El pasado fin de semana, los días 14 y 15 de junio, el Seminario Diocesano de Huelva se convirtió en el hogar temporal de varias parejas de novios que participaron en un nuevo curso de preparación al matrimonio organizado por la Delegación Diocesana de Familia y Vida.
El curso ofreció un itinerario integral que abordó los fundamentos del matrimonio cristiano desde una perspectiva actual y vivencial. A lo largo del fin de semana, las parejas pudieron ahondar en temas esenciales como el valor de la familia, el don de los hijos, el papel de la sexualidad como lenguaje del amor, la gestión de las dificultades, y las claves para construir una relación duradera, basada en la entrega mutua y en Dios.
Además de las charlas y dinámicas formativas, el ambiente propició el encuentro y el compartir. Hubo espacios para la oración, el diálogo en pareja y momentos de convivencia fraterna durante las comidas, que permitieron forjar lazos entre los participantes y sentirse acompañados en el camino que emprenden juntos.
Las reacciones no se hicieron esperar. Las parejas destacaron el tono cercano y realista de las intervenciones, así como la profundidad de los testimonios compartidos. “Nos ha sorprendido gratamente. Nos llevamos mucho más de lo que esperábamos”, afirmaba uno de los asistentes. Otros hablaban de una vivencia “inolvidable”, donde experimentaron con fuerza la presencia de Dios y redescubrieron el matrimonio como una vocación llena de sentido y de futuro.
Uno de los aspectos más valorados fue precisamente la autenticidad y entrega del equipo de formadores, cuya dedicación y testimonio personal dejaron huella en los corazones de los participantes. “Salimos con herramientas reales para mantener vivo el amor, y con más fuerza y esperanza para comenzar nuestra vida juntos”, compartía otra pareja al finalizar el encuentro.
Para muchos, ha sido un antes y un después. Un punto de partida nuevo, desde el que mirar al otro, a la vida y a Dios con ojos renovados. Porque cuando el amor se cimenta en la fe, cobra un horizonte que trasciende lo inmediato y abre puertas a una plenitud que solo puede venir de lo alto.
Desde la Delegación Diocesana de Familia y Vida expresan «nuestra profunda gratitud a Dios por cada uno de los novios que han dado este paso, y por el equipo que, con generosidad, ha hecho posible este fin de semana. Confiamos en que la semilla sembrada siga creciendo y dando fruto abundante en cada uno de sus proyectos de vida.»
El amor vivido con Dios no tiene fecha de caducidad.
Las inscripciones para los próximos cursos ya están abiertas. Puedes obtener más información e inscribirte a través del siguiente [enlace].

