Segundo domingo de Cuaresma, llamado Domingo de la Transfiguración, aunque Lucas no lo nombra como tal. Hemos pasado del retiro de Jesús en el desierto y la tentación del diablo a la gloria que se muestra en la Transfiguración de Jesús.
Lucas en el Evangelio apunta claramente a la Resurrección de Jesús. Anuncio que no entienden sus acompañantes.
Muchas veces no vemos ni entendemos lo que temenos delante, aún siendo nosotros mismos los que no lo permitimos, pues tenemos dudas, temores…, y el no saber que pasará nos hace tener miedo y, como condición humana, entramos en pánico.
Uno de los actos más importantes de la fe es estar atento, escuchar y cumplir.Dios nos dice “Este es mi hijo, Escuchadlo”, Él quiere que lo reconozcamos como Hijo de Dios para que creamos en Su Palabra, esto nos da seguridad, nos da confianza porque seguimos al Señor que resucitará; pero ¿estoy atento y escucho la Palabra del Señor?, ¿soy capaz de entender su mensaje? Estoy de verdad preparado para aceptar lo que Él me dice.
Con esperanza y fe, Dios nos libra de las dificultades de la vida para mostrarnos su gloria. Se nos muestra el final del camino, el final que nos ha preparado tras esta vida.
Él también nos enseña con su entrega y su sacrificio.
Preparémonos para escuchar. En palabras de Samuel: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”
Delegación Diocesana de Hermandades, Cofradías, Santuarios y Piedad Popular