Juan Bautista Quintero Cartes
Secretario-Canciller
INTRODUCCIÓN
«De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir» (Sal 44,10). Estas palabras, del salmo que se proclama en la solemnidad de la Asunción de Nuestra Señora, sirvan de introito a esta disertación, en la que intentaré una aproximación a una visión general sobre las coronaciones canónicas, un rito litúrgico que se origina en una práctica piadosa, que se fundamenta teológicamente en las fuentes bíblicas, patrísticas y litúrgicas de la Iglesia[1]. Ahora, haremos un recorrido histórico por el origen y el desarrollo de las coronaciones canónicas.
Como dice el Concilio Vaticano II: María, es «elevada (…) por el Señor como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los señores (cf. Ap 19, 16) y vencedor del pecado y de la muerte»[2].
Quien está de pie a la derecha del Rey es la Reina. El Rey es Jesucristo, la Reina, María. Es una realeza y un reino que tienen una representación similar a las realezas humanas, pero sabemos que el símbolo va más allá de lo figurado. Como necesitamos “ver” las cosas, un reino que no es de este mundo, lo representamos con coronas reales de este mundo. La corona, como la de los vencedores, tiene referencias escriturísticas, teológicas y litúrgicas, como he dicho, pero no abundaremos en ello. Fijémonos ahora en el origen de las coronaciones, para seguir después desgranando una clasificación de coronaciones, algunos ejemplos de coronaciones de imágenes marianas y, por último, reseñar y recordar las coronaciones de venerados simulacros de María en nuestra diócesis de Huelva.
I.- ORÍGEN DE LAS CORONACIONES.
El origen de las coronaciones canónicas hay que enmarcarlo en un contexto histórico postridentino. En dicho contexto de renovación o reforma católica, propiciada por el concilio de Trento, se asiste a un apogeo de la predicación popular a través de las misiones populares, por medio de las cuales se intenta hacer llegar al pueblo los grandes objetivos del concilio, que tienen también una gran dosis de vacunación frente a las ideas protestantes que ponen en duda, cuando no niegan directamente, las prácticas de la piedad popular[3]. En esa predicación popular, al tiempo de que se intenta extirpar la superstición, se fomenta la devoción a la Santísima Virgen, por lo que no sorprende que fueran renovadas las fiestas y devociones cristianas, entre ellas la devoción mariana. Este fomento de la devoción a María va a tener también un matiz: en la renovación del culto mariano hay mucho de impulsar y defenderla como reacción frente al protestantismo que tanto la despreciaba[4].
En el fomento de la predicación popular van a tener un papel muy importante los nuevos institutos clericales regulares: jesuitas, somascos, barnabitas, etc…[5], pero también las antiguas órdenes religiosas, o sus reformas. Es el caso de los capuchinos en la antigua orden franciscana. Esta reforma nace en el siglo XVI, de un impulso de mayor reforma u observancia de la regla franciscana. Sus miembros van a dedicarse con fervor a la predicación entre la gente sencilla, por lo que pronto van a ser muy populares y queridos[6]. También entre las clases altas, que los van a proteger frente a los intentos de supresión de esta reforma. La predicación de misiones populares hay que integrarlas también en el movimiento de reforma católica que recorre Europa, con personalidades tan destacadas como San Juan de Ávila y Fray Luis de Granada en España, San Francisco de Sales en Francia, o los grandes misioneros capuchinos de Italia[7].
Entre esos capuchinos italianos se encontraba el P. Girolamo de Forli, de familia noble (Forli, 1552-Parma, 1620), que abandonó una vida brillante de honor y de riqueza para abrazar la vida religiosa capuchina. Tenía una gran devoción a María y, para fomentar el amor a la Virgen, al final de sus predicaciones solía animar a los fieles a donar oro, plata y piedras preciosas para fabricar una corona y coronar las imágenes marianas de más devoción en el lugar[8].
Pero llegar a este fomento de la devoción de coronar las imágenes marianas, se explica porque el tema de la coronación de María está representada en el arte. Desde antiguo, en el arte bizantino, vemos a María coronada con diadema de Reina. El románico, el gótico, el arte renacentista no hacen sino presentar a la Virgen como Trono de la Sabiduría, como Princesa, como asunta y coronada. El barroco no hará sino llevar todo esto a su máxima plenitud[9]. La coronación se presenta como la mejor muestra iconográfica del triunfo de Cristo y de su Santísima Madre[10]. En este sentido, y como un antecedente de esta piadosa costumbre de la coronación de imágenes de María, no podemos obviar la muy famosa representación en el teatro sacro medieval que constituye el Misterio de Elche[11], donde el culmen lo constituye la coronación de la imagen de la Virgen, una vez que se ha representado la Asunción. Es el momento más solemne y emotivo de esta manifestación mariana del Levante español.
Por otra parte, en la Orden de los Servitas había un rito, que consistía en colocar a la imagen de María una corona al final de las vísperas del Sábado Santo, mientras se cantaba la antífona pascual del Regina Coeli[12].
Al llamado Apostolo della Madonna, el capuchino P. Girolamo de Forli, o P. Paolucci de Calboli, se le debe la idea de coronar solemnemente a las imágenes marianas. Como sostiene D. Fermín Labarga, se cree que la primera imagen que coronó fue la Madonna del Popolo de la catedral de Cremona, en 1596. Otra imagen muy venerada en Parma, la Madonna de la Stecata, fue coronada a impulso del P. Girolamo, una de las devociones más profundas del Ducado de Parma y consolidada ya en 1600[13].
La influencia de esta práctica prendió pronto, y entonces, ya en 1602, el obispo de Piacenza coronó la imagen de la Madonna de Campagna. Por su parte, promovida por el P. Girolamo se coronó a la Virgen de Faenza en 1603, o la de los capuchinos de Comacchio en 1619. Pero la más famosa coronación fue la que el P. Girolamo impulsó para la imagen de la Virgen del Auxilio o del Socorro, de Bolonia, coronada por un legado papal, Maffeo Barberini, después Urbano VIII[14].
Esta práctica piadosa del capuchino P. Paolucci llegó a tener tal popularidad que las ciudades rivalizaban por coronar a las imágenes de su devoción, como una manifestación que “avivaba la fe, reformaba las costumbres y acrecía entre los humildes la esperanza en la clemencia y la protección de la Virgen santa”[15]. Al P. Girolamo de Forli se atribuye por algunos autores la fundación, dentro de la Orden Capuchina, de una institución: la Pia Ópera delĺIncoronazione, para fomentar las coronaciones[16].
De todas maneras, a la muerte del Apostolo della Madonna, otros capuchinos siguieron fomentando la coronación de imágenes marianas, es el caso del P. Fidel de San Germano Vercellese, que promovió la coronación de otras insignes iconos marianos: la Madonna delle Vigne, de Génova, y la Madonna de Oropa, ambas en 1620[17].
Quien va a lograr que la devoción de la coronación de imágenes marianas perdure en el tiempo va a ser Alejandro Sforza Pallavicino, conde de Borgonovo[18], que debió conocer al P. Girolamo de Forli en los preparativos de la coronación de la Madonna de la Steccata en Parma[19], y estableció una manda piadosa por la que el Reverendísimo Cabildo de la Basílica de San Pedro del Vaticano recibía una cantidad de sus rentas, con destino a la Fábrica de San Pedro para que coronara imágenes marianas. Así, en 1637, se coronó a la Madonna della Febbre, de la sacristía de la basílica vaticana y, posteriormente, trasladada a la capilla sacramental de la misma[20]. Todavía, en vida del conde de Borgonovo, se coronaron doce imágenes marianas[21]. Antes de su muerte, en 1638, el conde dejó establecido en su testamento que el Cabildo Vaticano debería, de sus rentas, hacer dos o tres coronas cada año, para coronar imágenes venerandas de la Urbe (entre ellas muchas Madonelle de Roma), así como otras de diversos lugares. Ponía sus condiciones: que fueran coronadas una sola vez y que debían ostentar siempre la corona, entre otras estipulaciones[22].
El Cabildo Vaticano siguió con esta obligación, y entonces se coronó la imagen de la Virgen del Rosario, de la iglesia de Santa María sopra Minerva, en 1640. Sólo entre 1631 y 1869 se coronaron así, gracias a las rentas del conde de Borgonovo, cuatrocientas tres imágenes[23]. Ya, a finales del siglo XIX el rédito de las rentas del conde era mínimo[24]. En cualquier caso, el Capítulo Vaticano, por derecho consuetudinario, tuvo la exclusiva del otorgamiento de la coronación canónica, pero sólo en los casos en que era requerido para que impusiera la corona, enviándola el Cabildo, en otros casos podía hacerlo el obispo propio. En las coronas áureas debían aparecer los escudos del Capítulo Vaticano, así como las armas del conde de Borgonovo, y se debía enviar al Cabildo romano una reproducción de la imagen coronada con una inscripción en la que constara que había sido coronada. En todas esas coronaciones, si la Virgen tenía en sus brazos a Jesús, debían ser coronadas ambas imágenes, antes la de Cristo que la de la Virgen[25]. Con el tiempo, también hubo alguna excepción en la que fue coronada sólo la imagen de un Niño Jesús, como la del Santo Bambino de la iglesia de Ara Coeli, en 1897, así como otras: el Niño Jesús de Praga en 1924 y el Santo Niño de Cebú, en Filipinas, en 1965. O la imagen de San José de la Montaña, de Barcelona, en 1921[26].
Una vez que las rentas del conde de Borgonovo no daban para la realización de las coronas, de todas maneras se siguió solicitando la autorización al Cabildo de San Pedro, que las siguió concediendo en nombre del Papa, pero sin costear ni enviar ya la corona. La concesión de la coronación, el Cabildo Vaticano la siguió haciendo por derecho consuetudinario, puesto que no hay constancia documental de que este privilegio fuera exclusivo del mismo por una disposición papal escrita, al parecer sí existía de forma verbal, pero se desconoce por qué pontífice. En cualquier caso, el Cabildo gozaba de este derecho, al que se solía hacer referencia en los rescriptos de concesión: “usando de las facultades concedidas, confirmadas y aumentadas de la Sede Apostólica por nuestro Cabildo…”[27]. El hecho de que las coronaciones se hicieran en nombre del Santo Padre no quiere decir que el Papa se reservara para sí el rito de coronación, un rito que nació de esta costumbre de coronar las imágenes y que el Cabildo establecía. Eso sí, hubo algunas ocasiones en que los pontífices sí coronaron imágenes venerandas.
II.- LAS CORONACIONES CANÓNICAS.
- CORONACIONES MÁS ANTIGUAS.
Entre esas coronaciones tenemos la que hizo Clemente VIII (1536-1605) de la Salus Populi Romani, la que comúnmente es venerada como Madonna de Roma en la capilla Borghese de la basílica de Santa María la Mayor, el icono bizantino del más antiguo santuario mariano del mundo, la basílica liberiana consagrada a Santa María de las Nieves. Esta coronación realizada por el mismo Papa, fue repetida hasta en dos ocasiones más por otros pontífices: el 15 de agosto de 1838 por Gregorio XVI, al haber sido robada la corona que tenía anteriormente; y, en 1954, con motivo de la declaración de la fiesta de la Realeza de María, por el papa Pío XII.
Otra imagen mariana coronada por un pontífice fue la de Santa María del Popolo, de la catedral de Cesena, patria del papa Pío VI, que la coronó el 3 de mayo de 1782.
