En el atardecer de la Dominica Laetare, el 10 de marzo, ha entregado su alma al Señor el presbítero D. Ángel Manuel Rodríguez Castillo. En ese domingo, la liturgia de nuestra madre la Iglesia, nos recordaba: «!Festejad a Jerusalén, gozad con ella todos los que la amáis, alegraos de su alegría, los que por ella llevasteis luto; mamaréis a sus pechos y os saciaréis de sus consuelos!». Y Don Ángel ha sido llamado a gozar de esa alegría sin fin, la alegría de la Pascua que esperamos, a ser consolado de sus pruebas y sufrimientos.
Don Ángel había nacido en Huelva, el 24 de septiembre de 1946, hijo de José María y Cecilia. Habiendo sentido la llamada de Dios al sacerdocio ingresó en el Seminario Diocesano de Huelva, donde dio sobradas muestras de su capacidad intelectual. En la Universidad Pontificia de Comillas se licenció en Sagrada Teología en 1971. Fue ordenado presbítero el 7 de septiembre de 1972, por Monseñor Rafael González Moralejo. Su primeros destinos pastorales, durante los años 1972 y 1973 los tuvo como Ecónomo de la Parroquia de San Bartolomé, de Cumbres de San Bartolomé, y Cura Encargado de la de San Pedro, de Cumbres de Enmedio. Tras un período de dos años, entre 1973 y 1975, fue profesor del Seminario Menor; en 1975 fue nombrado Cura Párroco de la Parroquia del Espíritu Santo, de Fuenteheridos, donde permaneció hasta el año 2005. También fue Cura encargado de Valdelarco y Navahermosa. En 1979 se le dio la responsabilidad de Director del Colegio Menor “Arias Montano”, de Aracena.
Conservando su parroquia de Fuenteheridos, tuvo también otros cargos parroquiales, siempre en la Sierra: Cura Encargado de la Parroquia de Santiago de Castaño del Robledo en 1982 y Administrador de dicha Parroquia en 2003; Administrador Parroquial de Nuestra Señora de Gracia, de Los Marines en 1991. En 2004 fue nombrado Consiliario del Secretariado Diocesano de Cursillos de Cristiandad, y en 2017 Bibliotecario del Instituto Teológico San Leandro, siendo Profesor del Seminario Mayor en las disciplinas en las que era experto, pues era Licenciado en Filología Moderna (1976). Ejerció la docencia en el Instituto de Enseñanza Media de Cortegana, También obtuvo el Doctorado en Filología Hispánica.
Muestra de su cultura y de su trabajo intelectual son varias publicaciones, alguna de ellas sobre el regeneracionismo literario, centrada en la obra del escritor José Nogales. Su estancia en Fuenteheridos marcó su sacerdocio, de manera que se integró en la Sierra, donde hasta su muerte ha ejercido su ministerio sacerdotal.
Al atardecer de la vida, ha sido llamado a un juicio de amor y misericordia. Que la Virgen de la Fuente lo lleve hasta los manantiales de agua fresca donde podrá calmar su sed del Dios vivo. Descanse en Paz.