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El grupo Brotes de Olivo ofrecerá el concierto ‘Gracias’ con motivo de sus cincuenta años de trayectoria musical

Publicado:
11 diciembre, 2021

Los trece hermanos Morales Escala, fruto del matrimonio onubense formado por Vicente Morales y Rosa Escala, celebrarán los cincuenta años de andadura con un concierto sinfónico que tendrá lugar el próximo lunes, 13 de diciembre, a las 20.00 h. en el Gran Teatro de Huelva.

Las voces de Brotes de Olivo estarán acompañadas por la Banda Sinfónica Municipal de Huelva, dirigida por Francisco Andrés de la Poza, que interpretará los arreglos musicales realizados por el profesor de guitarra y jefe de estudios del Conservatorio Profesional ‘Javier Perianes’ de Huelva, José Raúl Llanes Membrillo.

Tras varios meses de ensayo, un auditorio repleto podrá deleitarse con una selección de los temas más representativos del reconocido grupo de música católica en un concierto especial con el que Brotes de Olivo quiere agradecer a Dios y a las personas e instituciones que les han acompañado a lo largo de su trayectoria, todo lo vivido en estos cincuenta años.

Un concierto que, además, tiene un fin benéfico, pues la recaudación irá destinada a la Casa Paco Girón, a la Casa Hogar Oasis y a ASPACEHU, y que ha podido ponerse en marcha gracias al patrocinio del Ayuntamiento de Huelva, Puerto de Huelva, Fundación Cajasol y Fundación Caja Rural del Sur, y la colaboración de la Diputación Provincial de Huelva, el Gran Teatro y DEVENTOS.

50 años que agradecer

Fue un 3 de junio de 1971 cuando los hijos de Vicente Morales y Rosa Escala cantaron por primera vez bajo el nombre de Brotes de Olivo. En aquella ocasión, la Ciudad Deportiva acogía un concierto a beneficio de Cáritas y de la Ciudad de los Niños. Desde entonces hasta hoy, han pasado más de cincuenta años, miles de conciertos y de kilómetros acumulados anunciando el Evangelio allí donde se les requería, veintisiete discos de estudio –dos de ellos dobles y uno triple– y muchos cientos de canciones que no llegaron nunca a grabarse. Es el legado de una familia atravesada por una vivencia muy especial y dotada del don privilegiado de la voz y la armonía con la que pusieron música a su propia experiencia de fe y a la vida de muchas personas a las que, de algún modo, les llegó el mensaje de sus letras. Todo esto, les ha hecho ser un referente en el panorama musical católico y merecedor del reconocimiento del papa Francisco que, recientemente, ha condecorado a los padres, Vicente y Rosa, con la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice, la más importante distinción de la Iglesia Católica.

La antigua capilla del convento de las Adoratrices, que por aquellos entonces hacía de templo parroquial de Cristo Sacerdote, fue el germen de este grupo. Allí, en la segunda mitad de los años 60, la familia animaba la Misa de cada domingo con un teclado Farfisa que Vicente había aprendido a tocar de manera autodidacta. La voz delicada de Rosi, como familiarmente es llamada, acompañaba la melodía a la que se les iban agregando los hijos conforme crecían: Ali, Juan, Marisol, Judth… El mantel que cubría el altar de la parroquia llevaba inscrito una frase del salmo 127: “Tus hijos, como brotes de olivo en torno a tu mesa”. Cada medio día, la familia, cada vez más numerosa, se reunía en torno a sus padres y al piano de casa para cantar. Aquello que al comienzo era un juego para los hijos, poco a poco fue configurando sus vidas. Vicente y Rosi, por aquellos entonces formaban parte de un grupo de matrimonios nacido en torno al movimiento de Cursillos de Cristiandad. Pronto, el grupo descubrió en el potencial cantor de esta familia un modo de anunciar el Evangelio y, a partir de ahí, todo lo que ha ido transcurriendo ha sido una aventura imprevista que les ha ido llevando por numerosos rincones de España y otros países europeos e incluso al otro lado del océano Atlántico: México, Venezuela y Perú. Grandes y pequeños auditorios, en los que el testimonio de una familia, que nunca hizo de esto su medio de vida, hizo posible que a muchos llegara el mensaje de Jesús de Nazaret con gran fuerza y frescura.