El 3 de junio de 1800, el papa Pío VII, coronó a la Virgen venerada en la catedral de Spoleto. Y el siguiente año, 1801, a la imagen de la Virgen de Loreto. Posteriormente, ya el 10 de mayo de 1815, coronó a la Virgen de la Misericordia, de Savona. En 1816 a la Virgen de Gallori, de Albano.
El beato papa Pío IX coronó a la Virgen venerada en el coro de la basílica vaticana.
Otros papas han coronado imágenes de la Virgen, como San Pablo VI hizo con la Virgen del Rosario de Pompeya, en 1965. San Juan Pablo II lo hizo con numerosas imágenes en sus viajes apostólicos. Entre ellas podemos destacar a la Virgen del Carmen, patrona de Chile, en el santuario de Maipú, el 3 de abril de 1987; o la Virgen de la Asunción , de Tabasco el 11 de mayo de 1990. Y, por supuesto, la Virgen de los Milagros de la Rábida, de cuya coronación se tratará más adelante.
En la actualidad, el papa Francisco, coronó a la Virgen de la Puerta de Otuzco (Perú), y a la Virgen de las Nieves de Tinta (Perú), entre otras.
- CORONACIONES DEL SIGLO XIX.
De todas maneras, lo extraordinario era que los mismos pontífices romanos procedieran a la coronación de las imágenes marianas, pues solían hacerla legados pontificios. Las coronaciones que autorizaban los obispos no tenían la solemnidad y la importancia de las que concedía el Capítulo vaticano, para lo que existía, como ya se ha dicho, un rito propio, que se utilizó en los casos de la coronación de la imagen de la Virgen de Guadalupe, de México, en 1895, y para la que se habían comenzado la preparación en 1736. Esos trámites los comenzó el noble italiano Lorenzo Buturini[28], pero, a pesar de ser concedida, no se enviaría ya la corona de oro. Como la coronación fue promovida al margen del arzobispo de México y del virrey, fue anulada. Por fin, en el pontificado de León XIII, el 12 de octubre de 1895, después de tan larga preparación, y alentada ahora por el P. Plancarte y Labastida[29], se procedió a la misma.
Dos años más tarde, el 29 de marzo de 1897, la Sagrada Congregación de Ritos aprueba un nuevo ritual para las coronaciones y lo inserta en el Pontifical Romano. A raíz de esta nuevo ritual, inserto en el Pontifical, se contemplaba que fuera un obispo quien hiciera la coronación, no un presbítero o diácono. De hecho, se contemplaba que fuera el obispo diocesano. Este ritual favoreció que la celebración de coronaciones conociera una eclosión. Si, entre 1631 y 1869 había unas cuatrocientas imágenes coronadas, ahora, después y hasta los comedios del siglo XX, se coronaron unas seiscientas representaciones marianas más.
En el mundo hispanoamericano, sobre todo, las coronaciones conocieron una gran proliferación. Por ceñirnos a España, concretamente, la primera imagen coronada fue la de la Virgen de Veruela, patrona de Vera de Moncayo, el 31 de julio de 1881, en el Real Monasterio de Veruela (Zaragoza). Le siguió, en el mismo año, pero el 11 de septiembre, la patrona de Cataluña, la Virgen de Montserrat. El 10 de agosto de 1884 fue coronada la Virgen de Lluch, patrona de Mallorca. Los siguientes años, entre 1886 y 1900, fueron coronadas las imágenes de la Virgen de Arántzazu, de Guipúzcoa (1886); la Virgen de la Merced, patrona de Barcelona (1888) la Virgen de la Candelaria, de Canarias (1889); y la Virgen de Begoña, patrona de Bilbao (1900).
- CORONACIONES DEL SIGLO XX EN ESPAÑA[30].
En el siglo XX, con motivo del cincuentenario de la proclamación del dogma concepcionista, en 1904, fueron coronadas la Virgen de los Ojos Grandes, de Lugo (15-VIII); la Virgen de la Misericordia, de Reus (Barcelona) (19-X) y la Virgen de los Reyes, de Sevilla (6-XII).
Posteriormente, en el siguiente lustro, comienzan las coronaciones con la de la Virgen del Pilar de Zaragoza el 20 de mayo de 1905, y cuya corona fue llevada a Roma, donde la bendijo el papa San Pío X. Siguieron las de las imágenes de las patronas de Teror (Gran Canaria); de Sigüenza, Santa María la Mayor; de Fregenal de la Sierra (Badajoz), Ntra. Sra. de los Remedios, y entre otras, la Virgen de la Cabeza, de Andújar, en la que sería su primera coronación.
No se trata ahora de hacer un recorrido exhaustivo por todas las coronaciones del siglo XX, pero sí se reseñan las de la Virgen de las Angustias, de Granada (1913); la Virgen de la Fuencisla, de Segovia y la Virgen de los Milagros de El Puerto de Santa María (Cádiz) en 1916. Y la Virgen del Rocío, de Almonte, en 1919.
De la década de los veinte, destacaremos a la Virgen de las Angustias, de Guadix, en su primera coronación en 1923, o, en el mismo año, la Virgen de los Desamparados de Valencia. La Virgen del Lledó o del Lidón de Castellón de la Plana en 1924; la Virgen de la Montaña, de Cáceres, también en 1924 y la Virgen del Carmen,de Jerez de la Frontera, en 1925. Y la del Sagrario, de Toledo, en 1926. El 12 de octubre de 1928, la Virgen de Guadalupe, fue coronada canónicamente como Hispaniarum Regina, por el Cardenal Primado de España, Pedro Segura, legado especial de S.S. Pío XI, en presencia del rey Alfonso XIII.
En los años treinta señalaremos a las imágenes de la Virgen de la Capilla, de Jaén, o la Virgen del Camino, de León, ambas en 1930. Y la Virgen de Sonsoles, de Ávila, en 1934.
En los años cuarenta, tras la Guerra Civil, y como resarcimiento de la finalizada persecución religiosa, se retoman con bastante fuerza y profusión las coronaciones: entre éstas subrayaremos la de la Virgen de la Almudena, de Madrid, en 1946, la Virgen de África, de Ceuta, también en 1946; la Virgen del Rosario de Cádiz, en el mismo año; la Virgen de la Paz, de Ronda (Málaga) en 1947 y la de Ntra. Sra. de las Mercedes, de Bollullos par del Condado, en 1948.
Con motivo del centenario del dogma concepcionista se celebró un Año Mariano, en torno al cual vino otra gran oleada de coronaciones. Es el caso de las diecisiete realizadas en 1954, entre las que destacamos la de la Virgen de Regla, de Chipiona; la Virgen del Puig, Patrona del antiguo Reino de Valencia; la Virgen de Valvanera, de La Rioja; la Virgen Blanca, de Vitoria; y la Virgen de la Amargura, de Sevilla. O la imagen de María Auxiliadora de la Trinidad en Sevilla.
La década de los sesenta trajo las coronaciones de advocaciones como las de la Virgen de Roncesvalles en Navarra, el Rosario de La Coruña en 1960; la de la Merced de Jerez de la Frontera en 1961; la de Franqueira, patrona de Galicia, en 1963; la de Consolación, de Utrera (Sevilla) en 1964, así como la Esperanza Macarena. La Caridad de Sanlúcar de Barrameda en 1965; o la del Prado, de Ciudad Real, en 1967.
Menos abundante fue la década de los setenta, pero señalaremos la de la Virgen del Henar, de Cuéllar (Segovia), en 1972; la de Valme, en Dos Hermanas (Sevilla), en 1973 y la de Aguas Santas, de Villaverde del Río (Sevilla) en 1979.
En los ochenta se coronó a la Virgen de la Esperanza de Triana, en Sevilla (1984); y a la Virgen de las Montañas, de Villamartín (Cádiz) en 1985; y a la Virgen de Setefilla, de Lora del Río (Sevilla) en 1987. El Año Mariano proporcionó un aumento de coronaciones, entre las que destacamos estas tres, del ámbito andaluz.
Los noventa deparó una nueva oleada: La Virgen de Gracia, de Carmona, en 1990. Y las realizadas en la diócesis de Huelva en 1991, 1992 y 1993, en el contexto del V centenario de la Evangelización de América y de los Congresos Mariano y Mariológico Internacionales de Huelva, por ceñirnos a nuestra tierra, y que serán objeto de tratamiento más adelante.
El siglo XXI está viviendo otra oleada de coronaciones. Como dijera el Dr. Fermín Labarga, “la mayor eclosión de coronaciones se ha producido en el siglo XXI, en los mismos inicios del milenio cristiano, en lo que puede entenderse como una nueva edad dorada de la devoción mariana”[31]. Sin embargo, el mismo autor previene de que “se corre el peligro real de caer en la devaluación del rito a partir de su concesión generalizada”[32]. Sólo en 2015, iban contabilizadas en España, desde los inicios del siglo, más de sesenta coronaciones.
- ALGUNOS CASOS DE DOBLES CORONACIONES O RECORONACIONES[33]
Ya se ha hecho referencias a dobles y triples coronaciones, como fue el caso del icono de la Salus Populi Romani, coronada por tres papas: Clemente VIII, en el siglo XVII, Gregorio XVI en el siglo XIX, y Pío XII en el siglo XX. El motivo de la segunda coronación fue el robo de la corona. Algo parecido ocurrió en otros casos, de los que subrayaremos tres ocurridos en España.
La Virgen del Sagrario, de Toledo, coronada por el Nuncio Tedeschini el 30 de mayo de 1926, con la presencia del Príncipe de Asturias[34], fue recoronada en el pontificado del cardenal Gomá y Tomás el 1 de octubre de 1939, por haber sido robada la corona que hiciera Granda y Buylla en 1926.
En Jaén, la Virgen de la Capilla, patrona de la ciudad, fue coronada el 11 de junio de 1930. La recoronación se efectuó en 1956, al haber desaparecido la corona en los días de la Guerra Civil.
Lo mismo ocurrió, en este caso incluso la imagen, con la Virgen de la Cabeza, de Andújar, patrona de la diócesis de Jaén, coronada el 23 de abril de 1909, y recoronada el 22 de abril de 1960.
III.-CLASIFICACIÓN DE LAS CORONACIONES.
Según el documento que autorice las coronaciones, éstas son por bula pontificia, por la que el Romano Pontífice concede directamente la coronación. Por rescripto del Cabildo Vaticano, y por decreto epicopal.
- POR BULA PONTIFICIA.
Son las coronaciones que tienen más importancia, por ser realizadas por un mandato directo del Romano Pontífice, mediante una bula pontificia, un documento en pergamino. En la diócesis de Huelva hay dos coronaciones con esta categoría: la de la Virgen de la Cinta, realizada por un Legado pontificio, y la de la Virgen de los Milagros de la Rábida, realizada por el mismo papa San Juan Pablo II.
- POR RESCRIPTO DEL CAPÍTULO DE SAN PEDRO DEL VATICANO.
Como se ha explicado, el Papa tenía autorizado al Cabildo Vaticano para la concesión de las coronaciones canónicas, que se hacían: “usando de las facultades concedidas, confirmadas y aumentadas de la Sede Apostólica por nuestro Cabildo…”, como suele aparecer en los rescriptos de concesión, ,que suele encabezar el escudo episcopal y el nombre del Arcipreste de la Basílica Vaticana, que lo firma, refrendado por el Secretario de dicha institución. En la diócesis de Huelva hay dos casos de concesión por rescripto del Capítulo de San Pedro: las de la Virgen del Rocío, de Almonte, y la de la Virgen de las Mercedes, de Bollullos par del Condado, ambas antes de crearse la diócesis de Huelva.
