Tras la presentación del cartel anunciador del Corpus onubense, esta semana tendrán lugar los cultos eucarísticos, organizados por el Excmo. Cabildo Catedral.
De forma extraordinaria, por encontrarse en obras la Plaza de la Merced, el próximo jueves, 8 de junio, se celebrará la Santa Misa en la Iglesia parroquial de la Purísima Concepción. A su finalización, desde allí partirá la solemne procesión del Santísimo Sacramento, portado en la custodia argéntea, obra de Fernando Marmolejo Camargo en 1952. La procesión discurrirá por las calles del centro de la ciudad, terminando con la bendición eucarística en la puerta principal de la citada parroquia. En ella participarán el Sr. Obispo, el Sr. Obispo emérito, el Cabildo Catedral, el clero de la ciudad, hermandades, movimientos y asociaciones apostólicas, así como los niños y niñas de primera comunión, además de las primeras autoridades civiles y militares. Acompañarán el cortejo la agrupación Musical del Santísimo Cristo del Amor y la Banda Municipal de Música de Huelva.
El viernes 9, y el sábado 10 seguirá la celebración del triduo eucarístico, esta vez en la Santa Iglesia Catedral, donde se expondrá el Santísimo Sacramento a las 19.00 horas, terminando con la Santa Misa a las 20.00 horas.
El domingo día 11, solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, a las 12.00 horas será la Santa Misa Estacional en la Catedral, presidida por Monseñor Santiago Gómez Sierra, Obispo de Huelva, que concluirá con la procesión claustral del Santísimo Sacramento bajo palio por las naves catedralicias.
En estas fiestas eucarísticas, como se recogía en la bula Transiturus de hoc mundo de Urbano IV, por la que se creaba la fiesta del Corpus, en 1264: “se reúnan a este fin en las iglesias devotas muchedumbres de fieles, con generosidad de afecto, y todo el clero, y el pueblo, gozosos entonen cantos de alabanza, que los labios y los corazones se llenen de santa alegría; cante la fe, tremole la esperanza, exulte la caridad; palpite la devoción, exulte la pureza; que los corazones sean sinceros; que todos se unan con ánimo diligente y pronta voluntad, ocupándose en preparar y celebrar esta fiesta. Y quiera el cielo que el fervor inflame las almas de todos los fieles en el servicio de Cristo, que por medio de esta fiesta y otras obras de bien, aumentando cada vez más sus méritos ante Dios, después de esta vida, se dé El mismo como premio a todos, pues para ellos se ofreció como alimento y como precio de rescate”.