En torno a Brotes de Olivo siempre ha habido mucha gente que ha acompañado, financiado y posibilitado esta labor evangelizadora. Desde aquellos primeros matrimonios, la trayectoria de este grupo musical ha ido generando una familia espiritual cuya referencia más estable es la comunidad Pueblo de Dios, situada en el término municipal de Niebla, que este año también ha cumplido 40 años. La Diócesis de Huelva celebraba, el pasado 24 de mayo, un homenaje a Vicente Morales y Rosa Escala en reconocimiento a todo este camino de 60 años de matrimonio, 50 de Brotes de Olivo y 40 de Pueblo de Dios y a su contribución en favor de la evangelización y la comunión en la Iglesia.

Un concierto único

En la gestación de este concierto sinfónico está la inestimable colaboración de José Raúl Llanes, profesor del Conservatorio Profesional ‘Javier Perianes’, promotor de este concierto sinfónico, previsto ya antes de la pandemia, y que ha sido el encargado de transcribir a partitura los distintos arreglos musicales de las canciones, tal y como fueron grabadas en estudio. Gracias a su intermediación, la Banda Sinfónica Municipal de Huelva, con su director Francisco Andrés de la Poza al frente, aceptó el reto de instrumentalizar este concierto único cuyas entradas se agotaron hace ya unos días. Para aquellos que no hayan podido adquirir localidades, podrán seguir el concierto en streaming a través de los perfiles sociales de Brotes de Olivo (Canal Youtube y Facebook: @brotesdeolivo).

Agradecimiento a través de un gesto solidario

Con este concierto, que por razón de la pandemia y sus restricciones había tenido que aplazarse, Brotes de Olivo quiere cerrar un ciclo con este GRACIAS en mayúsculas y retirarse definitivamente de los escenarios, aunque su música seguirá disponible a través de su web brotesdeolivo.es. Qué mejor manera que hacerlo en la tierra que les vio nacer y desde donde han llegado a tantos rincones y corazones con sus canciones.

Dice una de sus letras que recuerda la gesta colombina: “Existen en el mundo otras tierras aún desiertas; están a tu lado sin ser descubiertas. Los hombres que van por la vida sin fe ni esperanza, ni paz alguna, caminan ausentes del mundo, buscando una mano que preste ayuda”. Es la síntesis de una vida entregada a esta causa poniendo a producir el don, compartido en familia, de la música y que quieren agradecer “prestando ayuda” con el gesto solidario de destinar la recaudación a tres entidades beneficiarias: la Casa Paco Girón, la Casa Hogar Oasis y ASPACEHU.

Con el nombre del sacerdote Francisco Girón Fernández, de tantas resonancias en Huelva, la Casa Paco Girón ofrece un hogar de tránsito en la provincia para jóvenes en situación de exclusión o vulnerabilidad social, que necesiten tiempo y espacio para completar los procesos de educación integral, incorporación social y autonomía personal previamente iniciados. Por su parte, la Casa Hogar Oasis, es un recurso que ofrece la Iglesia de Huelva, a través de la Delegación para la Familia y la Defensa de la Vida, a madres gestantes y con hijos pequeños cuyas vidas, fuera de esas paredes, se desarrollarían en condiciones poco deseables, por ser rechazadas y excluidas en su entorno. Finalmente, ASPACEHU es un Servicio Social Especializado, que trabaja en pro de la Integración Social y mejora de la Calidad de Vida del colectivo de personas afectadas por Parálisis Cerebral o discapacidad afín.

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