n_logo-diocesis-huelva

diocesisdehuelva.es

PORTAL DE LA IGLESIA CATÓLICA EN HUELVA

Domingo VI de Pascua. Ciclo B

Publicado:
2 mayo, 2024
Esto os mando: “que os améis unos a otros” | VI Domingo de Pascua (Jn 15,9-17)

“Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros.”

Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; 

¿Cómo ama el Padre? Ama paciente, misericordioso, de forma creadora, creativa donde todo puede comenzar de nuevo una y otra vez y sin medida. 

Este es el modo en que aprendió amar Jesús, aprendió a acompañar a cuidar a servir (como su padre al pueblo de Israel) desde la realidad propia de cada persona. Es personal, es humanizador.

“Permaneced en mi amor” ¿Qué quiere decir? Que nosotros tenemos que asumir sin miedo, sin reparos, sin reservas, sin límite, su modo de actuación.

Amar como nos ama Jesús, es pasión por las personas y por la vida.

El amor se realiza en la vida de cada día, con nuestras actitudes, en las acciones;  si no, no es amor; El amor es concreto:

“Es aquel que encuentro en mi camino y que, con su rostro y su historia, me interpela; es aquel que, con su misma presencia, me impulsa a salir de mis intereses y de mis seguridades; es aquel que espera mi disponibilidad a escuchar y a hacer una parte de camino juntos. Disponibilidad hacia cada hermano y hermana, sea quien sea y en cualquier situación que se encuentre, empezando por quien está cerca de mí en la familia, en la comunidad, en el trabajo, en la escuela… De esta manera, yo permanezco unido a Jesús, su amor puede alcanzar al otro y atraerlo a sí, a su amistad. Y este amor por los demás no se puede reservar a momentos excepcionales, sino que se debe convertir en la constante de nuestra existencia. Es por esto que somos llamados, por ejemplo, a cuidar de los ancianos como un tesoro precioso y con amor, incluso si crean problemas económicos y dificultades, pero debemos cuidarlos. Es por esto que a los enfermos, también si están en la última etapa, debemos dar toda la asistencia posible. Por eso los no nacidos deben ser siempre acogidos; por esto, en definitiva, la vida debe ser siempre tutelada desde la concepción hasta su ocaso natural. Y esto es amor. Nosotros somos amados por Dios en Jesucristo, que nos pide amarnos como Él nos ama. Pero eso no podemos hacerlo si no tenemos en nosotros su mismo Corazón.” Regina Coeli, reflexión del Papa Francisco, Plaza de San Pedro, Roma, 6 de mayo de 2018. 

Cuando Jesús nos dice: “No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca.

Nos plantea dos aspectos importantes: uno, que ser seguidor de Jesús, o desempeñar alguna misión o servicio en su nombre, no es un asunto personal sino de Dios; Él nos elige a cada uno y somos enviados por él.

Y otro, que los frutos en nuestra misión dependen de la experiencia personal de cada uno; al sentirnos unidos a Él.

Así pues, experimentar que somos capaces de amar a las personas con el mismo amor que el Señor nos tiene, y junto a  esto, sentirnos invitados y enviados por Él, sin apoderarnos de nada, para ir a donde haya urgencia de generosidad y servicio, así es como puede surgir la alegría, y la felicidad  que llena de sentido nuestra existencia. Una alegría que da razón a nuestra esperanza. 

Tengamos presente que hoy, día 5 de mayo de 2024, celebramos la Pascua del enfermo con el lema “Dar esperanza en la tristeza”. En nuestra diócesis, lo celebramos a nivel parroquial.

 MarÍa Ferrer Milán
Directora del secretariado de Pastoral de la Salud

Te puede interesar