La Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Merced volvió a ser el centro espiritual de la jornada, acogiendo la celebración de la Eucaristía presidida por el obispo de Huelva, Mons. Santiago Gómez, acompañado por miembros del Cabildo Catedralicio y numerosos sacerdotes de la diócesis. Desde primeras horas de la mañana, numerosos fieles se acercaron para encomendar sus intenciones a la Virgen en esta fiesta tan arraigada en la vida e identidad de la Iglesia onubense.
En su homilía, el prelado recordó que la solemnidad de la Inmaculada “nos invita a contemplar el amor de Dios reflejado en María, llena de gracia desde el primer instante de su existencia”. Asimismo, animó a los presentes a vivir este tiempo de Adviento “con la esperanza confiada de quien, como María, sabe abrir el corazón a la voluntad de Dios”.
La celebración contó también con el acompañamiento musical del Coro de la Catedral, que interpretó piezas propias de la solemnidad y ayudó a crear un clima de profunda oración.
A lo largo del día, diversas parroquias y comunidades de la diócesis celebraron también actos marianos, rosarios, vigilias y eucaristías en honor de la Inmaculada, subrayando la fuerte tradición mariana que caracteriza a la Iglesia en Huelva. Muchas hermandades se unieron igualmente a la jornada, renovando su compromiso de vivir y difundir la fe a ejemplo de la Virgen.
La jornada culminó ante el Monumento a la Inmaculada Concepción donde tuvo lugar una ofrenda floral a la patrona diocesana.
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