El párroco de Cortegana nos acerca a esta obra excepcional, donada por el belenista Francisco García y montada por Alberto Oliver y Juan Randado y que puede ser visitado en la iglesia de San Sebastián de la localidad serrana.
El Belén Napolitano de la Parroquia de El Divino Salvador de Cortegana, situado en nuestra querida Iglesia de San Sebastián, es fruto de años de colección y dedicación de D. Francisco García Vázquez, quien tras años de gusto por esta afición decide donarlo cariñosamente a nuestra parroquia para que todo aquel que lo visite pueda disfrutar de la belleza de esta obra y del mensaje, que al ojo incauto pasa desapercibido, y que sin embargo en ella se encuentra contenido. La obra de montaje y escenografía que han realizado D. Alberto Oliver y D. Juan Randado en este belén nos sitúa ante el nacimiento de Jesús, junto a su madre la Virgen María y su padre San José, rodeado por un coro de ángeles que porta una enorme variedad de instrumentos musicales y que surcan el cielo bajo el cual aparece el icónico Castillo de Cortegana.
Este último es solo uno de los muchos guiños a nuestra localidad que esta obra contiene. Toda la escena se enmarca en un paisaje montañoso, en el que llaman la atención las firmes columnas de estilo corintio que acogen el pesebre. Del mismo modo, los sillares y un imponente acueducto de ladrillo rojo al fondo, aunque se muestra parcialmente en ruinas, llena de arcos y color el horizonte corteganés haciendo juego con los tejados que cubren casas y balcones. Por otro lado, la lonja y los pasillos de piedra y mármol por los que se escapa la vista enriquecen aún más el paisaje, combinando con el empedrado del suelo.
Los autores han querido mostrar cómo la obra de Dios se encarna y ocurre en medio de nuestra cotidianidad; así podemos observar cómo los tres Reyes Magos pasan, mostrando su majestuosidad y características típicas a un pueblo que vive su día a día. Queda esto reflejado en escenas como el almuerzo doméstico con toques andaluces en el que no faltan ni la guitarra flamenca ni el plato de jamón. Se hacen presente los cestos de mimbre, las bandejas plateadas y las vasijas de barro, de la misma manera que se encuentran también la cerámica con el estilo propio de Cortegana y los productos ibéricos de la comarca.
No puede dejar de observarse el mercado de abastos, con el almanaque de la Virgen de la Piedad señalando el año 2019, que nos habla de la Patrona de Cortegana y del año en el que quedó instalado este belén. El mercado está lleno de verduras, chacinas, carnes, pescados, quesos y vinos que son las delicias de estas tierras serranas. Asimismo, podemos asistir a la declaración de amor de una joven pareja ilusionada, podemos observar a la anciana que en su silla vende castañas asadas, a los jóvenes trabajadores, uno de ellos portando en su carro tirado por un borriquillo, el pan y el vino, las especies eucarísticas; un cordero que nos habla de la entrega del Señor. Y junto a este, dos negociantes con dinero en las manos, distraídos por sus billetes de la presencia santa de Dios que pasa.
Son testigos de todos estos momentos los variados animales que se concitan en esta cotidianidad tan extraordinaria de la que hablamos: cigüeñas y ovejas, perros y gatos, y algún que otro ratoncillo buscando restos de comida y que los niños descubrirán en un plano que está adaptado a su altura.
Quiere reflejarse aquí la historia de la humanidad llena de acontecimientos divinos y humanos, desde que ésta comienza a la izquierda simbolizada en el Edén y en la maligna y engañosa serpiente hasta el final de los tiempos reflejado a la derecha, con la torre a la hora en la que el ángel hace sonar la trompeta final.
El visitante que quiera conocer esta obra quedará maravillado por la gran actividad que en él se refleja y la rica vestimenta que adorna a cada uno de los muchos personajes, desde el más ostentoso Rey mago hasta la humilde sábana sobre la que reposa el Niño Jesús, sin duda el más tierno de los personajes, pero protagonista, fundamento y clave indiscutible de toda la obra.
José Ángel Romero Pérez, párroco.