Según los datos de la EPA del primer trimestre de este año, la tasa de desempleo se encuentra en 13,65%, disminuyendo los contratos a tiempo completo en 171.500 personas, mientras que el empleo a tiempo parcial se incrementa en 71.300.
Nos encontramos ante una crisis de la precariedad que deja casi dos millones de hogares que dependen económicamente de una persona que tiene trabajos inestables. Esto significa que en el último año ha tenido tres o más meses de desempleo o contratos diferentes en empresas distintas. Esta inestabilidad genera en las familias pobreza económica, frustración laboral y personal e impide desarrollar proyectos vitales estables y que tiene efectos a nivel psicológico y emocional.
Por estos motivos, Cáritas Diocesana de Huelva, y más concretamente el área de Empleo y Formación, tiene un objetivo claro con estas personas. El programa responde a necesidades reales de personas en situación o en riesgo de exclusión, con los que Cáritas trabaja con un enfoque multidisciplinar e integrador en el que construyen estrategias personalizadas, en función de las diferentes situaciones de partida (pobreza, inmigración, violencia, discapacidad, discriminación).
Cáritas se mueve por todo el ancho y largo de la provincia. “Tenemos una implantación y capilaridad en el todo el territorio que nos permite múltiples vías de entrada de las personas participantes a los programas de empleo a través de las diferentes parroquias. Esta implantación junto con un acompañamiento integral a las personas, en sus procesos vitales y desde la cercanía son claves en el modelo de intervención. Acompañamos a cada persona en cada momento, en su proceso de reapropiación y transformación de su realidad”, cuenta Toñi Gallardo, responsable del programa de Empleo.
Por otra parte, en el trabajo de orientación y mediación se establece un contacto directo y cercano con las personas participantes, favoreciendo la participación de los mismos. El diseño del itinerario debe de ser consensuado, siendo la persona la que toma sus propias decisiones y el técnico estará apoyando su proceso.
Dentro del servicio de acogida y orientación laboral, las personas pasan por una primera fase de acogida. En un clima de confianza, se conoce a la persona a través de una entrevista y se crea el primer vínculo con ella. Después, una vez obtenida la información, se valora lo que esa persona necesita en el plano laboral y también en otros aspectos que la persona requiera, como es la salud, su situación familiar… Después, las personas trabajadoras de Cáritas junto con la persona participante del proyecto, elaboran y programan una serie de actividades para mejorar sus competencias y la inserción al mercado laboral. Después, a través de entrevistas, las personas tienen un seguimiento por parte de Cáritas y siempre ese plan que se hizo puede ser revisado y modificado.
Por otra parte, existe la mediación laboral y en este sentido Cáritas cuenta con una agencia de colocación que acoge a las personas en un primer momento para conocerles, saber su disponibilidad y actitudes para comenzar su inserción sociolaboral. Después de darles toda la información y también asesoramiento, se les informa sobre las condiciones laborales específicas, ajustando sus expectativas a la realidad del mercado, fomentando su motivación y facilitándoles listados de empresas.
Es en este punto cuando Cáritas comienza a seleccionar las empresas contactadas según el perfil de los participantes. A través de visitas y entrevistas a empresas seleccionadas, contactos telefónicos, envío de documentación sobre nuestro servicio, página web y fidelización con el objetivo de fortalecer y mantener los vínculos de empresas colaboradoras de años anteriores. Por último Cáritas mantiene un contacto muy estrecho con el empresario y el trabajador para saber cómo van las cosas entre ellos y lograr así que la persona contratada se adapte y mantenga el puesto de trabajo.
Cabe destacar que este proyecto está subvencionado por el Fondo Social Europeo y el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2020.