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Domingo III Tiempo Ordinario – B

Publicado:
19 enero, 2024
«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»

Evangelio de Marcos 1, 14-20

El tercer domingo de la liturgia del tiempo ordinario nos trae las primeras vocaciones al discipulado de Jesús según el evangelista San Marcos que es el que seguiremos en el presente ciclo B.

Marcos hace comenzar el ministerio de Jesús justo después del arresto de Juan, el Bautista. Hay cierto simbolismo entre el fin de una época el comienzo de lo que los cristianos hemos visto como los “tiempos definitivos”.

“Se ha cumplido el plazo”, concluye la espera y no hay otra opción que dar el paso delante de la conversión, la llegada el reino es inminente, ya está aquí, Jesús lo hace presente y no hay otra respuesta que convertirse, es necesario cambiar para formar parte de él.  Cambiar de actitudes, de forma de ver a Dios y al prójimo, creer la Buena Noticia, el Evangelio que Jesús anuncia es lo que fortalece el esfuerzo de conversión y el requisito para formar parte del reino anunciado.

La primera lectura nos ha recordado la tarea de Jonás en Nínive, su predicación provoca el arrepentimiento y la penitencia, el primer paso para la salvación. Jonás lleva a cabo su misión sin ningún entusiasmo, se había resistido, tenía un muy mal concepto de los ninivitas y pensaba que cualquier mal que les sobreviniera lo tenían merecido. Pero Dios no elije a sus profetas para garantizar una condena y un castigo, si no para hacer posible el arrepentimiento, la conversión y practicar la misericordia, así que el anuncio desganado de Jonás provoca la salvación de un pueblo que estaba condenado por sus conductas previas.

Juan el Bautista ha hecho la tarea de Jonás, abriendo camino a la conversión que ahora, terminado el plazo, Jesús reclama. El arrepentimiento es condición para el perdón y la misericordia, hace posible que Dios te abrace y te sientas reconciliado y capaz de una vida nueva. Empieza el tiempo del reino, la etapa definitiva, el tiempo de los frutos de una vida nueva, del seguimiento al Mesías esperado, de formar parte de la tarea que hace posible una tierra nueva anticipo de unos cielos nuevos.

Rafael Benítez Arroyo. Delegado diocesano de medios de comunicación.

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