Recientemente hemos conocido vuestro nombramiento como nuevos delegados diocesanos para la Familia y Vida. ¿Cómo recibís este encargo del Obispo?
Para empezar, con gran asombro y una sensación de vértigo enorme. Nuestro nombramiento, al día siguiente de reunirnos con el Sr. obispo de Huelva, Don Santiago Gómez Sierra, hemos de decir y reconocer que nos ha quitado el sueño varias noches. Una vez meditada en nuestros corazones y en nuestro matrimonio, en estos escasos 15 días, la tarea encomendada la asumimos con mucha ilusión y muchas ganas de trabajar en la misma.
La Delegación Diocesana para la Familia y Vida tiene un largo recorrido con formación, encuentros y recursos consolidados. ¿Qué líneas tendrán continuidad y cuáles serán vuestras prioridades de cara al próximo curso?
Nosotros queremos dar continuidad a todas las líneas de acción que muy amablemente han elaborado y nos han cedido José Antonio y Pepa, los delegados salientes de esta pastoral. Nuestra mayor preocupación ahora mismo se centra en la búsqueda de un equipo de personas que posibiliten continuar con los frentes abiertos pues nuestra situación personal, familiar, laboral y geográfica hacen imposible que la Delegación funcione como lo venía haciendo hasta ahora.
Partiendo de la propuesta del Sr. Obispo y del Consejo Episcopal para esta Delegación Diocesana para la Familia y Defensa de la Vida nuestras líneas son:
Continuar con renovado impulso la necesaria actividad pastoral ordinaria (Aula de Familia, Servicio de Orientación Familiar, Atención Pastoral a la Casa Familia Oasis y Programa de Familia de Caritas Diocesana)
Seguir con las líneas de acción coincidentes con las señaladas por la Subcomisión para la Familia y Defensa de la Vida de la C.E.E (adhesión al nuevo Directorio Nacional de Pastoral Familiar, Testamento Vital)
Comenzar nuevas líneas de acción (promoción grupos de novios y jóvenes matrimonios, potenciar la pastoral de acompañamiento de los matrimonios, intensificar el acompañamiento de las parejas en crisis, compartir iniciativas con los Colegios Católicos y otras Delegaciones y Secretariado de la Pastoral de los Mayores)
Celebraciones al ritmo del Calendario Litúrgico relacionadas con nuestra delegación (Día de los abuelos, de la Sagrada Familia, de la vida Ascendente, jornada por la vida, Pascua de la Familia y Semana de la Familia.
El aborto, la eutanasia, el vínculo matrimonial o la educación de los hijos son constantes preocupaciones de las familias cristianas. Desde hace años, la Delegación Diocesana para la Familia y Vida viene acompañando estas inquietudes y así seguirá siendo…
Por supuesto que estos temas en una sociedad como la actual, en la que los cristianos nadamos contracorriente, tendrán un protagonismo y una relevancia enormes en nuestra Delegación, intentando servir de soporte y ayuda a las familias que lo necesiten o soliciten.
El próximo 24 de julio celebraremos la II Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, instaurada por el Papa Francisco. ¿Cómo crecer en el cuidado y en la acogida de la ancianidad como tesoro para la familia y para la Iglesia?
Está entre nuestras prioridades, prestarles una atención espiritual y un acompañamiento en su soledad, enfermedad y ancianidad. También queremos hacer presente esta Delegación en las Residencias de ancianos, Centros de día, Hogares del pensionista, Cáritas y otras instituciones. Nos preocupa de un modo especial, en un mundo muy digitalizado, el analfabetismo que estas personas manifiestan a la hora de realizar cualquier tipo de gestión o trámite administrativo. Para ello queremos implicarnos y contar con la ayuda de nuestros jóvenes.
Se acaba de clausurar el X Encuentro Mundial de las Familias y el Año Familia Amoris Laetitia. ¿Qué ecos o impulso creéis que tendrán estos acontecimientos en el devenir de la delegación?
Somos conscientes de que ambos acontecimientos están ya dando sus frutos.Para no ir más lejos, en nuestro caso particular y gracias al retiro de Proyecto Amor Conyugal, que hicimos en febrero en Córdoba, alentados por nuestros sacerdotes Don Francisco Miguel Valencia y José Antonio Castilla nuestra vida matrimonial y familiar y nuestro compromiso e implicación con la iglesia han dado un giro de 180 grados.
¿Qué importancia tiene la implicación de las familias en la vida de la Iglesia?
Consideramos que en las familias cristianas los matrimonios debemos implicarnos de una forma mucho más activa en la iglesia para ser modelo ante los hijos, la familia y la sociedad.
Un mensaje a las familias católicas de la diócesis.
La familia católica, núcleo de nuestra sociedad y nuestro mundo, debe ser la fuente principal del amor y el testigo más fiel de Dios. Sin ello y sin unos valores y unas virtudes acordes con el mensaje evangélico de Cristo, difícilmente conseguiremos los cambios que todos anhelamos. Es fundamental que, como decía San Juan Pablo II, “no tengamos miedo” y demos un paso al frente en nuestras parroquias y en nuestra diócesis y nos animemos a ser católicos activos, cada uno en función de los dones recibidos del Señor.