Son las hermanas Margarita, Felisa y Covadonga -esta última es la superiora- quienes ayudan actualmente con una gran labor en la parroquia Apóstol San Pedro de Cartaya. Ellas, precisamente la hermana Margarita permanece en Cartaya desde el principio, cuando llegó junto a la hermana Teodora el 16 de noviembre de 1972 -siendo obispo de Huelva Mons. Rafael González Moralejo-, continúan entregando sus vidas a las necesidades pastorales de la parroquia, algo que la comunidad viene haciendo desde hace 50 años.
Con tal motivo, este jueves, 17 de noviembre, el obispo de Huelva, Mons. Santiago Gómez, presidirá la Misa de acción de gracias en la parroquia de la localidad costera, a partir de las 18.30 horas. Concelebrará el párroco de Cartaya, Manuel Domínguez, y el sacerdote cartayero José Ramos, así como otros sacerdotes diocesanos, y será una emotiva celebración junto a las hermanas y fieles de Cartaya a la que también asistirá la Madre Isabel González, general de la congregación, acompañada de la secretaria, Sor Iliana Pineda.
El párroco de Cartaya, Manuel Domínguez, ha valorado la labor de la comunidad de Hermanas Franciscanas de Ntra. Sra. del Buen Consejo en Cartaya, una presencia que “es siempre un regalo y un don que se ha visto en la parroquia”, ha señalado. En este sentido, recuerda que el sacerdote D. Lorenzo Limón Velez (fallecido en 2017), párroco de Cartaya cuando llegaron las primeras hermanas en 1972, le decía cuando se enteró que le enviaba el Obispo a Cartaya que “gracias a Dios que están las monjas allí, a mí me sirvieron de mucha ayuda, y espero que a ti también”. Y así ha sido, ha subrayado Manuel Domínguez, “donde el párroco no llega, las monjas sí llegan. Gracias a la presencia de las monjas se ha notado la unidad y la continuidad a través de los cambios de los distintos párrocos”.
En el ámbito de la parroquia, las monjas trabajan en distintas parcelas: catequesis de adultos de confirmación, monitores de grupos de Lectura Creyente de la Palabra, formación de catequistas de confirmación y responsables de esta área, grupo de visitadoras de enfermos, llevan la comunión a los enfermos, organizan el grupo de lectores-liturgia y se encargan también del archivo parroquial. Además, visitan a las familias en situaciones difíciles y están en coordinación con el grupo de Cáritas.
El párroco de Cartaya también destaca que “a lo largo de estos cincuenta años han demostrado su capacidad para adaptarse a las distintas circunstancias y problemas que se han vivido en la parroquia y han desarrollado su labor de servicio a la parroquia de forma constante e incansable, y siempre fieles a Jesucristo, a su carisma y a la Iglesia”, motivo por el que agradece el servicio de las hermanas durante estas cinco décadas.
En estos cincuenta años en la diócesis onubense, la comunidad de las Hermanas Franciscanas de Ntra. Sra. del Buen Consejo, también estuvo presente durante unos años en Palos de la Frontera, aunque actualmente solo permanece la comunidad residente en Cartaya.