La trata de seres humanos es un delito grave que viola los derechos humanos y la dignidad de las personas. Implica la explotación criminal de los más vulnerables con el único propósito de obtener ganancias económicas.
Las personas que tienen que migrar por motivos humanitarios, hambre, guerras, persecución… son particularmente vulnerables a ser víctimas de trata y no todas saben o pueden buscar ayuda para salir de esa situación de explotación, de esclavitud. Así nos lo contaba el Papa Francisco: “Una de las heridas más dolorosas de nuestro tiempo es la herida abierta de la trata de seres humanos, una moderna forma de esclavitud que viola la dignidad, don de Dios, de tantos de nuestros hermanos y hermanas”.
Francisco, nos transmite el deseo de que nos detengamos a escuchar este grito desesperado de tantos que padecen esta realidad comprobada y a la que hay que combatir. Además, entre las causas que están detrás de este flagelo, señala “la corrupción de los que están dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de enriquecerse”.
Visibilizar y sensibilizar esta la situación de abuso y explotación de personas debe de convertirse en una prioridad y una obligación de todo ser humano y en particular de los cristianos, donde trabajando juntos por un mundo más justo, más solidario, nos lleve a implicar a toda la sociedad en el tema del tráfico de personas, una lucha en red contra el mal, que también trabaja en Red.
Desde el Secretariado de Migraciones de la Diócesis de Huelva, expresamos nuestra repulsa y una enérgica condena hacia la trata de personas y mostramos con igual ímpetu el apoyo incondicional a las víctimas de la misma.
Secretariado Diocesano de Migraciones