El pasado sábado, 19 de noviembre, se cumplieron quinientos años de la llegada de la orden carmelita a Trigueros. Según consta en los documentos de la historia de la orden carmelita, se creó un convento de carmelitas calzados, como se les conoce ahora, en las afueras del pueblo, posteriormente se construyó el convento y la iglesia dedicada a la Virgen del Carmen que hoy perduran, el primero en manos del Ayuntamiento como centro de servicios sociales y el templo abierto al culto cotidiano como parte de la parroquia.
La presencia del carmelo dio paso a que se nombrara a la Virgen del Carmen como patrona de Trigueros.
Sinopsis histórica del investigador Manuel J. García Martín:
“Según se recoge en la obra “Epítome Historial de los Carmelitas de Andalucía y Murcia” concluida en 1807 por el P. Miguel Rodríguez Carretero y Cordobés, el 19 de noviembre de 1522, el P. Fray Gonzalo Ruiz (conventual del Carmen de Sevilla) tomó posesión de la Ermita de Nuestra Señora de Consolación, extramuros del núcleo urbano de Trigueros y distante del mismo como un cuarto de legua. Se producía de este modo la FUNDACIÓN DEL CONVENTO DEL CARMEN DE TRIGUEROS, cantándose aquella misma tarde en el mismo las Primeras Vísperas.
Han pasado cinco centenarios. Numerosos han sido los padres carmelitas calzados que han pasado por nuestro pueblo, al igual que numerosos fueron los triguereños que optaron por tomar los hábitos y servir a Dios y a la Iglesia desde dentro de la Orden.
Los más de trescientos años que los padres carmelitas estuvieron presentes en Trigueros han dejado una importante huella en él: la devoción a la Virgen del Carmen. Tanto es así que, a día de hoy, la tenemos por Patrona de nuestra villa. Fruto también de este espíritu carmelitano debió ser la idea que, allá por los años cuarenta del siglo XX, tuvo el entonces párroco D. José Ruiz Mantero de fundar nuevamente un convento en nuestro municipio, en este caso de Hermanas Carmelitas Misioneras Descalzas. Ellas han venido desde entonces desarrollando una importante labor pastoral (como la catequesis o las visitas a los enfermos), educativa (siendo muchos los niños y niñas que hemos pasado por el desaparecido colegio que ellas regentaban) y caritativa.
Nosotros, 500 años después de tal acontecimiento, hemos querido rememorar esta efemérides que marcaría la historia de nuestro pueblo. Recordamos de esta forma la gran labor que durante medio milenio han desarrollado, primero los Padres Carmelitas Calzados, y luego las Hermanas Carmelitas Misioneras Descalzas en Trigueros, así como la Hermandad de Nuestra Señora del Carmen (ya existente al menos desde el siglo XVII) y el Carmelo Misionero Seglar. De esta forma le damos gracias a Dios por el mayor regalo que han podido dejarnos: el amor a María del Monte Carmelo a la que generaciones de triguereños se han encomendado buscando auxilio y consuelo en sus sufrimientos”.