- POR DECRETO DEL OBISPO DIOCESANO.
A partir de la promulgación del nuevo Ritual de la coronación de una imagen de Santa María Virgen, en 1984, se faculta a los obispos diocesanos para conceder el privilegio de la coronación canónica. Cuando se utiliza esta fórmula, la coronación se concede mediante un decreto episcopal, que firma el obispo y refrenda el secretario-canciller del obispado. Por decreto episcopal, hasta el momento, hay quince concesiones, dieciséis si contamos la de la Virgen de los Remedios, de Villarrasa. En el caso de las coronaciones canónicas concedidas en la diócesis por decreto episcopal, éste fue leído en las celebraciones, excepto en el caso de las coronaciones de la Virgen de la Peña, de la Virgen de los Remedios y de la Virgen de la Estrella, por el entonces Secretario Canciller Mons, Carrasco Terriza.
-POR CONVALIDACIÓN DE UNA CORONACIÓN PIADOSA.
El decreto episcopal por el que se convalida una coronación piadosa realizada con anterioridad, se establece que la coronación tiene el rango de canónica sólo a partir de la fecha del decreto, no antes. Al menos así se recoge en el único decreto episcopal que reconoce el carácter canónico de una coronación piadosa anterior. En la diócesis de Huelva es el caso de la Virgen de los Remedios, de Villarrasa.
IV.- LAS CORONACIONES CANÓNICAS EN LA PROVINCIA DE HUELVA.
- CUANDO FORMABA PARTE DE LA ARCHIDIÓCESIS DE SEVILLA.
Estas dos coronaciones tienen la particularidad de que fueron concedidas por el Cabildo Vaticano. Entonces, aún, la provincia de Huelva pertenecía a Sevilla eclesiásticamente, pues no fue hasta 1953 cuando se crea por Pío XII la nueva diócesis de Huelva mediante la bula Laetamur Vehementer.
1.-NUESTRA SEÑORA DEL ROCÍO, DE ALMONTE (8-VI-1919).
1.1.-Devoción e historia.
La devoción a la Virgen del Rocío, que cuenta con leyenda de su invención, sin embargo es más antigua. La imagen actual conserva restos de la primitiva escultura del siglo XIII, que con el tiempo fue vestida según la moda de la corte de los Austrias[35]. El Niño es posterior, del siglo XVIII. Por lo tanto, la devoción y su ermita pueden ser originadas en la época de Alfonso X el Sabio, que frecuentó el cazadero real de las Rocinas, como se llamaba entonces a la Virgen, un título que posteriormente pasó a ser del Rocío[36]. La fundación de la capellanía de Baltasar Tercero promovió el culto en la alejada ermita[37], que llegaron a servir los mínimos de Almonte y, posteriormente el clero parroquial almonteño.
La devoción a la patrona de Almonte, así designada por el cabildo en 1637, creció y no sólo en Almonte, sino en todos los pueblos comarcanos del Coto de Doñana en sus actuales vertientes de las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, donde nacieron las primeras hermandades filiales de la de Almonte en los siglos XVII y XVIII. Durante los siglos XIX y XX el movimiento rociero fue creciendo por toda España, e incluso por algunos lugares del extranjero, pudiéndose decir que la devoción hoy ha alcanzado cotas internacionales y universales. A mediados del siglo XX se abre la carretera al Rocío, con lo que la devoción y las peregrinaciones alcanzan mayor difusión por impulso de la diócesis de Huelva. En la década de los sesenta se levanta el nuevo santuario[38], que hoy tiene el carácter de nacional. Da fe de la expansión de la devoción las innumerables peregrinaciones a lo largo de todo el año, además de la tradicional Romería de Pentecostés, que reúne a más de un millón de personas, de toda clase y condición social. A este santuario han peregrinado reyes y miembros de la Familia Real Española (como Don Juan Carlos I y Doña Sofía en la clausura de los Congresos Mariano y Mariológico de Huelva en 1992, o los Duques de Montpesier y su descendencia) y hasta un papa, San Juan Pablo II, que se postró ante la bendita imagen el 14 de junio de 1993 y dirigió un discurso a los peregrinos. Ante su imagen, en Almonte, estuvieron también los Reyes Don Felipe VI y Doña Leticia. La devoción no deja de aumentar, y últimamente se ha concedido un jubileo por la Penitenciaría Romana con motivo del bicentenario del Rocío Chico y de los traslados de la imagen vestida de Pastora a Almonte. El Santuario goza de los mismos privilegios de la basílica liberiana por afiliación a Santa María la Mayor.
1.2.-Coronación.
Tuvo lugar el 8 de junio de 1919 en el Real del Rocío, donde hoy se levanta el monumento a la coronación. La presidió el Cardenal Arzobispo de Sevilla, Monseñor Enrique Almaraz y Santos, que participó aquel año en la Romería. Junto a él varias autoridades eclesiásticas y civiles, entre las que se encontraba el canónigo hinojero Juan Francisco Muñoz y Pabón, alma de la coronación. Después de celebrarse la Santa Misa, el Cardenal impuso las preseas al Niño Jesús y a la Virgen del Rocío, entre las aclamaciones de los millares de peregrinos allí congregados. Recientemente se ha celebrado el centenario de la misma. Las hermandades filiales son actualmente, que veneran a la Virgen del Rocío a través de sus simpecados, representación vicaria de la imagen almonteña[39].
1.3.- La corona
La corona de la Virgen fue costeada con limosnas de sus devotos para su coronación. Fue realizada en oro y pedrería por el platero de la catedral hispalense Ricardo Espinosa de los Monteros. La corona del Niño, donada por la familia del vizconde de La Palma, fue realizada por José de los Reyes Cantueso[40].
2.-NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES, DE BOLLULLOS PAR DEL CONDADO (2-VII-1948).
2.1.-Devoción e historia.
El fervor popular en torno a la Virgen de las Mercedes se retrotrae a finales del medievo. De hecho, una leyenda sobre la invención de la imagen se sitúa en 1400, y la actual imagen mariana parece sustituir a una anterior. La actual es una obra anónima del siglo XVI[41], y se encuentra en su camarín sobre una columna de mármol en su ermita en medio de viñas, a la que hace referencia la leyenda de su invención[42]. La devoción crece tanto en Bollullos, que en 1683 es declarada patrona. En el siglo XVIII se produce un nuevo aumento de su devoción, con la renovación del voto de celebrar su fiesta principal en la fiesta del Dulce Nombre de María. El pueblo ha sentido especialmente su protección en sequías, malas cosechas y epidemias. En 1813 colocan a su imagen una palma de oro, por la protección sentida durante la invasión francesa[43]. En 1927 se le construye nuevo templo. La devoción no deja de crecer, también en el contexto de un desarrollo de la doctrina social de la Iglesia en la población. Los jesuitas bollulleros, Pedro y Mariano de Ayala, promoverán la coronación canónica. La Virgen es Alcaldesa Perpetua y Medalla de Oro de la ciudad.
2.2.-Coronación.
La celebración tuvo lugar el 2 de julio de 1948, en la explanada donde hoy se encuentra el monumento a la coronación. Las calles de la ciudad amanecieron engalanadas. Presidió y coronó a la Virgen el Obispo de Córdoba, Fray Albino Menéndez Raigada, acompañado de varios obispos. Varios aeroplanos sobrevolaron el lugar soltando flores y aleluyas.
2.3.- La corona.
La corona, realizada con los donativos de los bollulleros, fue obra en oro y pedrería del orfebre Ordóñez[44], que la labró para dicha ocasión.
- DIÓCESIS DE HUELVA.
*CON MOTIVO DEL V CENTENARIO DE LA EVANGELIZACIÓN DE AMÉRICA:
Con motivo de la celebración del V Centenario del Descubrimiento y Evangelización de América, y como preparación a los Congresos Internacionales Mariológico y Mariano de Huelva en 1992, se realizaron varias coronaciones canónicas, como un medio de una renovación cristiana popular. Se programó la coronación de varias imágenes de poblaciones que tuvieron una especial importancia en la época del Descubrimiento y la Evangelización: Moguer, Lepe, Ayamonte, Huelva y Palos de la Frontera.
3.- NUESTRA SEÑORA DE MONTEMAYOR, DE MOGUER (15-VI-1991).
3.1.-Devoción e historia.
La devoción a la Virgen de Montemayor hunde sus raíces en el medievo. Hay noticias documentales del siglo XIV sobre esta devoción moguereña. Posterior es la leyenda de su aparición o invención. Hay noticias sobre varias imágenes de esta advocación, al menos una medieval, otra de la época barroca y la actual, de 1937, obra de Sebastián Santos. La Virgen de Montemayor fue nombrada copatrona junto con San José de la ciudad de Moguer, con motivo de haber librado a la población de una epidemia de cólera, el 1 de octubre de 1854. Con motivo del centenario de este hecho, en el Año Mariano de 1954 comenzó a celebrarse una romería en mayo, en torno a su ermita, en el antiguo Monte de Tamar o de Montemayor. Su fiesta principal se celebra el 8 de septiembre, a la que precede el traslado anual de la venerada imagen a la Parroquia de Ntra. Sra. de la Granada, donde se celebra el novenario[45]. A finales de octubre vuelve a su santuario.
La devoción montemayorina rompe los confines de Moguer, ya que tiene establecidas hermandades filiales en Sevilla, Huelva, Punta Umbría, Madrid, Arahal (Sevilla), Villamanrique de la Condesa (Sevilla), Lucena del Puerto y la Pro-Hermandad de El Campillo y La Dehesa de Riotinto. La Virgen fue declarada Alcaldesa Perpetua de la ciudad, y coronada canónicamente el 15 de junio de 1991. Tiene concedidas la Medalla de Oro y las Llaves de la ciudad por el Ayuntamiento. De su histórica devoción son muestras las indulgencias concedidas a los que rezaren ante su imagen durante los siglos XVIII al XXI. La antigua ermita mudéjar fue sustituida por una de mayor tamaño en 1979. En la Visita Apostólica de San Juan Pablo II, el papa veneró la imagen en su visita a la parroquia moguereña.
3.2.-Coronación.
La coronación, que fue la primera concedida por un obispo onubense en la diócesis, tuvo lugar el 15 de junio de 1991[46] en lo que hoy es la Plaza de la Coronación, por no caberse en donde estaba previsto realizarla, en la Plaza de las Monjas. Allí, años después, se erigió el monumento a la coronación. La celebración fue presidida por Monseñor Rafael González Moralejo, tercer obispo de Huelva, quien impuso las coronas a las imágenes del Niño Jesús y de la Virgen. Concelebraron con él el Obispo Coadjutor, Mons. Ignacio Noguer Carmona, el Párroco Manuel Castilla Bonaño, el coadjutor, José Antonio Díaz Roca y diversas autoridades religiosas, así como un grupo del clero diocesano. Actuaron de padrinos la Duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, y el Hermano Mayor, José Manuel Moreno Montilla. La procesión posterior, por las calles engalanadas de la ciudad, llevó de vuelta la sagrada imagen hasta la Parroquia. En la parte musical de la celebración actuó la Real Agrupación de Aficionados de la Coral de Valverde del Camino[47].
