Del 1 al 6 de agosto, la juventud onubense se ha hecho presente en el Jubileo de los Jóvenes en Roma. La peregrinación diocesana, organizada conjuntamente por la Pastoral Juvenil y la Pastoral Universitaria, ha contado con la participación del Seminario Diocesano María Inmaculada, así como de jóvenes provenientes de lugares de la geografía diocesana. Además, junto con la peregrinación del secretariado de Juventud y Adolescencia, jóvenes de diferentes realidades eclesiales de nuestra diócesis han participado en el Jubileo de los Jóvenes por otros medios, llegando a superar los 300 participantes en total.
La experiencia jubilar comenzó con el encuentro de jóvenes españoles en la Plaza de San Pedro, donde, en un clima festivo y de oración, se celebró la Eucaristía presidida por el presidente de la Conferencia Episcopal Española. La jornada concluyó con el canto de la Salve Rociera a la Virgen María.
El sábado, los peregrinos se dirigieron a Tor Vergata para participar en la vigilia de oración con el Santo Padre Leónjunto a más de un millón de jóvenes de todo el mundo. El Papa hizo un llamado a poner a Cristo en el centro de la vida, palabras que resonaron con fuerza en el corazón de los asistentes. A ello, siguió un tiempo prolongado de adoración silenciosa al Santísimo Sacramento.
El domingo, el Papa recorrió los sectores de Tor Vergata antes de celebrar la Misa de envío, en la que animó a los jóvenes a “aspirar a las cosas celestiales” y a no conformarse con menos que la santidad.
Después del Jubileo, la peregrinación continuó en Asís, donde los jóvenes oraron en los principales lugares franciscanos: la Porciúncula, las basílicas de San Francisco y Santa Clara, y el lugar donde reposa el beato Carlo Acutis.
La última etapa de la peregrinación se vivió intensamente en Roma, cruzando las cuatro puertas santas de las basílicas mayores. La primera parada fue en San Pablo extramuros, donde tras cruzar la puerta, se llegó a la tumba del apóstolsan Pablo a confesar nuestra fe. Posteriormente, san Juan de Letrán, catedral de Roma, donde se hizo una oración especial por nuestra diócesis de Huelva. Luego, Santa María la Mayor, donde se rezó el ángelus ante la Salus Populi Romani. Como colofón, se peregrinó a la basílica de San Pedro. Desde el Castel Sant’Angelo, se caminó con la Cruz del Jubileo hacia la basílica, entre rezos y cantos. Especialmente profundo y espiritual fue el paso por la Puerta Santa de San Pedro y la oración ante la tumba del apóstol, donde los jóvenes rezaron el Credo y oraron por el Papa.
Los sacerdotes que acompañaron la peregrinación fueron D. Enrique Uzcátegui, delegado para la Pastoral Universitaria y la Pastoral Juvenil, y D. Juan José Feria, rector del Seminario y delegado de Pastoral Vocacional.
Todos coinciden en que ha sido una experiencia de gracia, comunión y renovación de la fe. Estos días han sido un verdadero acontecimiento eclesial para redescubrir la alegría de creer y ganar la indulgencia del Año Santo. Y, sobre todo, para renovar la fe en Jesucristo, el Hijo de Dios, nuestra pertenencia a la Iglesia católica.
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