La dimensión pastoral, económica y comunicativa del sostenimiento ha ocupado el centro de estas jornadas que abría, la mañana del jueves, el obispo de Bilbao y responsable del secretariado, Mons. Joseba Segura, y su director, José María Albalad. Seguidamente, Diego Zalbidea, sacerdote y profesor de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra, ofrecía una ponencia en la que explicó la naturaleza, las claves e idiosincrasia del sostenimiento de la Iglesia, señalando “la lógica del don como la inversión más rentable”. A continuación, distintas diócesis compartieron sus propias experiencias en el ámbito del sostenimiento.
La tarde se ocupaba con esa triple mirada al sostenimiento en la que participó el secretario general de la Conferencia Episcopal, Mons. Luis Argüello, que abordó la dimensión pastoral. El vicesecretario para Asuntos económicos de la Conferencia Espiscopal, Fernando Giménez Barriocanal, aportó la dimensión económica. Finalmente, el director de la Comisión Episcopal para las Comunicaciones Sociales, Josetxo Vera, habló sobre la dimensión comunicativa.
Al final de la tarde, los participantes fueron trasladados a la Fundación Pablo VI para asistir a la presentación de la Memoria de Actividades de la Iglesia 2020, en un acto que contó con numerosos testimonios y que culminó el presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Omella, con un “gracias a ti” que dirigió a todos los fieles de la Iglesia, desde los obispos a los niños, “porque cada uno pone la mayor de sus generosidades en hacer visible la inmensa labor de la Iglesia”.
La jornada del viernes comenzaba con una segunda mesa de experiencias en la que han intervenido, vía telemática, Massimo Monzio Compagnoni, responsable del Servicio de Promoción del Apoyo Económico a la Iglesia de la Conferencia Episcopal Italiana; y Bettina Alonso, de la Oficina de Desarrollo de la archidiócesis de Nueva York. Este panel de experiencias ha sido completado con la aportación del vicario para el Patrimonio y Sostenimiento de la Iglesia de la diócesis de Ourense, Raúl Alfonso González, y el ecónomo diocesano de Toledo, Anastasio Gómez.
A continuación, se ha abierto un tiempo de trabajo de las distintas diócesis, agrupadas por provincias eclesiásticas, sobre corresponsabilidad y desarrollo en las diócesis y parroquias del plan de sostenimiento, con un diálogo final con Mons. Joseba Segura y José Mª Albalad en el que se han intercambiado opiniones sobre los fines, objetivos y funcionamiento de estas Comisiones Diocesanas.
En opinión del ecónomo diocesano, Juan Pedro Virella, “el sostenimiento va más allá de la búsqueda de recursos económicos; de hecho no es más que una consecuencia de un trabajo de relación y vinculación entre los fieles, basado en la gratitud que nace de la gratuidad de Dios y desemboca en la generosidad. Lo último que se convierte es la cartera, por eso hay que empezar por la conversión del corazón que, consecuentemente, genera conciencia de pertenencia y compromiso, también en lo económico”.