3.3.- La corona.
Las coronas de la Virgen y el Niño, bajo diseño de Francisco Llonis y Francisco del Toro, son obra de orfebrería Villareal, que las realizó en oro, marfil (de Fernando del Toro) y piedras preciosas, con esmaltes realizados en el Monasterio de Santo Domingo de Silos y con cruz áurea del primer Obispo de Huelva, donada por un devoto[48].
4.- NUESTRA SEÑORA DE LA BELLA, DE LEPE (16-VI-1992).
4.1.-Devoción e historia.
Es una advocación de la que se tiene ya conocimiento en 1396[49], cuenta también con un relato legendario del descubrimiento o aparición de la imagen, que había llegado en una caja contenida en una lancha por el río Piedras. Al abrir la caja los frailes se encontraron a la imagen-sagrario de la Virgen, ante la que exclamaron: “¡Oh, qué bella”![50], lo que daría origen a su advocación. Posteriormente, a principios del siglo XVI, se consolida en el convento franciscano de El Terrón, de donde pasó la imagen del siglo XVI a la Parroquia de Santo Domingo, de Lepe, tras la Desamortización. Allí, en la capilla sacramental, se siguió desarrollando el culto a la Virgen de la Bella que, pese a ser profanada durante la Guerra Civil, fue restaurada y repuesta al culto. Ante ella, el Beato José de Cádiz predicó. Varios obispos le concedieron indulgencias. Durante el siglo XIX y XX se consolida la antigua devoción, venerada como patrona de la ciudad. En la segunda mitad del siglo XX se funda la Romería al Terrón. Su fiesta principal se celebra el 15 de agosto, precediendo el solemne novenario a la función y procesión de la jornada asuncionista[51]. La Virgen cuenta con diversas condecoraciones civiles: Alcaldesa Perpetua y Medalla de Oro de Lepe. Fue coronada el 13 de junio de 1992.
La Virgen de la Bella, además de con su Hermandad lepera, cuenta con algunas hermandades y asociaciones en otros lugares, es un fenómeno nuevo, ya del siglo XXI, como las de Huelva, Isla Cristina y La Antilla, lo que habla de la extensión de su devoción, una devoción que siempre traspasó los límites de Lepe.
4.2.-Coronación.
La coronación se celebró en la explanada de Rubalcaba. Allí, en artístico escenario, se celebró la Santa Misa, presidida por el Obispo de Huelva, Mons. Rafael González Moralejo, acompañado por el párroco, Feliciano Fernández Sousa y el Coadjutor Cipriano de Toro Reinoso, y más de cuarenta sacerdotes. En la celebración intervino la Coral Polifónica de Trigueros[52]. Las calles de la población se engalanaron para recibir a la Virgen coronada, que fue trasladada a la Parroquia de Santo Domingo tras un primer momento de confusión, al caer un chaparrón de lluvia al finalizar la celebración.
4.3.- La corona.
Las coronas de la Virgen y del Niño fueron realizadas en oro por el orfebre Manuel de los Ríos, donada por la familia Rodríguez Mendoza, padrinos de la coronación. Tiene aplicaciones en marfil y piedras preciosas.
5.- NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS, DE AYAMONTE (25-VII-1992).
5.1.-Devoción e historia.
El origen de la devoción a la Virgen de las Angustias, en Ayamonte, se busca en el relato legendario de los hermanos Corito, ayamontinos que habrían encontrado la imagen en el Guadiana y por la que se originó una rivalidad con los portugueses por su propiedad. Desde entonces fue venerada por los ayamontinos, que le construyeron la actual parroquia de las Angustias, terminada en torno a 1576, y la tuvieron por su Madre, nombrándola compatrona de la ciudad a raíz del terremoto de Lisboa en 1755[53]. Precisamente la obra de la coronación fue la restauración del templo parroquial.
La imagen del siglo XVI, que sostiene a su Cristo muerto, fue mutilada en 1936, y preside su templo parroquial, desde su camarín barroco. Su fiesta principal se celebra en torno a la Natividad de María, el 8 de septiembre, a la que antecede una solemne novena, que concluye con la función y la procesión por las calles ayamontinas[54]. La Virgen de las Angustias es Alcaldesa Perpetua de la ciudad, y tiene concedida la Medalla de Oro de Ayamonte. Fue coronada el 25 de julio de 1992.
5.2.-Coronación.
La coronación, celebrada en la solemnidad de Santiago Apóstol de 1992, fue realizada en el Estanque de la Ribera, haciendo alusión al legendario hallazgo en el Guadiana. La celebración fue presidida por el Obispo de Huelva, Monseñor Rafael González Moralejo, y concelebrada por varios obispos: el Coadjutor, Mons. Ignacio Noguer Carmona; el obispo de Faro, Mons. Manuel Madureira Díaz: el de Beja, Mons. Manuel Franco da Costa de Oliveira; y el Emérito de Salto (Uruguay), Mons. Marcelo Menidharat, así como por una numerosa representación del clero diocesano e hijos de la ciudad. La presencia de obispos portugueses venía a corroborar la devoción que se tiene a la patrona de Ayamonte en las dos vertientes del Guadiana. Los padrinos de la coronación fueron los ancianos de la Residencia Lerdo de Tejada y los Marqueses de Ayamonte. Intervino la Coral de la Coronación[55].
5.3.- La corona.
La corona se realizó por el orfebre cordobés Francisco Díaz Roncero, catedrático de la Escuela de Artes Aplicadas, en plata y oro, donados por el pueblo, como muestra de su devoción por la Virgen de las Angustias[56].
6.- NUESTRA SEÑORA DE LA CINTA, DE HUELVA (26-IX-1992).
6.1.-Devoción e historia.
La devoción a la Virgen de la Cinta hunde sus raíces en el medievo. El icono mural procede del siglo XV[57]. En el origen de la misma hay varios relatos legendarios, como el del zapatero y el de la conversión del moro tras la liberación de un cautivo[58]. En torno al año 1400 se sitúan estas tradiciones del origen de la pintura mural del icono original de esta devoción, que es del siglo XV, época de la que también procede la ermita. El pueblo de Huelva siempre sintió la protección de la Virgen del Conquero en los momentos de más necesidad, como dice la Salve de los Marineros: epidemias, guerras, piratas e incendios, y la nombró patrona por el cabildo municipal. Su devoción y santuario[59] está también unido a la historia colombina, ya que Colón cumplió un voto de acción de gracias realizado en el viaje de vuelta.
En el siglo XVIII se hizo la imagen procesional o vicaria de la del muro, realizada por Benito Hita del Castillo, que es conocida como la Virgen Chiquita. A principios del siglo XX San Manuel González compuso una oración para la Virgen de la Cinta: “Madre que no nos cansemos”. Los onubenses siempre han tenido en la ermita del Conquero la referencia mariana de la ciudad. De todas maneras, el patronazgo canónico le fue reconocido por la bula Praeclara Dei Genetrix de San Pablo VI, promovido por el primer Obispo de Huelva, Mons. Cantero Cuadrado en 1964. Años antes se le había nombrado Alcaldesa Perpetua de Huelva, y más tarde recibió la Medalla de Oro de la ciudad. San Juan Pablo II, en su Visita Apostólica a Huelva celebró la misa y oró arrodillado ante la Virgen Chiquita en 1993.
6.2.-Coronación.
El 26 de septiembre de 1992, se celebró la coronación canónica, que presidió el Cardenal Legado para los Congresos Mariano y Mariológico, que coronó al Niño y a la Virgen juntamente con el Obispo Monseñor Rafael González Moralejo. Estaban acompañados por dieciocho obispos de varias procedencias que estaban participando del Congreso[60], así como por los congresistas y miles de onubenses. La celebración tuvo lugar en la Avenida de Andalucía. La coronación la concedió San Juan Pablo II mediante bula pontificia fechada en Roma el 8 de julio de 1992[61].
6.3.- Corona.
Las coronas, realizadas en oro, marfil, esmaltes y pedrería, utilizadas en la coronación de la Virgen Chiquita fueron las realizadas para el Niño y la Virgen por el orfebre y joyero cordobés Ripoll en 1922, enriquecidas por Fernando Marmolejo Camargo en 1977.
7.- NUESTRA SEÑORA DE LOS MILAGROS DE LA RÁBIDA, DE PALOS DE LA FRONTERA (14-VI-1993).
7.1.-Devoción e historia.
El origen del culto mariano en la Rábida se sitúa desde muy antiguo, Además de la leyenda que atribuiría la hechura de la imagen de la Virgen a San Lucas, los datos históricos demuestran que la devoción estaba ya sentada en el segundo tercio del siglo XIV, de cuya segunda mitad es la imagen alabastrina de la Virgen, de estilo pirenaico-catalano-aragonés-navarro[62]. Ya en aquella época existía un eremitorio o convento franciscano que la tenía por titular en la confluencia de los ríos Tinto y Odiel. El convento rabideño, por la providencia divina, estaría llamado a protagonizar la preparación del Descubrimiento de América, de tal manera que dicha hazaña se gestó entre los muros de esta casa de la Virgen.
La devoción llegó a alcanzar carácter comarcal, pero especialmente prendió en Palos de la Frontera, que la veneró como patrona desde el siglo XVII, patronazgo que en el siglo XX adquirió el carácter de canónico, entonces, el Obispo García Lahiguera impuso las coronas a la Virgen y el Niño, quizá como preludio de la coronación canónica. La protección de la Virgen la sintieron los palermos en ocasiones de necesidad acuciante, como en las epidemias. Con motivo del V Centenario de la Evangelización de América se vio la ocasión para coronar tan bella imagen.
7.2.-Coronación.
La coronación tuvo lugar bajo el monolito de los Descubridores, en La Rábida. Fue la única coronación realizada por un papa y santo (Juan Pablo II) en España. La coronación se hizo mediante bula pontificia, como no podía ser menos al hacerla por su mano San Juan Pablo II. La celebración tuvo la particularidad de realizarse en el contexto de una celebración de la Palabra, con la presencia del Obispo de Huelva, del Obispo Coadjutor y de una nutrida representación de cardenales, arzobispos y obispos de España y de otros lugares, además del párroco de Palos, D. Juan Francisco García Rodríguez, el superior del convento rabideño, Fray Luis Blanco Arias y de una numerosa representación del clero y de las autoridades civiles. La madrina de la coronación, en nombre de sus padres SS. MM. los Reyes de España, fue S.A.R. la Infanta Doña Cristina de Borbón, que presentó las coronas para su bendición. San Juan Pablo II finalizó con una hermosa plegaria a la Virgen de los Milagros, cuya imagen fue llevada en triunfo a Palos, donde fue nombrada Alcaldesa Perpetua de la ciudad cuna del Descubrimiento[63].
7.3.- Coronas.
La corona que San Juan Pablo II puso a la imagen de la Virgen, y que lleva en esmalte la heráldica de la ciudad, es la que hiciera el orfebre Seco Velasco en 1967, realizada en oro y enriquecida para la coronación con piedras preciosas. La del Niño, también en oro, fue realizada en el año 1993 por la misma orfebrería[64].
*CORONACIONES POSTERIORES
Los pontificados de Monseñor Ignacio Noguer Carmona y de Monseñor José Vilaplana Blasco van a conocer otras coronaciones canónicas. En el de Monseñor Noguer se coronaron cuatro imágenes de la Virgen; en el de Monseñor Vilaplana el resto de las que aquí se tratarán: siete imágenes marianas.
