Ante la celebración el 8 de marzo del Día de la Mujer, Cáritas Diocesana de Huelva lleva años trabajando de manera transversal dentro de todas sus áreas el tema de la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, así como poniendo el énfasis en la detección de situaciones de especial vulnerabilidad que pueden sufrir las mujeres.
Además desde Cáritas se pone el foco en el agravamiento de la situación de vulnerabilidad de las mujeres que sufren algún tipo de violencia por ser mujer. Estas situaciones son acompañadas a través del proyecto ‘Atención a las mujeres en situación de marginalidad’, más conocido como proyecto AMMAR y los talleres de intervención y educación familiar que se organizan desde el Área de Familia.
Hay que tener en cuenta que la población de mujeres que Cáritas Diocesana de Huelva atiende está constituida por mujeres que viven distintas situaciones de pobreza, exclusión, marginación y violencia. Son mujeres tanto españolas como inmigrantes, víctimas de discriminaciones importantes y múltiples, que muchas veces tienen imposibilidad de acceder a sus derechos más básicos (educación, vivienda y empleo). Además, la figura principal que acude a los espacios de acogida son fundamentalmente mujeres, ya que son las que habitualmente encabezan sus familias. Por otro lado hay un porcentaje muy alto de familias monoparentales con hogares encabezados por mujeres. Son ellas las que en la mayor parte de los casos asumen la responsabilidad de tirar hacia delante con sus familias porque muchas veces sus parejas no desempeñan un papel importante en el entorno familiar.
En muchas ocasiones hay conductas y sucesos en sus vidas que inciden muy negativamente en la salud integral de estas mujeres: distintos tipos de dependencia, ser víctima de explotación sexual o estás en contexto de prostitución, vivir o haber vivido malos tratos físicos y psicológicos, no tener pautas claras de cuidados de la propia salud… Por ello es importante dar una respuesta para fortalecer su salud integral. En este sentido, Cáritas Diocesana de Huelva desempeña acciones concretas para paliar esta problemática. Dentro del proyecto AMMAR para promover la igualdad de género y favorecer la integración social y el desarrollo personal de las mujeres, se desarrollan talleres orientados a mejorar su promoción, como son un taller artesanal y otro de peluquería y estética que llevan de la mano talleres transversales de género e igualdad, habilidades personales y sociales. Además de esta actividad, se visita a las mujeres en situación de calle para conocer su realidad en primera persona y crear un vínculo que impulse el trabajo con la mujer. También, según la problemática de la mujer, se comienza a trabajar un proceso personal con la mujer donde ella es la protagonista de su propio cambio donde es acompañada en todo momento.
Las mujeres que se atienden en este proyecto han vivido durante mucho tiempo en la exclusión social, por lo que vienen muy deterioradas a todos los niveles, tienen graves dificultades para su inserción social, sienten indefensión, pierden el control de su vida y de sus sentimientos. Este estado se acaba generalizando y la mujer termina en un estado de indefensión aprendida, pensando que no puede conseguir avanzar en su vida.
Algunas de las características comunes que experimentan las participantes es que suelen tener baja autoestima y baja cualificación laboral, manifiestan malestar consigo mismas y muestran una tendencia a infravalorar sus capacidades, conocimientos y habilidades. “Otro sentimiento que les acompaña es la ansiedad y la depresión, tienen dificultad para tomar decisiones, experimentan una gran inseguridad, miedo a hacer frente a situaciones nuevas, poco apoyo tanto familiar como social, acoso por parte de la pareja, son cabezas de familia con dificultad de horarios y urgencias de ingresos económicos para hacer frente a sus necesidades y a las de sus hijos e hijas”, cuenta Petri Chaparro técnica del proyecto AMMAR Puertas Abiertas. Con esta acción, Cáritas Diocesana de Huelva es ofrecer un acompañamiento integral a estas mujeres, para que no se sientan sola en su proceso y tengan asegurado el acceso a los recursos socio sanitarios que ofrece la comunidad.
Otra de las acciones realizada desde el Área de Familia en las parroquias de Huelva ciudad cabe destacar el trabajo de intervención y educación familiar que se realiza en varias parroquias desde hace más de cinco años. Se trata de una acción que se va consolidando en algunas parroquias de la periferia de Huelva como son la de San Francisco de Asís, la de Sagrada Familia, Ntra Sra del Carmen y Ntra Sra de los Dolores, que siguen apostando por tratar de ofrecer una respuesta integral a las problemáticas y necesidades detectadas en las familias atendidas. En ellos participan mujeres jóvenes con graves dificultades socioeconómicas, a las que se acompaña durante varios meses con el fin de promover su desarrollo y crecimiento personal, detectando y trabajando sus carencias y reforzando sus capacidades o potencialidades de manera que se conviertan en protagonistas de su proceso de cambio, y se involucren más en la resolución de sus problemas.
La ventaja de trabajar de forma grupal es el poder generar espacios de relación, de encuentro y de aprendizaje donde se acompaña a las mujeres desde la cercanía, desde la cotidianeidad de sus circunstancias. Es un lugar donde ellas pueden abrirse y compartir miedos, dificultades y logros, reducir el estrés y la ansiedad, donde se potencia el conocimiento personal y puedan reconocerse como personas valiosas y capaces de mejorar su vida.
Hay que tener en cuenta que estas mujeres, que en su mayoría son portadoras de la situación propia y la de sus familias y llevan el peso de los problemas, no disponen de espacios de aprendizaje, de apoyo, de escucha de sus preocupaciones e incluso de ocio. El trabajo en grupo se convierte para ellas es un espacio no sólo de aprendizaje sino también de terapia personal. Supone un tiempo que dedican a ellas mismas, al encuentro consigo mismas y con las demás.
Desde esta realidad cobra importancia la necesidad de realizar un trabajo integral con las mujeres teniendo en cuenta todos los ámbitos de la persona y trabajar con ellas desde un proceso educativo que contemple sus capacidades y posibilidades y su desarrollo en algunas dimensiones como la adquisición de competencias personales, socio-familiares, domésticas, hábitos saludables y prácticas de autocuidado físico, reducción de conductas de riesgo y prevención de la violencia de género.