Cada 24 de septiembre se celebra la festividad de Nuestra Señora de la Merced, patrona de las instituciones penitenciarias. El director del Secretariado Diocesano de Pastoral Penitenciaria, Antonio Sánchez, ha escrito un artículo con motivo de esta celebración y de los 25 años de la constitución de este secretariado en nuestra diócesis que puede leerse a continuación:
‘Veinticinco años de otra libertad’
Sí. Este 24 de septiembre se cumplen veinticinco años de la organización y constitución de la Pastoral Penitenciaria en la Diócesis de Huelva. Anteriormente la Iglesia realizaba su labor en la antigua cárcel. Lo venía haciendo desde hacía años atrás. En ese mundo tan complejo y apasionante hay seres que luchan por vivir, que pelean por una vida mejor hasta conseguir y llegar a la libertad. Y allí estaban los voluntarios de la pastoral. Todavía recuerdo cómo yo, siendo estudiante de bachiller, tuve un primer contacto con el mundo carcelario. Un sacerdote amigo que visitaba la cárcel me pidió una tabla de logaritmos para un preso. Eso me hizo comprender que en ese mundo había personas tan iguales como yo, y al cabo del tiempo aquí me veo viviendo la cárcel. El mundo de la prisión está lleno de prejuicios, de estereotipos y tópicos que en la sociedad han calado como verdaderos. La cárcel despierta curiosidad y morbo, pero nunca comprensión y servicio. Es ese mundo en donde se da el sufrimiento y la exclusión. El Papa Francisco ha reactivado el concepto de “Periferia”. ¿Y en la prisión no estamos ante una “periferia”? Y esa es la labor de la Pastoral Penitenciaria. El trabajar por los “sin libertad“ dentro de la falta de libertad. Cada vez que uno de nosotros se acerca a ellos es como si le abriéramos una ventana. Allí te encuentras con personas tan normales de la calle como tú mismo. Personas que con la mirada ya sienten esa palabra cálida que les llega, ese abrazo reconfortante que les sabe a poco. Somos alguien que les “huele a calle “, que les lleva un poco de libertad. Y la Pastoral Penitenciaria simplemente lo que hace es eso. Sencillamente lo que está haciendo es no separarlos del mundo. Es llevarles la libertad, esa otra “LIBERTAD“ que les da Dios a través de sus testigos. Es hacerles comprender el derecho que tienen a la reinserción y el deber que también tienen de pedir perdón, pero así mismo de ser perdonados. Y simplemente es eso.
Y ahora, cuando se cumplen esos veinticinco años, queremos celebrar ese quehacer que tantos y tantos voluntarios han realizado. Queremos festejar ese cariño, ese amor derramado durante años. Esa callada labor de los capellanes y cristianos de a pie que día a día van construyendo un poquito de libertad para ellos. Al ser un mundo tan apartado casi ni se conoce qué hace la Pastoral Penitenciaria. Es necesario que salte a la calle, que se sepa fuera de los muros, que allí están por Cristo y con Cristo. Ayúdennos con sus oraciones.
Antonio Sánchez,
director del Secretariado Diocesano de Pastoral Penitenciaria