8.- NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA, DE HUELVA (3-VI-2000).
8.1.-Devoción e historia.
La devoción a la Virgen de la Esperanza, en el seno de la Hermandad de San Francisco, de Huelva, se une a los titulares de la corporación del miércoles santo en 1939. La cofradía penitencial se había fundado en 1893 en la antigua iglesia conventual de los franciscanos[65]. Tras el saqueo de la iglesia de San Francisco, y la pérdida de las imágenes titulares, la Hermandad incorpora una nueva advocación mariana, que suma a la ya existente y original del Mayor Dolor, Nuestra Señora de la Esperanza. La imagen la esculpió Joaquín Gómez del Castillo[66].
Esta devoción prende de tal manera que, a partir de entonces, será la principal advocación mariana. La Hermandad pasará por varios traslados de templos: de San Francisco, cuando esta iglesia es demolida en la década de los sesenta del siglo XX, pasa a la Santa Iglesia Catedral, en la que estará hasta que, una vez reabierta ésta tras su restauración, tendrá que buscar cobijo a sus titulares en una casa particular, hasta que se construya una capilla en la antigua calle Padre Andivia en 1979, que, corriendo el tiempo, será ampliada hasta ser como la actual, dedicada a Ntra. Sra. de la Esperanza, bendecida el 19 de marzo de 1992[67]. Llega a tal extremo la devoción popular a la Virgen de la Esperanza, que será la primera Dolorosa onubense en ser coronada.
8.2.- Coronación.
La coronación tuvo lugar el 3 de junio de 2000, en la Plaza de las Monjas, donde se montó un artístico escenario para la celebración, que fue presidida por el Obispo de Huelva, Monseñor Ignacio Noguer Carmona, acompañado por una numerosa representación del clero. Intervino en la misma la Coral de la Hermandad y la Orquesta Manuel de Falla, de Bollullos. La coronación fue amadrinada por las HH. de la Cruz. La obra social fue la piscina terapéutica de Aspapronias[68]. Además de las autoridades locales, asistió el Almirante Jefe de la Zona Marítima del Estrecho, que vino acompañado de una Compañía de Honores de la Armada. La Virgen tiene concedida, además de otras condecoraciones, la Medalla de Oro de Huelva.
8.3. La corona.
La corona fue realizada por Antonio Cuadrado, siguiendo el diseño de Enrique Bendala[69]. La pieza, es una obra de joyería de plata sobredorada, oro, marfil y piedras preciosas
9.- MARÍA SANTÍSIMA DE LA SOLEDAD, DE AYAMONTE (8-VII-2000).
9.1.-Devoción e historia.
La Muy Antigua, Real e Ilustre Hermandad Franciscana de Penitencia de la Vera Cruz, Santo Entierro de Cristo y María Santísima en su Soledad, que se encuentra erigida canónicamente en la Iglesia de San Francisco, templo del antiguo convento franciscano de la ciudad de Ayamonte, tiene su origen en dos distintas cofradías, fundadas ambas en la segunda mitad del siglo XVI: la de la Vera Cruz, de 1550, y la del Santo Entierro y Soledad de María, también, al parecer, del mismo año, pero reconocida eclesiásticamente hacia 1581[70]. En 1872 se fusionaron. La devoción mariana de esta cofradía tuvo su origen en la capilla, anexa a San Francisco, mandad construir por la duquesa de Béjar en honor de la Soledad de la Virgen, fundadora de la Hermandad. La primera imagen de la Virgen, destruida en los sucesos de 1936, fue sustituida por la actual, obra de Antonio Castillo Lastrucci en 1937[71].
9.2.-Coronación.
La coronación canónica de la imagen de María Santísima de la Soledad tuvo lugar el 8 de julio de 2000, en el Paseo de la Ribera. La concelebración eucarística fue presidida por Monseñor Ignacio Noguer Carmona, Obispo de Huelva.
9.3.- Corona.
La corona, realizada en plata sobredorada y oro, fue labrada en 2000 por Talleres Villarreal, con piedras precionas donadas por las hermandades ayamontinas.
10.- NUESTRA SEÑORA LA REINA DE LOS ÁNGELES, DE ALÁJAR (2-VIII-2004).
10.1.-Devoción e historia.
El culto mariano, en la Peña de Alájar, según algunos autores se introduce por anacoretas que allí habría vivido, como San Víctor. Desde luego es una devoción, la de la Reina de los Ángeles, de época medieval. La antigua imagen, destrozada en 1936, y que reproduce fielmente la actual, de Antonio Illanes Rodríguez en 1937, era del siglo XIV. Pero además de los orígenes legendarios que recogiera Juan de Ledesma sobre su aparición, la devoción se verá incrementada a raíz de la estancia en este lugar del humanista Benito Arias Montano, que adecentó el santuario[72]. La tradición quiere que Felipe II llegó a visitar este histórico y bellísimo lugar por su relación con el humanista, que da nombre a la Peña desde entonces.
Esta advocación mariana concita el fervor de la Sierra y de la Mina y de otros lugares, como demuestra la procedencia de las hermandades filiales de la Matriz de Alájar: Aracena, Galaroza, Fuenteheridos, Linares de la Sierra, Nerva, Castaño del Robledo, Sevilla, Santa Ana la Real y Campofrío. Éstas peregrinan todos los años al Santuario Diocesano de la Reina de los Ángeles el 8 de septiembre, cuando tiene lugar la Romería iniciada en 1924, y a la que en alguna ocasión asistieron miembros vinculados a la Familia Real Española.
La Reina de los Ángeles protegió a los serranos en momentos de gran dificultad en que acudieron a implorar su auxilio, como en las epidemias y sequías[73]. Una epidemia dio origen a la función del Voto, que se celebra anualmente el 10 de septiembre. La Virgen es Patrona canónica de Alájar. La herencia de esa devoción de Alájar y la Sierra, exigía el reconocimiento canónico de la coronación canónica. La Hermandad se apresuró a realziar una obra social, consistente en un comedor y un centro de rehabilitación.
10.2.-Coronación.
Esa ocasión llegó en el año 2004, y en la fiesta litúrgica de Nuestra Señora de los Ángeles, cuando en el exterior del Santuario, ante la espadaña que se abre a Alájar y la Sierra, Monseñor Ignacio Noguer Carmona coronó las sagradas imágenes del Niño Jesús y la Reina de los Ángeles, como colofón de una secular devoción.
10.3.- Corona.
Las coronas de la Virgen y el Niño, fueron realizadas en oro probablemente por el orfebre Seco Velasco. Esas coronas, ya existentes, fueron las que se le impusieron al Niño y a la Virgen.
11.- NUESTRA SEÑORA DEL SOCORRO, DE ROCIANA DEL CONDADO (14-VIII-2004).
11.1.-Devoción e historia.
La devoción a la Virgen del Socorro en Rociana del Condado tiene fecha de inicio, coincide con la fundación de un monasterio de dominicas bajo este título, que fundó el presbítero Pedro Martín Calvo, bajo los auspicios del duque de Medinasidonia y conde de Niebla en las postrimerías del siglo XVI[74], en el que la condesa creó una capellanía. La pobreza de las rentas de dicho convento hizo que en torno a 1610 abandonaran las monjas la población para dirigirse a una nueva fundación en Almonte[75]. Pero ya en los rocianeros había prendido la devoción por la Virgen del Socorro, una imagen del siglo XVI, de autoría anónima. Posteriormente, un sobrino del fundador, también sacerdote y del mismo nombre, creó unas capellanías en la capilla del convento abandonado para el sostenimiento del culto mariano.
Tras los procesos desamortizadores las capellanías pasaron a ser un patronato familiar, y el culto fue cuidado por la familia Vallejo, hasta que se creó una Hermandad en el siglo XX. La Virgen del Socorro fue siempre el amparo del pueblo, que desde los siglos XVII al XX experimento su amparo en epidemias y sequías. La Virgen siempre fue venerada como patrona, pero la confirmación canónica la obtuvo en el pontificado de San Pablo VI, el 7 de septiembre de 1966. El Ayuntamiento, en 1988 la nombró Alcaldesa Perpetua de la villa y le otorgó la Medalla de Oro de Rociana del Condado[76].
11.2.-Coronación.
La coronación tuvo lugar en la Plaza de la Constitución, el 14 de agosto de 2004. Coronó las imágenes del Niño Jesús y de la Virgen del Socorro el Obispo de Huelva, Monseñor Ignacio Noguer Carmona. Fue una jornada histórica para la población.
11.3.- Corona.
Las coronas de la Virgen y del Niño, en plata dorada, oro blanco y pedrería, fueron labradas por el orfebre cordobés Antonio Cuadrado.
12.- NUESTRA SEÑORA DE LA PEÑA, DE PUEBLA DE GUZMÁN (4-VII-2009).
12.1.-Devoción e historia.
La Santísima Virgen de la Peña es la devoción no sólo de la Puebla de Guzmán, sino que es considerada Reina del Andévalo. La leyenda sitúa su aparición, junto con la imagen de la Virgen de Piedras Albas, el 8 de diciembre de 1470[77]. En realidad es una devoción ya presente en el bajo medievo, desde su santuario de la Peña del Águila. El influjo de su fervor llegaba incluso al vecino reino de Portugal. Desde antiguo se celebra la Romería en su honor, en el tiempo de Pascua. Dicha romería tiene valores muy profundos de tradición religiosa y antropológica. Según dijera Caro Baroja es, con su “comida de pobres” de lo “más cristiano viejo”[78] que había él visto. La danza y el
folclore de esta romería es muy característica, así como las costumbres y los vestidos de la mayordomía.
La gran devoción existente, llevada a diversos lugares de España por los puebleños y andevaleños emigrantes, explica que haya hermandades en Huelva y Madrid, pero la encargada de toda la organización es la hermandad de Puebla de Guzmán. Todo ese caudal devocional explica que se pidiera la coronación de su imagen, una bellísima escultura del siglo XVI, restaurada varias veces tras los destrozos sufridos en 1936[79].
12.2.-Coronación.
Esta más que justificada coronación, ya sea por la historia como por la devoción comarcal existente, fue celebrada el 4 de julio de 2009 en la Plaza de la Cebada o Cebadilla, en un artístico escenario en el que se figuraba la fachada del santuario del Cerro del Águila. Fue la primera coronación canónica que hizo el Obispo de Huelva Monseñor José Vilaplana Blasco desde su llegada a la diócesis. La Misa fue concelebrada por el párroco, D. Santiago Delgado Salguero y por una representación del clero del arciprestazgo del Andévalo y de otros lugares de la diócesis[80]. Tanto en la procesión para trasladar la Virgen al lugar de la coronación, como para su vuelta a la parroquia visitando muchas calles de la población, que estaba especialmente engalanada, fue acompañada por la danza tradicional. El decreto episcopal fue leído por el Vicario Episcopal y puebleño D. Pedro Carrasco Chacón.
12.3.- La corona.
A pesar de contar con unas coronas de oro para la Virgen y el Niño, se realizaron unas coronas para la coronación, realizadas en plata sobredorada por el orfebre sevillano Agustín Donoso Ballesteros, en estilo rocalla.
13.- NUESTRA SEÑORA DE LOS REMEDIOS, DE VILLARRASA (22-X-2009). Convalidación de la de 1954.
