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Domingo III Tiempo Ordinario – A

Publicado:
19 enero, 2023
Imagen de Jeff Jacobs en Pixabay

«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos». (Mt 4, 12-23)

Queridos hermanos:
El Evangelio de hoy, DOMINGO TERCERO DEL TIEMPO ORDINARIO (Mt. 4, 12-23), presenta una gran riqueza en su contenido porque nos anuncia y anticipa de algún modo toda la misión de Jesús dando cumplimiento a las Escrituras.
Distinguimos tres puntos especialmente:
1) El Señor comienza su predicación en “La Galilea de los gentiles”, esa tierra de Zabulón y Neftalí, de la cual el profeta proclamó que aún viviendo en tinieblas el pueblo vio una luz grande (Is. 9,2).
¿Pero cómo Jesús no comenzó su predicación en Judea, en Jerusalén, en el centro del mundo judío que le esperaba desde antiguo? ¿Qué nos quiere decir con esto? Su inicio es en una tierra periférica, impura, despreciada por la presencia de diversas poblaciones extranjeras.
Galilea se convierte en un lugar simbólico para la manifestación de la “Buena Noticia” a todos los pueblos, que no está reservada exclusivamente a Israel. Es un feliz anuncio a quienes lo esperan, pero también a quienes no esperan ya nada. Jesús nos enseña que en la salvación nadie queda excluido, que Dios prefiere partir de los últimos para alcanzar a todos. Nos expresa la infinita misericordia del Padre.
2) Cristo proclama la llegada del Reino, que bien sabemos que no es un lugar material, sino que el reinado de Dios se encuentra presente en nuestra realidad.
La novedad del mensaje de Jesús es que Dios se hace cercano, su poder se manifiesta en la regeneración integral del hombre física, psíquica y espiritualmente, en que nos da vida en abundancia.
El Reino de Dios es la Vida que triunfa sobre la muerte, la Luz que disipa las tinieblas.
La conversión a la que nos exhorta Cristo consiste en abrirse a esa Vida.
3) Además de comenzar su misión en un lugar de descartados, el Señor elige como compañeros a hombres rudos, humildes, sencillos; los busca allí donde trabajan, en su lago, sus barcas, entre sus redes…
Y, sorprendentemente, estos hombres que no son los entendidos ni los doctores de la Ley se dejan cautivar por Él y responden con prontitud y diligencia a su llamada haciendo del seguimiento al Mesías su opción de vida.

Hoy también nos llama el Señor en la realidad de nuestra vida cotidiana: familia, trabajo, acción pastoral, ocio…
Nos llama a ti, a nosotros. ¿Qué y cómo vamos a responderle?

Bendiciones,
Mª Ascensión Alcántara Gijón
Vicente Serván Thomas
Responsables de la Lectura Creyente de la Palabra

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