A los presbíteros, diáconos, personas consagradas y a todos los fieles laicos de la Diócesis de Huelva
1. Convocad a la asamblea, reunid a la gente, santificad a la comunidad (Joel 2,15 s), en estas palabras del profeta podemos escuchar la invitación de Dios a retomar el ritmo habitual de la vida eclesial. Aunque la Iglesia no cierra en vacaciones, es evidente que pasado el verano recuperamos el ritmo normal de la actividad pastoral. La palabra Iglesia designa la asamblea del pueblo elegido en la presencia de Dios. Cuando la primera comunidad cristiana se da el nombre de Iglesia se reconoce como el nuevo pueblo convocado por Dios. La Iglesia de Dios existe en las comunidades locales y se realiza como asamblea litúrgica, sobre todo en la celebración de la Eucaristía (Catecismo 751).
2. La pandemia que sufrimos ha trastocado muchas cosas en las relaciones familiares, sociales y económicas; también las convocatorias eclesiales se han visto alteradas. En el primer momento nos dejó paralizados; después nos hemos ido adaptando en la medida de lo posible y con prudencia responsable a las exigencias que nos imponían las circunstancias sanitarias. La creatividad que muchos habéis desplegado para mantener de forma on-line los vínculos comunitarios en la pandemia es meritoria y digna de agradecer y, sin duda, hemos aprendido formas de proceder que nos serán de provecho en el futuro. No podemos dejar de recordar en nuestra oración a las personas que han perdido la vida a causa del coronavirus (COVID-19) en Huelva y en todo el mundo, ni tampoco a sus familiares y amigos. Con el recuerdo emocionado por los que han muerto y la esperanza de la recuperación de los contagiados, ahora tenemos que afrontar con decisión el curso pastoral. Debemos volcarnos en convocar de nuevo a la comunidad cristiana, abriendo ocasiones para el encuentro presencial en las celebraciones sacramentales y oración comunitaria, en la catequesis y la formación, en la cercanía física a los mayores, a los enfermos y a los pobres. La dimensión comunitaria es esencial para el cristiano. Es urgente volver a la normalidad de la vida de la Iglesia con la presencia física, sobre todo, en la Misa dominical donde las circunstancias sanitarias lo permitan. Confiamos que las vacunas vayan llegando a la mayoría de las personas, y esto nos permita recuperar la normalidad de las relaciones eclesiales y sociales.
3. Los últimos días del mes de junio tuvimos un Consejo Episcopal más largo de lo habitual, entre otras cosas, para programar el siguiente periodo pastoral. Junto a los Vicarios, deseo presentaros con estas líneas el nuevo curso pastoral 2021-22.
A todos os proponemos tres núcleos de atención en el nuevo curso: primero, la fase diocesana de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, cuyo tema es Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión; segundo, la continuación del Año de la Familia Amoris Laetitia; y tercero, la elaboración de las Orientaciones Pastorales Diocesanas para los próximos años.
1. Nuestra contribución al sínodo Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión
4. El papa Francisco ha enseñado en varias ocasiones que el camino de la sinodalidad es el camino de la Iglesia en el tercer milenio. La palabra «sínodo» significa caminar juntos laicos, sacerdotes, diáconos y religiosos con los Obispos, cum Petro et sub Petro, es decir, con el Sucesor de Pedro y bajo su autoridad. Por eso, la próxima Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos tendrá como tema: Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión. Y para que este evento eclesial sea un camino de toda la Iglesia, el Santo Padre ha aprobado un itinerario sinodal que se articula en tres etapas: fase de las iglesias particulares y otras realidades eclesiales (octubre 2021- abril 2022), fase continental (septiembre 2022 – marzo de 2023) y fase de la iglesia universal (octubre de 2023). Todo el proceso comenzará con la apertura del Sínodo por el Santo Padre en Roma los días 9 y 10 de octubre de 2021.
5. Así pues, la fase diocesana la iniciaremos el próximo día 17 octubre, fecha fijada para la inauguración del sínodo en las iglesias particulares. El objetivo de esta fase es la consulta al Pueblo de Dios, para que en el proceso sinodal todos los bautizados tengan la posibilidad de participar. La Secretaría General de Sínodo enviará un Documento preparatorio, acompañado de un Cuestionario y un Vademécum con propuestas para realizar la consulta en cada Iglesia particular. La consulta en la diócesis se desarrollará a través de los órganos de participación previstos en el derecho, sin excluir otras modalidades que se juzguen oportunas para que la consulta cumpla el objetivo señalado. La fase diocesana se clausurará con una reunión pre-sinodal, y enviaremos nuestras aportaciones a la Conferencia Episcopal en una fecha fijada por la misma.
6. He designado responsable diocesano de la consulta sinodal al Vicario General, P. Emilio Rodríguez Claudio. Él tiene el encargo de coordinar y acompañar todos los pasos de la fase diocesana, para lo cual podrá ayudarse con el equipo de colaboradores que estime conveniente, y ser punto de referencia y enlace con el Coordinador en la Conferencia Episcopal, Mons. Vicente Jiménez Zamora, arzobispo emérito de Zaragoza.