13.1.-Devoción e historia.
La leyenda quiere que en 1503 habría sido la invención dela imagen, que habrían hecho los ángeles en el lugar conocido como de la Aparición, en la Tenería, en casa de Pedro de la Cruz. A raíz de aquello se labró una ermita y hospital, donde aún recibe culto la imagen del siglo XVI, que combina elementos góticos con renacentistas. Creció y creció la devoción a la Virgen de los Remedios, venerada como patrona de la villa, y que, a raíz del terremoto de Lisboa, en 1755, el cabildo civil dota de fiesta en el dieciocho de diciembre. Otra fiesta se celebra también actualmente en torno al quince de agosto. En el siglo XIX su devoción fue enriquecida con indulgencias.
En 1954, el primer obispo de Huelva, Monseñor Cantero Cuadrado, le impuso la corona a la bendita imagen de la Virgen en la jornada asuncionista, como expresión de la gran devoción que se le ha tenido y se tiene en Villarrasa.
13.2.-Coronación.
Al cumplirse los cuarenta y cinco años de aquel evento, el Obispo Monseñor José Vilaplana Blasco, con fecha de 22 de octubre de 2009, decretó la convalidación de aquella coronación, dándole carácter de canónica a partir del año 2009. El 18 de diciembre de aquel año, puesto que no hubo nueva imposición de corona, el Vicario Episcopal para la Celebración de la Fe, D. Diego Capado Quintana, proclamó el decreto por el que se le concedía carácter canónico a la coronación.
13.3.- La corona.
La corona de la Virgen de los Remedios es una pieza de orfebrería del siglo XVIII, de estilo rocalla, en plata sobredorada y enriquecida con piedras preciosas.
14.- NUESTRA SEÑORA DEL MAYOR DOLOR, DE ARACENA (11-IX-2011).
14.1.-Devoción e historia.
La devoción a la Virgen del Mayor Dolor, patrona canónica de Aracena desde 1958 junto con San Blas. Hasta cuatro imágenes la han representado en la capital serrana. La primera era obra de Montes de Oca, de 1727. La segunda, de Juan de Astorga, era la que sustituyó a ésa tras un incendio en su camarín en 1795, y que es la que pervivió hasta la Guerra Civil en que fue destruida. Ésta fue sustituida por otra, realizada por Antonio Castillo Lastrucci, que es, a su vez sustituida por la actual, obra de Sebastián Santos Rojas, realizada en 1960[81], que es la que preside la Iglesia del Castillo, que la tiene como titular,al igual que la Hermandad de la Vera+Cruz.
La secular devoción, como culminación de la obra de conclusión de la Parroquia de la Asunción, fue concedida mediante decreto del Obispo Vilaplana Blasco.
14.2.-Coronación.
La coronación, tuvo lugar, el 11 de septiembre de 2011, ante la portada principal de la iglesia parroquial, frente a la Cilla. El pontifical fue presidida por el Obispo, acompañado por el párroco D. Longinos Abengózar Muñoz y el clero de la Sierra. Tras el solemne acto de la coronación tuvo lugar la procesión por las calles engalanadas de la ciudad. Fueron madrinas las HH. de los Ancianos Desamparados.
14.3.- La corona.
La corona fue realizada por el orfebre hispalense Fernando Marmolejo Hernández[82], en oro y pedrería, ofrenda de Aracena.
15.- NUESTRA SEÑORA DEL VALLE, DE LA PALMA DEL CONDADO (23-X-2011).
15.1.-Devoción e historia.
El origen de esta devoción hay que buscarlo a mediados del siglo XIV, cuando una imagen gótica de la Virgen estaba situada en la torre fuerte del Valle[83]. Allí se hizo el templo mariano en el que cual recibe culto la patrona canónica de La Palma del Condado, que así fue nombrada en 1996. Desde el medievo los habitantes de la población acudieron a la Virgen, sobre todo con motivo de las epidemias, como en el siglo XVII, o más recientemente en 1855, lo que originó el tradicional rosario de doce, en la madrugada del quince al dieciséis de agosto. En la solemnidad asuncionista es cuando celebra su fiesta principal con solemne función, que precede a la procesión nocturna, que concluye al amanecer, en acción de gracias por haber librado al pueblo de aquella epidemia del siglo XIX[84]. En 1922 se fundó su Hermandad.
La imagen que fue destruida en la Guerra Civil fue sustituida por la actual, obra de Sebastián Santos Rojas en 1937. La Virgen, que preside la iglesia del Valle, ha recibido homenajes del Ayuntamiento local, que le concedió la Medalla de Oro de la ciudad y, posteriormente la nombró su Alcaldesa Perpetua.
15.2.-Coronación.
La coronación se celebró en la fachada principal de la parroquia de San Juan Bautista, en la Plaza de España, en el 23 de octubre de 2011, aniversario de la llegada de la nueva imagen en 1937. Presidió el pontifical el Obispo Monseñor José Vilaplana Blasco, ante el que se presentó la obra social de la coronación, dedicada a la rehabilitación de drogodependientes. Una masa coral y orquesta, compuesta por la Coral Polifónica de La Palma, el coro del Ateneo de Sevilla y la orquesta “Ensamble Harmonía” intervinieron en la celebración, que en algunos momentos se vio visitada por la lluvia. A su término hubo una procesión con la imagen por las calles, que estaban engalanadas para la ocasión. Los padrinos de la coronación fueron los miembros de la familia Díaz de la Mora, que tradicionalmente han cuidado del culto de la imagen[85].
15.3.- La corona.
Las preseas, impuestas a las imágenes del Niño Jesús y la Virgen, fueron realizadas en oro y pedrería por el taller hispalense de orfebrería de los Hermanos Delgado López[86].
16.- MARÍA SANTÍSIMA DE LA VICTORIA, DE HUELVA (5-V-2012).
16.1.-Devoción e historia.
La devoción a la Virgen de la Victoria, relativamente moderna en Huelva, tiene su antecedente en la devoción de los frailes mínimos, que tuvieron convento en Huelva, pero su desarrollo contemporáneo está relacionado con la fundación de su Hermandad, en 1939, y que obtendrá su respaldo canónico en 1941, establecida en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, en el populoso barrio onubense del Polvorín. La primera imagen de la Virgen la realizó Joaquín Gómez del Castillo en 1939, pero tras padecer un incendio en plena estación procesional en 1953, posteriormente, en 1969, Luis Álvarez Duarte[87] talló la actual imagen, que concita una amplia devoción en la capital, hasta el punto de habérsele concedido la coronación canónica, antes de la cual se le otorgó la Medalla de Oro de la ciudad de Huelva.
La obra social de la coronación fue la construcción de un centro de formación ocupacional de las Hermanas Adoratrices en San Francisco de Macorís (República Dominicana).
16.2.-Coronación.
La coronación tuvo lugar el 5 de mayo de 2012, en la Plaza de la Constitución de la capital, frente al Ayuntamiento. Presidió la celebración el Obispo de Huelva, Monseñor José Vilaplana Blasco, que estuvo acompañado por el Obispo Emérito, Mons. Noguer Carmona, y por el Obispo Emérito de Cádiz y Ceuta, Mons. Antonio Ceballos Atienza.
16.3.- La corona.
La corona, donada por el pueblo de Huelva, fue realizada en oro por el orfebre y joyero cordobés Manuel Varela en 2012[88].
17.- NUESTRA SEÑORA DE LA ESTRELLA, DE CHUCENA (1-VI-2014).
17.1.-Devoción e historia.
Esta devoción nace en el siglo XVI, cuando la parroquia toma el título de Nuestra Señora de la Estrella. De esa época es la venerada imagen[89] que, con toda justicia, goza de la antigüedad que se exige para la concesión de una coronación. A la antigüedad une el que sea un bello ejemplar de la imaginería sevillana, ataviada con una rica iconografía que la presenta como Inmaculada y Virgen Madre de Dios Asunta al cielo. Esta imagen concita la devoción de los chuceneros, de los residentes en esta población de unos dos mil habitantes, y de la amplia diáspora de chuceneros esparcidos por Sevilla y Huelva. Su devoción es tanta y tan unánime que se expresa en el mismo escudo heráldico de la villa.
Los testimonios devocionales a lo largo de la historia de esta comunidad[90], llevaron a la Hermandad, con el concurso de la Parroquia, a solicitar la coronación canónica, presentando un expediente donde constaba la continuidad histórica del culto tributado a la Patrona canónica, declarada como tal por Juan Pablo II en 1980[91]. A la coronación antecedió un período preparatorio de tipo espiritual, con la concesión de un jubileo extraordinario por la Penitenciaría Apostólica, que durante cuatro meses posibilitó lucrar la indulgencia plenaria en la Parroquia de Nuestra Señora de la Estrella. Igualmente, de forma sencilla pero efectiva, la Hermandad impulsó un gesto importante de comunión con los pobres.
17.2.-Coronación.
El 1 de junio de 2016 tuvo lugar la coronación en la plaza principal, por el Obispo Monseñor José Vilaplana Blasco. La celebración contó con el concurso de miles de fieles, con cuidada música litúrgica. Tras la lectura del decreto episcopal de concesión, el Obispo coronó al Niño Jesús y a la Virgen de la Estrella con las coronas de oro que ya tenía la imagen desde la década de los cuarenta del siglo XX. El pueblo reunido dio muestras de su devoción con vítores, ovaciones, lágrimas… y con el canto del himno compuesto para la ocasión. A su término, la Virgen recorrió en procesión las calles de la población, engalanadas para la ocasión histórica que vivía.
17.3.- La corona.
Las coronas, realizadas en oro, fueron las donadas por una devota en los años cuarenta del siglo XX.
18.- NUESTRA MADRE Y SEÑORA DE LOS DOLORES, DE HUELVA (19-IX-2015).
18.1.-Devoción e historia.
La Virgen Titular de la Muy Antigua, Real, Ilustre y Seráfica Hermandad Sacramental de la Purísima Concepción y Archicofradía de Nazarenos de la Santa Vera+Cruz, Sagrada Oración de Nuestro Señor en el Huerto y Ntra. Madre y Señora de los Dolores, concita la devoción de los hermanos de tan señera corporación, obra bellísima de Álvarez Duarte y que fuera bendecida en su día por el entonces Obispo de Huelva, el Venerable José María García Lahiguera. La Hermandad y la Parroquia solicitaron su coronación, con el fin de señalar la importancia de María en el 500 aniversario de la Parroquia dedicada al misterio de su Inmaculada Concepción. A la preparación de la coronación precedieron varios actos cultuales y culturales, también sociales, y el jubileo extraordinario conmemorativo concedido a la Parroquia por su quinto centenario.
18.2.-Coronación.
La coronación tuvo lugar, el 19 de septiembre de 2016, en la Plaza de las Monjas. Una vez más, se hizo presente, en este caso en el centro de la capital, la gran devoción mariana de los onubenses, que acudieron a honrar a la Madre de Dios. Monseñor José Vilaplana Blasco coronó la imagen.
18.3.- La corona.
La corona que el Obispo Vilaplana Blasco, tras la lectura del decreto episcopal, puso sobre las sienes de la venerada imagen, era una de las que componen el tesoro de la misma, realizada en plata, de estilo rocalla.
19.- MARÍA SANTÍSIMA DE LA AMARGURA, DE HUELVA (17-VI-2023).
