Con el acto oficial de apertura del Curso Académico 2023-2024 en el Seminario Diocesano e Instituto Teológico San Leandro se abría, en la tarde de ayer lunes 2 de octubre, una semana en la que darán inicio varios de los cursos más demandados de la oferta de la institución formativa de la Diócesis de Huelva: el Curso de Teología y Pedagogía para la Enseñanza de la Religión que da acceso al título DECA (Declaración Eclesiástica de Competencia Académica) para los ciclos de Infantil y Primaria, que arranca esta misma tarde; el Curso de Pedagogía y Didáctica de la Enseñanza Religiosa, requisito para el título DECA para Secundaria y Bachillerato, que comenzará mañana, 4 de octubre; y, finalmente, el segundo año del Curso Básico de Formación Cristiana, que se inicia este próximo jueves, 5 de octubre.
El programa se iniciaba con las palabras del obispo de Huelva, Santiago Gómez Sierra, que señaló la relevancia de este Instituto Teológico en la vida de la diócesis como herramienta de formación teológica para futuros sacerdotes, diáconos permanentes, religiosas y laicos, y al servicio de la evangelización. A las palabras de bienvenida de D. Santiago se unió el rector del Seminario Diocesano, Juan José Feria Toscano, que recordó que el Seminario es el corazón de la diócesis y solicitó a los presentes que pidieran a Dios por las vocaciones para que tengamos más sacerdotes, “necesarios para actualizar la Salvación de Cristo recibida por su muerte redentora y su resurrección”, para que formándose puedan servir mejor a la Iglesia. Por su parte, el presidente y decano de la Facultad de Teología San Isidoro de Sevilla, Manuel Palma Ramírez, que remarcó la importancia del vínculo de nuestro Instituto con la Facultad con la novedad este año de poder realizar los estudios teológicos a través de la modalidad a distancia del Bachiller en Ciencias Religiosas abierta para alumnos de la diócesis de Huelva. El decano acentúo que la importancia de los estudios teológicos radica en que “nos abre el conocimiento al Corazón de Cristo, pues ese es el objetivo fundamental: crecer en el camino hacia el encuentro con el Señor”.
A continuación, el director del Instituto Teológico, Francisco Javier Real Álvarez, fue el encargado de presentar al ponente, el Dr. Carlos López Segovia, vicesecretario de Asuntos Generales de la Conferencia Episcopal Española, promotor de Justicia del Tribunal de la Rota, profesor de Derecho Canónico de la Universidad Católica de Valencia, entre otros méritos que subrayó su presentador. D. Carlos disertó sobre los retos de la Iglesia Católica ante el Jubileo del 2025, entre los que destacó: la necesidad de distinguir en la Iglesia lo esencial de lo accidental para defender los fundamentos de la fe recibida, de lo que tenemos la responsabilidad de transmitir a la presente y a las futuras generaciones; vivir la comunión en la complementariedad de los carismas y estados, ocupando cada uno su lugar; y, finalmente, la presencia evangelizadora en el mundo digital como un reto que ya debe estar en marcha. El ponente ilustró estas ideas con múltiples referencias y anécdotas nacidas de su propia experiencia al servicio de la Iglesia a lo largo de sus más de veinte años de sacerdote.
Tras la lección inaugural, la capilla del Seminario Diocesano, acogió la Misa votiva de Espíritu Santo presidida por el Obispo y concelebrada por el vicario general, P. Emilio Rodríguez Claudio, y el rector del Seminario. En su homilía, D. Santiago, comentando la lectura del Evangelio leído en la liturgia de la Palabra (Jn 16,12-15) recordó que es el Espíritu Santo que habita en nosotros es quien nos asiste y nos lleva hasta el conocimiento de la Verdad plena, un conocimiento cada vez mayor, más profundo e íntimo. En el transcurso de la celebración, tuvo lugar la profesión de fe y el juramento de los nuevos miembros del claustro de profesores, los licenciados Freddy Enrique Uzcátegui Rodríguez, Juan Manuel Moreno Orta y Daniel Tur García. El Obispo agradeció a las autoridades, responsables de delegaciones, secretariados e instituciones de la Iglesia, profesores, alumnos y familiares de seminaristas su amistad, cercanía y acompañamiento a la comunidad del Seminario e Instituto Teológico. Al concluir, el rector del Seminario invitó a los asistentes a una copa de vino español.