7. Es una ocasión para reflexionar, discernir y rezar juntos. Como el propio papa Francisco señalara, padecemos un cierto cansancio en cuanto a la participación en los instrumentos sinodales en la iglesia, consejos diocesanos o parroquiales. Sin embargo, hemos de reaccionar con fidelidad, porque no se trata de modas temporales carentes de eficacia apostólica, sino de responder a la perenne misión que Cristo Resucitado hace a toda su Iglesia: Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación (Mc 16,15)
2. El Año de la Familia Amoris Laetitia
8. Este Año de la Familia se prolonga hasta el 26 de junio de 2022, por tanto, abarca todo el curso pastoral. Se inició el 19 de marzo de 2021. Busca apoyar a las familias, comprometiéndonos a prestar todos los auxilios pastorales que estén a nuestro alcance para salvaguardar los vínculos, que son tan necesarios para el bien de las personas y de la sociedad, entre los esposos, los padres con los hijos y la integración de los abuelos.
9. No podemos olvidar nuestro difícil contexto sociopolítico marcado por las iniciativas legislativas del gobierno sobre la educación, la eutanasia, el aborto, el avance implacable de la ideología de género, etc. Todas ellas ponen en riesgo la libertad y la salud humana y espiritual de las familias, y van en la línea de un proyecto de deconstrucción cultural y social, que considera una reliquia del pasado la cultura y la moral cristiana; dañando gravemente la dignidad del ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios.
10. Así pues, pensemos qué podemos hacer durante esta etapa pastoral para actuar como una Iglesia misionera, que sabe que uno de los lugares privilegiados para la evangelización es la familia. En la exhortación apostólica Amoris Laetitia (La alegría del amor. Sobre el amor en la familia), cuyo quinto aniversario conmemora este Año de la Familia, encontraremos orientaciones que pueden renovar e impulsar la acción de la Iglesia con las familias.
3. La elaboración de las nuevas orientaciones pastorales diocesanas
11. En el primer año de mi servicio episcopal, propuse que hiciéramos una reflexión sobre nuestra realidad eclesial y social en la Diócesis de Huelva con el método D.A.F.O. (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades). Han respondido la mayoría de los arciprestazgos, veinticuatro parroquias lo han hecho directamente, instituciones diocesanas como el Seminario, Cáritas, CONFER-Huelva, Consejo de Pastoral Diocesano, las Delegaciones y Secretariados diocesanos y algunos grupos y comunidades. Así pues, se ha recogido un número suficientemente significativo de respuestas, que en su conjunto ofrecen una panorámica general de la realidad social y eclesial de la Diócesis de Huelva. Además, este material debe ser enriquecido con las aportaciones diocesanas que se presentaron para el Congreso de Laicos Pueblo de Dios en salida. Con todo ello podemos tener una visión del contexto y la realidad eclesial de Huelva realista y compartida. Ahora toca preguntarnos qué hacemos, para avanzar en la conversión pastoral y misionera y responder a la situación eclesial y social que percibimos.
12.Debemos pensar juntos unas orientaciones pastorales capaces de ordenar los múltiples trabajos de la evangelización de nuestra iglesia particular en los próximos años. Sabemos que ni los pastores ni los laicos programamos la vida de la Iglesia. Los dones del Espíritu Santo crecen y actúan independientemente de nuestras previsiones. Sin olvidar nunca esta visión sobrenatural de nuestro quehacer eclesial, es bueno que pensemos unas Orientaciones Pastorales que puedan ser referencia para todos y animen la renovación misionera de la Iglesia en Huelva, desde nuestra identidad centrada en Cristo y abierta al diálogo evangelizador con nuestro pueblo para comunicar el Evangelio con alegría y confianza.
13. Para ser misioneros nuestras parroquias, movimientos y grupos cristianos tienen que vivir intensamente la comunión eclesial en el interior de las propias comunidades, y también con la Iglesia diocesana y la Iglesia universal; porque donde se impone la diversidad de opiniones en cuestiones de fe o de moral, la Iglesia se desdibuja y pierde poder de convicción. A la hora de elaborar nuestras Orientaciones Diocesanas, la comunión eclesial nos ofrece orientaciones preciosas que debemos atender.
