El aula San Pablo del Instituto Teológico San Leandro de la Diócesis de Huelva acogía, en la mañana de este lunes 15 de enero, la primera sesión del curso «Peregrinos de Esperanza» que la delegación diocesana para el Apostolado de los Laicos ha puesto en marcha como medio de preparación al gran acontecimiento eclesial que supondrá el Jubileo del año 2025. Un curso que profundiza en las cuatro grandes constituciones del Concilio Ecuménico Vaticano II.
El delegado diocesano para el Apostolado de los Laicos, Juan Diego González Sanz, iniciaba el curso dando la bienvenida y agradeciendo, en nombre de nuestro obispo D. Santiago, la participación a los asistentes presentes en el Aula San Pablo del Instituto Teológico San Leandro así como a los que siguieron la sesión a través de su Sala Virtual, y explicó el motivo y dinámica del curso, para dar paso al ponente de la primera sesión, el sacerdote diocesano y delegado de Liturgia, Francisco José Feria Reviriego.
La constitución conciliar «Sacrosanctum Concilium» ha sido el primer documento que se ha querido profundizar en esta primera sesión. Dedicado a la Sagrada Liturgia, a través de esta constitución los padres conciliares pretenden «proveer a la reforma y al fomento de la Liturgia», como el propio documento indica en su proemio. El ponente, en una primera parte, realizó un recorrido histórico del movimiento litúrgico que promovió la reforma litúrgica y culminó en la redacción final de esta constitución y su posterior implantación. Seguidamente, introdujo las claves fundamentales para la comprensión de esta reforma y la novedad que aportó en su momento, para exponer sucintamente el contenido del documento siguiendo su propia estructura.
A continuación, el profesor de Liturgia del Instituto Teológico San Leandro, Pedro Carrasco Chacón, en su turno de réplica, explicó cómo esta constitución ayudó a redescubrir la grandeza de la Liturgia y su dimensión pastoral, fundamento del movimiento litúrgico con figuras tan destacadas como Romano Guardini u Odo Casel. El profesor, también quiso subrayar la diferencia entre los elementos esenciales de la liturgia y los circunstanciales en los que, señaló, solemos estar más atentos olvidando que la centralidad de la liturgia es Jesucristo en esa doble dimensión de misterio y comunión. Finalmente, Carrasco Chacón recordó que la celebración litúrgica requiere de la fe, el misterio y la vida para que pueda ser experimentada como verdadera fuente para la vida creyente.
Tras un breve descanso, la sesión culminó con un diálogo abierto de los participantes con ambos expertos en los que se expresaron inquietudes de tipo práctico a la hora de vivir adecuadamente la liturgia en el ámbito diocesano y se puso de manifiesto la necesidad de una mayor formación para comprender su sentido en un mundo cada vez más ajeno a su lenguaje simbólico y al misterio que contiene. El delegado para la Liturgia cerró la sesión invitando a tener una actitud de apertura, de no dar todo por sabido, para seguir formándonos y creciendo en esta dimensión sustancial de nuestra vida creyente y tuvo un recuerdo agradecido para un paisano que tuvo un papel fundamental en la reforma litúrgica y en el proceso de elaboración de esta constitución, el monje benedictino nacido en Valverde del Camino, Manuel Garrido Bonaño.
La mañana se cerró con la despedida del delegado para el Apostolado de los Laicos, Juan Diego González Sanz, que invitó a los participantes a la próxima sesión que, dedicada a la constitución dogmática sobre la Iglesia «Lumen Gentium», tendrá lugar el 19 de febrero, e invitó a difundir el curso y sus contenidos –publicados en el Canal de YouTube del Instituto Teológico San Leandro– para un mayor aprovechamiento de esta propuesta formativa.