El Evangelio de Mateo nos ofrece la disputa de la Ley por los Mandamientos, donde Jesús nos llama a seguirlo, a través del Mandamiento principal, “Amarás a Dios sobre todas las cosas, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Pero, no se queda sólo en este mandato, va más allá, con un precepto semejante, “Amar al prójimo como a ti mismo”. De tal forma que son inseparables, son dos mandatos al mismo nivel.
No se puede amar a Dios sin querer a los demás. Ese amor se hace vivo en la misericordia, en la caridad y en la solidaridad con el hermano. Es mirar al mundo de otra manera, persiguiendo la paz, que tanta falta nos hace en estos momentos. El proyecto de Dios sólo busca un mundo más justo basado en el Amor.
Y ante esto cabe preguntarse ¿cómo manifestamos nuestro amor a Dios en la vida diaria? ¿Cómo nos acercamos y tratamos a los demás?
Es una invitación a vivir una fe auténtica donde el AMOR sea el eje central.
María del Carmen Córdoba Gómez,
Delegación Diocesana para las Hermandades, Cofradías, Santuarios y Piedad Popular.