19.1.-Devoción e historia.
La Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Huelva, fundada en el siglo XVI en la Iglesia del convento de Nuestra Señora de la Victoria, de los Padres Mínimos, en la antigua calle del Puerto, desde antiguo rindió culto en Huelva a la primera imagen de María Santísima de la Amargura, que tantas veces participó en el Sermón del Paso, que representaba el citado encuentro del Señor con su Santísima Madre. Las vicisitudes históricas hicieron que la antigua Hermandad del Señor de Huelva pasara a la Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción en el siglo XIX, donde se siguió venerando, junto con la bendita imagen del Nazareno, a Nuestra Madre y Señora de la Amargura. Por encontrarse en la capilla del Sagrario, ante ellas maduró su vocación sacerdotal el Beato Marcelo Spínola y Maestre. La imagen de la Virgen, tras dolorosos momentos, fue reemplazada por la actual, realizada por el imaginero Ramón Chabeli Carreres. La secular devoción a Nuestro Padre Jesús Nazareno de la ciudad de Huelva y de su Hermandad, hizo nacer la expresión mariana de la devoción a María Santísima de la Amargura, consecuentemente con la sentencia de “a Jesús por María”.
19.2.-Coronación.
El sábado 17 de junio de 2023, en la popular Placeta, de Huelva, tuvo lugar la coronación canónica de esta imagen mariana, Titular de la popular Hermandad del Nazareno de Huelva. Coincidió en la fiesta del Inmaculado Corazón de María, y fue la primera coronación realizada por Monseñor Santiago Gómez Sierra, Obispo de Huelva.
19.3.- La corona.
La corona de María Santísima de la Amargura fue realizada por el orfebre Jesús Domínguez Vázquez de 1953, en plata de ley, añadiéndole diamantes rosas, blancos y marfil. Para la coronación ha sido enriquecida por su hijo, Jesús Domínguez Machuca, añadiéndole la ráfaga trasera de la corona en plata de ley, y enjoyando aún más la presea. Todo ello fue costeado por el grupo de costaleros de la Virgen.
20.- MARÍA AUXILIADORA, DE la PALMA DEL CONDADO (5-X-2024).
20.1.-Devoción e historia.
El introductor de la devoción a María Auxiliadora en La Palma del Condado, en la primera mitad del siglo XX, fue D. Baldomero García Ramos, cuyos familiares donaron, tras la Guerra Civil, una imagen de la Auxiliadora, que actualmente preside la capilla bautismal de la parroquia de San Juan Bautista. Cuando se funda el Colegio Salesiano Santo Domingo Savio en la década de los sesenta del siglo XX, allí se establece la Archicofradía, verdadero motor de la propagación de la devoción en la localidad. Otro hito de la historia devocional en La Palma va a ser la llegada de la nueva imagen de María Auxiliadora, obra de Carlos Bravo Nogales, realizada por el escultor para la casa de Ronda, de donde pasó después a Utrera y, por último, desde esta ciudad hispalense, vino a recalar en el Colegio Salesiano, en su Iglesia del Salvador, construida bajo el mecenazgo de D. Salvador Noguera. Con esta imagen en El Salvador aumentó la devoción, concentrándose en la imagen de Bravo Nogales. Proliferaron las capillas domiciliarias, que fomentaron el amor hacia la Auxiliadora, destacando entre las celadoras de estas capillas la Sierva de Dios Carmen Nebot Soldán. Ante la bendita imagen de Bravo Nogales se pudo lucrar indulgencia plenaria, concedida por Benedicto XVI, en el cincuentenario de la Arcicofradía.
20.2.-Coronación.
La coronación tuvo lugar, el 5 de octubre de 2024, en la Plaza de España, ante la fachada de la iglesia parroquial palmerina. Monseñor Santiago Gómez Sierra impuso las coronas a las imágenes del Niño Jesús y María Auxiliadora. El solemne triduo preparatorio estuvo presidido por los obispos Monseñor Ramón Darío Valdivia Giménez y Monseñor Teodoro León Muñoz Auxiliares de Sevilla, así como por Monseñor José Mazuelos, Obispo de Canarias.
20.3.- La corona.
La coronas, enriquecidas para la ocasión por Manuel Valera, son las de plata de ley realizadas para la imagen por los Hermanos Delgado.
CONCLUSIÓN.
El origen de las coronaciones de imágenes marianas se sitúa en el contexto del fomento de la piedad popular, al calor de la reforma católica, que, entre otras expresiones, tiene la de las misiones populares. Precisamente, en ese ámbito, impulsada por los Capuchinos, nacen las coronaciones, de la mano del P. Girolamo de Forli, práctica que siguen otros capuchinos y que encuentran un refuerzo en la obra de promoción de las mismas que hace el conde de Borgonovo, que dota al Cabildo Vaticano de unas rentas para que sigan con esta práctica piadosa. De ahí nace que el Capítulo de San Pedro termine por tener la facultad concedida por los pontífices romanos para coronar imágenes venerandas de María, lo que no quita que hubiera otras formas de coronación, pero sin la solemnidad de las concedidas por el Cabido Vaticano, que, desde el siglo XVII contaba con un rito propio, que posteriormente, en el siglo XIX pasa al Pontifical Romano, lo que influyó en que creciera el número de coronaciones, ya sin la dotación de las coronas por la Fábrica de San Pedro.
Hemos realizado un recorrido por las principales coronaciones, desde las más antiguas,en el siglo XVI, pasando por las realizadas personalmente por los papas, hasta las del siglo XX en España, por no suponer otro ámbito más extenso casi imposible de tratar en una investigación como ésta.
Por último, nos hemos fijado en la diócesis de Huelva. Las imágenes coronadas en la diócesis onubense son veinte. De ellas es posible hacer una clasificación atendiendo a la extensión de su devoción, a la devoción patronal, o a la de hermandades. Unas y otras pueden coincidir en el ámbito devocional o patronal, pero hemos querido diferenciar de la siguiente manera:
- IMÁGENES DE GRAN DEVOCIÓN EXTENDIDA.
En este apartado estarían tres imágenes: la de la Virgen del Rocío, que es una devoción universal, y que rompe el ámbito comarcal, e incluso el de sus hermandades filiales. La de la Reina de los Ángeles, que es como decir la devoción mariana de la Sierra y de la Mina. Y la de la Virgen de la Peña, de Puebla de Guzmán, que abarca la comarca del Andévalo.
- IMÁGENES DE PATRONAS.
En este apartado irían las imágenes de la Virgen de las Mercedes, de Bollullos par del Condado; la de Montemayor, de Moguer, con amplio espectro devocional a través de sus filiales y primera coronación diocesana; la de la Bella, de Lepe, con antiguo ámbito devocional en la comarca; la de las Angustias, de Ayamonte, con influencia devocional en tierras portuguesas; la de la Cinta, que es como decir la devoción de la capital diocesana; la de los Milagros de la Rábida, de Palos de la Frontera, coronada personalmente por un papa santo como Madre de América; la del Socorro, de Rociana del Condado; la de los Remedios, de Villarrasa; la del Mayor Dolor, de Aracena; la del Valle, de La Palma del Condado y la de la Estrella de Chucena.
- IMÁGENES TITULARES DE HERMANDADES PENITENCIALES Y DE GLORIA.
La imagen de Ntra. Sra. de la Esperanza, de la Hermandad de San Francisco, de Huelva, primera dolorosa coronada en la diócesis. La de María Santísima de la Soledad, de la Hermandad de la Vera Cruz, del templo de San Francisco, de Ayamonte; la de María Santísima de la Victoria, del Polvorín, en Huelva; la de Nuestra Madre y Señora de los Dolores, de la Hermandad de la Vera Cruz, de la Concepción de Huelva; y la de María Santísima de la Amargura, de la Hermandad del Nazareno de Huelva. Esto en cuento a las hermandades penitenciales. A la imagen de María Auxiliadora, de La Palma del Condado, da culto su Archicofradía, dependiente de la de Turín.
MARIOLOGÍA REFLEJADA EN LAS IMÁGENES CORONADAS.
MADRE DE DIOS
El estudio realizado nos permite establecer una mariología en la iconografía de las imágenes marianas coronadas en la diócesis. En primer lugar, fijándonos en María como Madre de Dios. La maternidad divina de María queda representada en algunas imágenes coronadas en la diócesis de forma especial. La Virgen muestra a Jesús en el centro de la misma imagen, como es el caso de la de Ntra. Sra. del Rocío. A través del Hijo mira a todos los que participamos de la filiación divina y somos hermanos de Jesús. Como dice el Dr. Carrasco Terriza, “la Virgen, de pie, sustenta entre sus brazos a Jesucristo Niño. Ambos en posición axial frontal, y con idénticos caracteres de soberanía. En Oriente es denominada Nikopoia, la Vencedora, la que concede la Victoria”[92].
Otras imágenes presentan a Cristo en su izquierda: la Virgen de las Mercedes, la de Montemayor, la de la Bella, la de los Milagros de la Rábida, la del Socorro, la de los Remedios, la del Valle, la de la Estrella. Representan a María como Hodegetria o Conductora. Es el tipo de imagen más extendida en la iconografía mariana onubense, que figura a la Theotokos, a la Madre de Dios[93].
La Virgen, como Kiriotissa o Señora, estática, de pie, que representan estas imágenes quedan aún más reforzadas como Theotokos al tener en común al Niño que bendice como Pantocrátor[94], bendiciendo a la griega y sosteniendo el mundo en muchos casos.
También hay ejemplos de la Theotokos como Cathedra Christi, o también Virgen Trono, o Sedes Sapientiae[95]. Es el caso de la Virgen de la Bella, o de la Virgen de la Peña. Pero, igualmente, “María es llamada Eleousa Mater Amabilis. De pie o sentada, aflora el sentimiento amoroso materno-filial no sólo entre María y Jesús, sino también entre María y el fiel, que es invitado con la mirada a participar de aquella comunicación gozosa”[96], lo que vemos representado especialmente en las imágenes de las últimas citadas, pero también en las de la Virgen de los Milagros, la de la Cinta, de la Reina de los Ángeles o la de la Virgen de los Remedios.
MARÍA INMACULADA Y VIRGEN.
La Inmaculada Concepción de María se representa iconográficamente por la media luna, por la ráfaga o la corona de doce estrellas, por los colores concepcionistas. Este misterio queda figurado en algunas de las imágenes coronadas: atributos argénteos o áureos de la Virgen del Rocío, de la Virgen de las Mercedes, de la Virgen de Montemayor, de la Virgen de la Bella (también en los colores azul y jacinto de los vestidos de su talla), de la Virgen de la Cinta (también en sus vestidos), de la Virgen de los Milagros, de la Reina de los Ángeles, de la Virgen del Socorro, de la Virgen de los Remedios, de la Virgen de la Peña (colores azul y jacinto de los colores de los vestidos de su talla), de la Virgen del Valle, de la Virgen de la Estrella.
La virginidad perpetua se representa especialmente por el velo o toca que tienen prácticamente todas las imágenes coronadas.
MARÍA EN LA PASIÓN Y AL PIE DE LA CRUZ.
Las imágenes que representan este momento son las de las Angustias, la de la Esperanza, la de la Soledad, la de la Victoria, la de Nuestra Madre y Señora de los Dolores y la de María Santísima de la Amargura. María que sostiene a su Hijo muerto y que lo presenta; María llorosa al pie de la Cruz o en su Pasión, como asociada a la Redención.
