La Iglesia Diocesana de Huelva ha alertado desde hace varios años de la situación de vida insostenible de estas personas. Las condiciones de falta de acceso a derechos, el agravamiento emocional y la perpetuación de condiciones de exclusión social tan severas y prolongadas en el tiempo, agravan, más si cabe, la realidad de estos asentamientos chabolistas y de las personas que malviven en ellos.
La falta de alternativas habitacionales dignas, unida a la prohibición de construir infraviviendas, hace que muchas personas vivan en un espacio muy pequeño, hacinadas e incrementando así el riesgo a accidentes como el ocurrido.
Nunca como ahora se pone de manifiesto la necesidad de elaborar un plan que integre medidas a medio y largo plazo y que conduzcan a la erradicación de estos asentamientos y a las causas estructurales que propician la aparición y consolidación de los mismos.
Las entidades mencionadas llevan años alertando y denunciando la total vulneración de derechos humanos a la que se ven sometidas miles de personas que malviven en estos asentamientos y que, a fecha de hoy, siguen poniendo rostro a una de las realidades de exclusión más duras que se dan a nivel autonómico, nacional y europeo.
Cáritas Diocesana de Huelva y el resto de entidades eclesiales firmantes, en su trabajo diario de acoger, proteger, promover e integrar a las personas migrantes en cada una de sus necesidades, no olvidan, como dice el Papa Francisco que lo que está en juego es el rostro que queremos darnos como sociedad y como vida humana.
Cáritas Diocesana de Huelva
Secretariado Diocesano de Migraciones
HOAC-Huelva