El rezo del Santo Rosario, en el que se contemplan los misterios de la infancia, de la pasión y de la resurrección de Cristo a través del corazón de la Madre, se fue extendiendo ampliamente por tierras onubenses en el siglo XVI, por la fundación de comunidades religiosas dominicas, y por hermandades, y que se apoyaba en el culto a imágenes de la Virgen del Rosario, conforme a los cánones renacentistas[1]. A lo largo del siglo XVII, continúan las fundaciones de conventos y de hermandades, y la talla de imágenes en las diversas etapas del barroco.
Tres monasterios de dominicas se fundaron en este siglo en la actual provincia de Huelva. En 1610, en Almonte: en el convento de la Encarnación, fundado por Juan Ruiz Prieto y Águeda Bejarano, fueron acogidas las dominicas trasladadas desde Rociana[2]. Francisco Diego López de Zúñiga Sotomayor fundó el convento de Ntra. Sra. del Vado, en Gibraleón, confirmado por bula de Paulo V en 1618[3]. En Aracena, en 1657, el convento de Jesús, María y José tuvo como fundadora a la Venerable Madre Trinidad, apoyada por la generosidad de Cristóbal López de Vergara y su esposa[4].
De Hermandades del Rosario en el siglo XVII, tenemos datos de la de Bollullos en 1610. La de la parroquia de San Pedro, de Huelva, hizo un retablo en 1611[5]. Nos consta la de Calañas en 1622; de San Juan del Puerto en 1624; de Lucena en 1638; de Rociana en 1642; de Cortegana en 1658; de la parroquia de la Concepción, de Huelva, en 1659[6]; de Cortelazor en 1685, de Cartaya en 1688, y de Valverde en 1698[7].
Las imágenes de la Virgen del Rosario que veneramos hoy, y que pueden calificarse como del siglo XVII, son las de Higuera de la Sierra, Lucena y Puerto Moral. Estilísticamente presentan los rasgos del último manierismo y los primeros del barroco. Vamos a analizar las de Lucena y Puerto Moral, como muestras de ambos estilos.
VIRGEN DEL ROSARIO
Parroquia de San Vicente Mártir, Lucena del Puerto.
Escultura en madera policromada. Mide 1,19 m. de alto.
Obra anónima sevillana, hacia 1600.[8]
La Virgen Madre, de pie, lleva al Niño Jesús en su brazo izquierdo, al tiempo que muestra el santo rosario en su derecha. Cubre su cabeza con una toca que cae sobre el pecho. Viste túnica y manto dorados y estofados, que conservan la policromía original de elementos florales naturalistas. Las nacaradas carnaciones resaltan el modelado de rostros y manos. En cuanto a la composición, destaquemos la ligera incurvación que produce el contrapposto de la pierna derecha, que se corresponde con la leve inclinación de la cabeza, creando entre ambas una suave línea sinuosa. El manto que se dobla en la derecha y cae sobre el brazo izquierdo rompe ligeramente la forma cerrada. Los pliegues caen verticalmente. Del manierismo conserva también la forma de situar los dedos de las manos, uniendo medio y anular. Resulta, pues, un conjunto sereno, armonioso y equilibrado. Lucen la Virgen corona imperial y el Niño las tres La primera fecha documentada de la Cofradía del Rosario se remonta al 10 de octubre de 1638, en que se reúnen “como lo han de uso y costumbre en la Iglesia de San Vicente de este lugar”[10]. En 1645 se comienza a celebrar una memoria anual de misas. El retablo en que se venera es del siglo XVIII, decorado con rocallas.
VIRGEN DEL ROSARIO
Parroquia de San Pedro y San Pablo. Puerto Moral
Imagen de candelero para vestir. Mide 1,45 m. de alto.
Obra anónima sevillana, mediados del siglo XVII.[11]
La Virgen, vestida de túnica blanca y manto azul, sostiene al Niño Dios de pie en su brazo izquierdo. En la mano derecha ofrece el rosario, atributo de su advocación. Cubre su cabeza con corona mural de plata y media aureola de rayos. En su rostro, de arqueadas cejas y boca pequeña, destaca su penetrante mirada. El Niño, posiblemente adaptado a esta imagen, sigue el modelo montañesino del Santo Ángel, de abultados rizos, bendiciendo con su diestra.
Recibe culto en la capilla bautismal, añadida al cuerpo de la iglesia a mediados del siglo XVI. Se cubre con bóveda de crucería rematada en círculo con ocho casetones decorados con símbolos marianos. El retablo de columnas salomónicas es obra de Miguel Franco, de 1701. En sus calles laterales vemos las esculturas de Santo Domingo y San Francisco de Asís, habitualmente asociados en la iconografía, obras también de Miguel Franco[12].
[1] https://diocesisdehuelva.es/2024/10/la-devocion-a-la-virgen-del-rosario-en-tierras-onubenses-siglo-xvi/
[2] GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel, Manuel Jesús CARRASCO TERRIZA, Catálogo monumental de la Provincia de Huelva. t. I, Huelva, Universidad de Huelva, 1999, pp. 25-26.
[3] GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel, Manuel Jesús CARRASCO TERRIZA, Escultura mariana onubense. Huelva, 1981, p. 485.
[4] VÁZQUEZ, José Andrés, “La Venerable Madre Trinidad”, en Archivo Hispalense, 5 (1944) 250-251.
[5] La Hermandad del Rosario parece haberse fundado en 1510, aunque sus reglas no fueron aprobadas hasta el 20 de mayo de 1659. Era una cofradía integrada por morenos, es decir, descendientes de esclavos negros de Guinea. CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús, La Iglesia Mayor de San Pedro de Huelva. Historia de su fábrica Huelva, 2007, pp. 100-101.
[6] MORA, Juan Agustín de, Huelva ilustrada, Huelva, 1762, p. 166.
[7] GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel, Manuel Jesús CARRASCO TERRIZA, Nuevos datos sobre Escultura Mariana Onubense, Huelva, 1992, p. 64.
[8] Escultura mariana onubense, o.c., pp. 501-502.
[9] Catálogo monumental de la provincia de Huelva. o.c,, pp. 302-303.
[10] Nuevos datos sobre Escultura mariana onubense, o.c., p. 66.
[11] Escultura mariana onubense, o.c., p. 505.
[12] OLIVER, Alberto, Alfonso PLEGUEZUELO y José María SÁNCHEZ, Guía Histórico-Artística de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Huelva, Aracena, 2004, p. 206.