14.El papa Francisco va marcando con su magisterio un camino: particularmente, en su primera exhortación apostólica Evangelii Gaudium (La alegría del Evangelio. Sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual) encontramos el estilo misionero que actualiza hoy la misión permanente de la Iglesia, que no es otra que evangelizar; nos ha recordado con fuerza que quien evangeliza es el testigo, y en la exhortación apostólica Gaudete Exultate (Alegraos y regocijaos. Sobre la llamada a la santidad en el mundo actual) nos hace una llamada apremiante a la santidad, a la cual también debemos prestar atención, ya que sin vida sobrenatural todo lo que hagamos es estéril o carece de lo esencial, la llamada a la santidad que todos recibimos en el Bautismo es ineludible; y ha subrayado que la Doctrina Social de la Iglesia, que ha prolongado en sus dos cartas encíclicas Laudato Si ́ (Alabado seas. Sobre el cuidado de la casa común) y Fratelli Tutti (Todos hermanos. Sobre la fraternidad y la amistad social), forma parte del anuncio del Evangelio, y en ella encontramos pautas actuales para la presencia pública de los cristianos en la sociedad actual.
15. Los obispos españoles acabamos de publicar un documento titulado Fieles al envío misionero: Aproximación al contexto actual y marco eclesial. Orientaciones pastorales y líneas de acción para la Conferencia Episcopal Española (2021-2025). También aquí encontraremos claves para interpretar nuestra propia realidad social y eclesial, así como prioridades y líneas de trabajo para impulsar la conversión pastoral misionera entre nosotros.
16. Qué podemos hacer para aterrizar con una aplicación real en nuestra Iglesia particular estas reflexiones, y cómo llevar adelante la tarea evangelizadora que el Señor nos ha confiado, son las preguntas que debemos hacernos en los próximos meses en los grupos parroquiales, movimientos, asociaciones y comunidades religiosas para fraguar entre todos nuestras Orientaciones Pastorales Diocesanas.
4. Visita ad Limina e inicio de la Visita Pastoral a las parroquias
17. En los próximos meses los Obispos españoles hemos sido convocados a la Visita ad Limina Apostolorum, lo haremos en cuatro tandas agrupados por provincias eclesiásticas, nuestro grupo estará en Roma entre el 17 y el 22 de enero. Se trata de una Visita-peregrinación cuya finalidad es el fortalecimiento de la responsabilidad los obispos como sucesores de los Apóstoles y de la comunión jerárquica con el Sucesor de Pedro y la referencia, en la visita a Roma, a las tumbas de los Santos Pedro y Pablo, pastores y columnas de la Iglesia Romana. Forma parte de la preparación de la Visita la relación sobre el estado de la diócesis, prescrita por el Código (can. 399), que debe ser enviada previamente; así en el encuentro del Santo Padre con los Obispos y de éstos con los diversos Dicasterios de la Curia romana, debidamente informados, puede darse un diálogo pastoralmente constructivo y provechoso. Sin duda que estos encuentros nos facilitarán indicaciones valiosas para orientar nuestro quehacer eclesial en la diócesis.
18. También, me propongo iniciar la Visita Pastoral a las parroquias. Como sabéis, no es un acto puramente administrativo, sino de naturaleza eminentemente pastoral. Es la visita del Pastor que conoce la labor apostólica de los laicos, religiosos y sacerdotes, comparte las dificultades de la comunidad cristiana, estimula a los fieles en el camino de la santidad, corrige y ayuda a buscar caminos comunes para la evangelización de nuestros barrios y pueblos. La visita pastoral se realizará por arciprestazgos, preparando con las parroquias que lo componen el programa y el calendario.
5. Exhortación final
19. Reanudemos nuestro curso pastoral con ilusión, alegría y esperanza, sabiendo que, con palabras de S. Agustín, la Iglesia continúa su peregrinación en medio de las persecuciones del mundo y de los consuelos de Dios (cf. Vaticano II, Lumen Gentium. Sobre la Iglesia, no 8). Y la tarea, os lo repito una vez más, se centra en Cristo mismo, al que hay que conocer, amar e imitar, para vivir en él la vida trinitaria y transformar con él la historia hasta su perfeccionamiento en la Jerusalén celeste (S. Juan Pablo II, Novo Millennio Ineunte. Al comienzo del nuevo milenio, no 29).
20. Tomar nota con espíritu de comunión eclesial en vuestras agendas personales y comunitarias de la programación diocesana que os presentamos. Sin olvidar lo que Jesús nos ha dicho en el Evangelio: sin mí no podéis hacer nada ( Jn 15,5), todos debemos poner en sus manos el curso pastoral que comenzamos, os invito a hacerlo con la oración de la Liturgia de las Horas: Señor, que tu gracia inspire, sostenga y acompañe nuestras obras, para que nuestro trabajo comience en ti, como en su fuente, y tienda siempre a ti, como a su fin (L.H. Laudes, lunes I). Nos confiamos a la maternal intercesión de la Santísima Virgen María, la Inmaculada Concepción, y de San Leandro, nuestros patronos, y a la de todos los santos y beatos de la diócesis de Huelva.
Os encomiendo a todos en mis oraciones. Recibid un cordial saludo, con mi afecto y bendición.
+ Santiago Gómez Sierra, Obispo de Huelva
Huelva a 8 de septiembre de 2021,
fiesta de la Natividad de la Bienaventurada Virgen María