En 2023 se cumplen 50 años de la concesión para España, por parte de la Santa Sede, de la fiesta litúrgica de Cristo Sacerdote, que desde 1973 quedó incluida en el calendario litúrgico nacional, el jueves posterior a Pentecostés.

En aquella época (tiempo de la crisis postconciliar, de la asamblea conjunta de obispos y sacerdotes en España, del sínodo sobre el sacerdocio ministerial y la justicia en el mundo…) se podía percibir que la cuestión de cómo entender el ministerio sacerdotal era uno de los puntos neurálgicos en la Iglesia, que no se podía aclarar sin mirar a Cristo, y éste sacerdote (cf. 1Co 2,2). Así lo veía José María García Lahiguera cuando propuso la introducción de esta celebración en la liturgia.

Aunque la reforma entonces en curso mantenía un criterio restrictivo en cuanto a la introducción de nuevas fiestas en el calendario, el prefecto de la Congregación para el Culto Divino, cardenal Tabera, consultado por los obispos españoles sobre el particular, respondió:

• La Congregación no puede no ser favorable a las razones de una tal iniciativa: una Misa y un Oficio en honor de Jesús Sumo y Eterno sacerdote parece muy oportuna para reafirmar la fe del pueblo cristiano en el sacerdocio de Cristo y en el sacerdocio católico y para alimentar el amor y el deseo en las filas juveniles de nuestro tiempo. Es un misterio este del sacerdocio de Cristo y el sacerdocio ministerial que debe ser enfocado de modo constante; y a este fin responde de manera egregia la liturgia, como ya afirmaba Pío XI con ocasión de la institución de la fiesta de Cristo Rey.

• Cuando la Conferencia Episcopal llegase al acuerdo de introducir tal celebración, la Congregación está dispuesta a conceder los textos litúrgicos para la celebración en honor de Jesús Sumo y Eterno sacerdote, ya aprobados por la misma después de un atento examen y que reflejan los varios y ricos aspectos de dicha celebración¹.

La Conferencia Episcopal Española, en su XVIII Asamblea Plenaria celebrada en julio de 1973, debatió y aprobó la propuesta presentada por Mons. García Lahiguera. En el debate quedaron resaltadas las motivaciones pastorales a favor de la iniciativa:

• Desde el punto de vista pastoral, podía ayudar a los sacerdotes a encontrar y vivir su identidad sacerdotal, contemplando a Cristo Sacerdote como modelo y origen de su vocación. También se reconocía su interés en línea de pastoral vocacional.

• Recordaría a los bautizados su dignidad de pueblo sacerdotal, en el cual el sacerdocio común y el sacerdocio ministerial participan cada uno a su manera del único sacerdocio de Cristo y están ordenados el uno al otro (cf. Vaticano II, LG 10). Pues los fieles, llamados a ofrecerse a sí mismos como hostia viva, santa y grata a Dios (Rm 12,1), se unen al sacrificio de Cristo en la eucaristía, que los sacerdotes renuevan y ofrecen en la persona de Cristo. Aspectos pertenecientes a la raíz del mysterium salutis, quizá algo olvidados por los fieles.

Por estas razones, los obispos aprobaron la inclusión la Fiesta de Cristo Sacerdote en el Calendario Litúrgico de España, El presidente de la CEE cardenal Tarancón elevó la instancia a la Santa Sede, que la concedió el 22 de agosto de 1973.

Actualmente, las circunstancias de aquellos años han cambiado en ciertos aspectos, pero el problema del sacerdocio y de la espiritualidad y ministerio de los sacerdotes sigue estando en el primer plano de las preocupaciones de la Iglesia. Entonces como ahora, es necesario contemplar a Cristo, y este, Sacerdote, como origen de la santificación del mundo y modelo de la santidad sacerdotal.

¹ SACRA CONGREGATIO PRO CULTU DIVINO, Prot. N. 429/73.