Nuestro Dios Trinitario es un Misterio, es Misterio de amor, nos sobrepasa y a la vez nos invade y nos acompaña…y habita en nosotros. Porque Dios es amor y no se cansa de perdonar: “Tanto amó Dios al mundo”. Lo ama tanto que viene a estar con nosotros “se hace uno de tantos”, no está lejos. ¡Es un Misterio tan “tocable”!
Experimentamos que el Padre nos llama sin cesar a la profundidad de nuestro ser. Nos reclama porque es nuestro Origen, lo sabemos o lo ignoramos, pero la Raíz de nuestro ser clama por su Dios. “Mi corazón está inquieto hasta que descanse en Dios”, los santos siempre nos aportan experiencia.
“…entregó a su Unigénito”. La sangre de su Hijo Jesús nos ha lavado a todos, nos ha hermanado para siempre. Como hermanos, compartimos los dolores y los gozos no sólo de la humanidad, sino también de esa madre tierra que espera con nosotros la liberación final.
El Espíritu nos incita al bien. Es ese viento que no sabemos de dónde viene, ni a dónde va, la Ruah, que nos mueve desde dentro a cada uno de nosotros y a nuestra historia, y nos conduce siempre a lo mejor, a lo más bueno, a lo que nos saca de nuestro ego y nos lleva hacia el nosotros, a la fraternidad.
Trinidad, “mis Tres”, como Le llamaba Isabel de la Trinidad. El documental LIBRES nos trae a la memoria, como todos esos contemplativos bucean en el Misterio, tienen el don de vivir lo inefable en la vida cotidiana. El don de saborear que lo normal es vivir desde ese Misterio, que nos conforma y transforma. Que esa capacidad la llevamos TODOS dentro.
Santísima Trinidad, Dios que nos sobrepasa, pero que está, que lo sentimos, que nos lleva…. Bendita seas.
CONFER. Huelva.