MARÍA OMNIPOTENCIA SUPLICANTE y ASUNTA.
También las lágrimas de las imágenes dolorosas, pero de forma especial todas las que ostentan el cetro, un cetro de Reina intercesora ascendida al cielo, nos recuerdan este privilegio mariano, especialmente la imagen de la Auxiliadora de La Palma del Condado. María está de pie a la derecha de Dios intercediendo por nosotros.
MARÍA REINA.
Y todas estas imágenes, por su corona, nos están remitiendo a la figura de María como anuncio del reino escatológico de Cristo y de la vida eterna. Al contemplar todas estas imágenes coronadas con corona, no podemos por menos que recordar lo que en las Sagradas Escrituras es una prefiguración de María. Así, en el Libro de Ester, se nos dice: “El rey la prefirió a las demás mujeres y la trató con especial cariño y bondad, hasta el punto de coronarla y nombrarla reina”[97]. Ella es nuestra Madre, y por ser la Madre del Rey, es nuestra Reina.
[1]Vid. Encíclica de Pïo XII: Ad Caeli Reginam, 11-X-1954.
[2]Lumen Gentium, 59.
[3]LLORCA-Gª VILLOSLADA-LABOA. Historia de la Iglesia católica. III Edad Nueva. La Iglesia en la época del Renacimiento y de la Reforma católica (1303-1648). B.A.C. Madrid 2010 (sexta edición), página 1086.
[4]Cf. Ibídem, página 1082.
[5]Ibídem, páginas 837-839.
[6]Ibídem, página 842.
[7]Ibídem, página 1086.
[8]LABARGA GARCÍA, Fermín. “La coronación canónica de una imagen de la Virgen: datos para una historia del rito”. En revista Estudios Marianos, nº 81 (2015) página 303.
[9]Cf. Ibídem, página 299.
[10]Ibídem, página 302.
[11]https://museodelavirgen.es/la-festa-o-misteri-delx-2/
[12]LABARGA GARCÍA, Fermín. “La coronación canónica de una imagen de la Virgen…”, Opus cit., página 303, página 303.
[13]Ibídem, página 304.
[14]Ibídem, página 305.
[15]Ibídem.
[16]Ibídem.
[17]Ibídem, páginas 306-306.
[18]Condado De Borgonovo – El condado de sforzesca | KripKit
[19]LABARGA GARCÍA, Fermín. “La coronación canónica de una imagen de la Virgen…”, Opus cit., página 306.
[20]Ibídem, páginas 306-307.
[21]Ibídem, página 307.
[22]Ibídem.
[23]Ibídem, página 308.
[24]Ibídem, nota 21.
[25]Ibídem, página 308.
[26]Ibídem, páginas 308-309.
[27]Ibídem, página 309
[28]Ibídem, página 310.
[29]https://desdelafe.mx/noticias/sabias-que/10-cosas-que-debes-saber-de-la-coronacion-de-la-virgen-de-guadalupe/
[30]En este apartado los datos se han buscado en un catálogo muy completo, aunque con algunas omisiones, al que remitimos para su ampliación: Anexo:Advocaciones marianas coronadas canónicamente en España – Wikipedia, la enciclopedia libre
[31]LABARGA GARCÍA, Fermín. “La coronación canónica de una imagen de la Virgen…”, Opus cit., página 303, página 318.
[32]Ibídem, página 319.
[33]Igualmente, para una mayor información remitimos a Anexo:Advocaciones marianas coronadas canónicamente en España – Wikipedia, la enciclopedia libre
[34]Coronación de Ntra Sra del Sagrario « ESCLAVITUD VIRGEN DEL SAGRARIO TOLEDO (wordpress.com)
[35]Vid. INFANTE GALÁN, Juan. Rocío, la devoción mariana de Andalucía.
[36]Vid. CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús. Historia y teología de los títulos Rocío y Blanca Paloma, Huelva, Diputación de Huelva (Servicio de Cultura, Colección Investigación. Serie Historia), 2021
[37]GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús. Escultura Mariana Onubense. Diputación Provincial. Huelva, página 299.
[38]Vid CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús. El Santuario del Rocío. Hermandad Matriz de Ntra. Sra. del Rocío, Almonte, 2009.
[39]Vid. GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y ROJAS-MARCOS GONZÁLEZ, Jesús, Simpecados del Rocío: Speculum Reginae Roris. Hdad. Matriz. Almonte, 2014.
[40]GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús. Escultura Mariana Onubense. Diputación Provincial. Huelva, página 297.
[41]Ibídem, página 378.
[42]ALONSO-MORGADO Y GONZÁLEZ, José. Sevilla Mariana. Unvi. Sevilla, 2022, páginas 443.
[43]GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús. Escultura Mariana Onubense. Opus cit., página 382 Para un mayor conocimiento de la devoción vid. DIÁÑEZ ASUERO, Francisco Javier y PÉREZ DÍAZ, Juan Ignacio. Nuestra Señora de las Mercedes. Historia de su Hermandad (3º edición), 2022.
[44]GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús. Escultura Mariana Onubense. Opus cit., páginas 378..
[45]GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús. Escultura Mariana Onubense. Opus cit., páginas 436-441.
[46]Vid. DÍAZ ROCA, José Antonio. Moguer-Montemayor. El amor de un pueblo. Coronación canónica. Ayuntamiento. Moguer, 2010.
[47]SUGRAÑES GÓMEZ. Eduardo. Los inolvidables días de Huelva. Obispado de Huelva. Huelva, 1996, páginas 14-17.
[48]Estos datos me han sido amablemente aportados por el hijo del Padrino de la Coronación, D. Juan Manuel Moreno Orta.
[49]MIRA TOSCANO, Antonio. Lepe y la ría del Piedras a lo largo de la historia. Ayuntamiento de Lepe. Lepe, 2022, páginas 340-341.
[50]ALONSO-MORGADO Y GONZÁLEZ, José. Sevilla Mariana. Opus cit., páginas 422-424.
[51]GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús. Escultura Mariana Onubense. Opus cit., páginas 101-106.
[52]SUGRAÑES GÓMEZ. Eduardo. Los inolvidables días de Huelva. Opus cit., páginas 31-34.
[53]GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús. Escultura Mariana Onubense. Opus cit., páginas 264-267.
[54]Para un mayor conocimiento de la devoción vid. ARROYO BERRONES, Enrique. Ayamonte y la Virgen de las Angustias. Caja Ahorros. Huelva, 1992. Y ARROYO BERRONES, Enrique. Las Angustias, baluarte de Ayamonte. Hdad. Virgen de las Angustias. Ayamonte, 2000.
[55]SUGRAÑES GÓMEZ. Eduardo. Los inolvidables días de Huelva. Opus cit., páginas 35-38.
[56]Estos datos me han sido aportado amablemente por el que fue Hermano Mayor y alma de la coronación de la Virgen de las Angustias, D. Enrique Arroyo Berrones.
[57]GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús. Escultura Mariana Onubense. Opus cit., página 346.
[58]Vid. DÍAZ HIERRO, Diego. Historia de la devoción y culto a Nuestra Señora de la Cinta, Patrona de Huelva. Huelva, 1967
[59]Vid. SUGRAÑES GÓMEZ, Eduardo. La Cinta, santuario de amor y de fe onubense. Hermandad Virgen de la Cinta, Huelva,1997.
[60]SUGRAÑES GÓMEZ. Eduardo. Los inolvidables días de Huelva. Opus cit., página 128.
[61]Vid. SUGRAÑES GÓMEZ, Eduardo. Cinta Coronada. Hermandad Virgen de la Cinta, Huelva,1993.
[62]GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús. Escultura Mariana Onubense. Opus cit., página 450.
[63]Cf. SUGRAÑES GÓMEZ. Eduardo. Los inolvidables días de Huelva. Opus cit., páginas 194-198.
[64]Estos datos me han sido aportados amablemente por D. Diego García Hernández.
[65]AA.VV. Historia de la Hermandad de la Esperanza de Huelva (San Francisco) 1893-2021. Vol. I. Ayuntamiento. Huelva, 2021, páginas 35-38.
Ibídem, páginas 117-120.
Ibídem, páginas 177-387.
Ibídem (vol. II), páginas 145-157.
Ibídem, página 124.
[70]Para un mayor conocimiento, vid. MORENO FLORES, María Antonia. Raíces de una cofradía. Hermandad de la Vera Cruz, Sto. Entierro y Ntra. Sra. de la Soledad, Ayamonte, 2003
[71]GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús. Escultura Mariana Onubense. Opus cit., página 274.
[72]Ibídem, páginas 323-325.
[73]Para un mayor y mejor conocimiento del alcance de 4esta devoción, vid. MORENO ALONSO, Manuel. La vida rural en la Sierra de Huelva. Alájar. (2º. Edición) Diputación Provincial. Huelva, 1993.
[74]Vid. CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús. «La Virgen del Socorro, Patrona de Rociana», en Las advocaciones marianas de gloria. Actas del I Congreso Nacional. Tomo I. Historia. Córdoba, 23 noviembre 2002. Córdoba, Publicaciones Obra Social y Cultural Cajasur, 2003, págs. 581-595.
[75]Vid. CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús. Historia de la devoción y culto a Ntra. Sra. del Socorro, Patrona de Rociana. Rociana – San Juan del Puerto, Impr. Beltrán, 1990. 75 págs.
[76]Vid. RAMÍREZ ALMANZA, Antonio.La devoción popular a María del Socorro: Rociana, 1550-1977.
Diputación Provincial de Huelva, 2004
[77]GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús. Escultura Mariana Onubense. Opus cit., páginas 442-443.
[78]Ibídem, página 444.
[79]Vid. CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús. “Iconografía de la Santísima Virgen de la Peña”. Conferencia impartida en Puebla de Guzmán, 17 de septiembre 2022.
[80]En la Misa Pontifical intervino el Prefecto de Liturgia de entonces, D. Antonio Salas Delgado, y de ceremoniero adjunto el actual Prefecto de Liturgia, D. Francisco José Feria Reviriego, cuando aún no era sacerdote.
[81]mª. santísima del mayor dolor. – Página web de veracruzaracena
[82]AGOSTO 2010. – Página web de veracruzaracena
[83]GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús. Escultura Mariana Onubense. Opus cit., página 420.
[84]Vid. RODRÍGUEZ BUENO, Pedro. Santa María del Valle, Patrona de La Palma del Condado: historia de una devoción medieval, 2011.
[85]La Palma coronó a la Virgen del Valle (abc.es)
[86]Ibídem.
[87]Hermandad de la Victoria – Huelva
[88]Ibídem.
[89]GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús. Escultura Mariana Onubense. Opus cit., páginas 356-357.
[90]Vid. CHUCENA, Fray Jacinto. Apuntes históricos de la villa de Chucena. Córdoba, 1958, páginas 92-97. Y SÁNCHEZ FRANCO, Martín, Estudio histórico del marquesado de Alcalá de la Alameda. Huelva, 1975.
[91]Ibídem, páginas 358-359.
[92]CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús. “Aspectos cristológicos en la iconografía de la Theotokos”. Universidad de Navarra, página 579.
[93]Ibídem.
[94]Cf. Ibídem, página 578.
[95]Ibídem
[96]Ibídem, página 580.
[97]Ester 2, 17.