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Domingo XXXI Tiempo Ordinario A

Publicado:
2 noviembre, 2023
"El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido". Evangelio según san Mateo (23, 1-12)

El evangelio de hoy es muy claro, si alguien tiene claro que es importante, que es el primero, que se ponga el delantal y enseñe a servir, comparta el servicio, acompañe en el servicio.

La llamada de atención a todo lo que “está políticamente correcto” está ahí. Es una llamada para todos, para ver si lo que decimos y hacemos está en un mismo orden. Es una llamada a no cargar con fardos pesados, una llamada de atención para ver nuestra tentación: que los demás vean lo bien que lo estoy haciendo, diciendo, siendo. Lo bien que llevo las costumbres, la ley. ¡El prestigio por encima de todo!

A veces mi corazón moraliza a todos los que no son como yo y me vuelvo indolente o intransigente o legalista… es un pecado muy común. ¿Busco la uniformidad? Menos mal que Dios es padre y nos enseña cuando no sólo perdona, sino que se pone el delantal para servir y que aprendamos.

¿Quién de nosotros no se ha visto en estas situaciones? ¿Quién soy yo para poner fardos pesados? ¿Quién soy yo para no ponerme a servir? ¿Tan grande soy que no sirvo ni para servir? ¿Quién me ha dado el poder de estar por encima?

Menos mal que el Evangelio habla en contra de los que podemos ponernos en esa tesitura y avisa a los demás diciendo: “haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen.” Y es que la cosa está muy clara: EL PRIMERO ENTRE VOSOTROS SERÁ VUESTRO SERVIDOR.

Ojalá hagamos un gran grupo de gente con delantales y nuestra vida se construya en ser servidores sociales, que es como mejor podemos evangelizar. Ojalá la fuerza del Evangelio nos contagie para hacer de este mundo la antesala de lo que nos espera más allá.

No alarguemos filacterias, no busquemos asientos de honor, ni pretendamos que nos pongan otros títulos que nos separen de lo que realmente somos.

Vivamos humildemente porque así nos ha enseñado nuestro maestro, el que lleva el título del Amor con creces y de donación de vida.

Porque el que se humilla será enaltecido, compartamos la humildad y la sencillez.

María Jesús Arija García

Delegación Diocesana de Educación y Cultura

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