar este día.