El Jubileo Circular es un ejercicio piadoso de antigua tradición en la Iglesia, que busca promover entre los fieles la experiencia del encuentro con Jesús Sacramentado, llevando el culto eucarístico a distintos ambientes y lugares mediante la exposición prolongada de S.D.M. de manera rotatoria por turnos de tres días en numerosas iglesias de una ciudad.
Historia
La práctica tiene sus antecedentes en la Roma del siglo XIII en la que los fieles se congregaban por turnos para adorar al Santísimo Sacramento durante cuarenta horas, rememorando el tiempo que según la tradición permaneció el cuerpo inerte de Cristo en el sepulcro.
Su impulso definitivo se produciría en Milán durante el siglo XVI, de la mano de San Antonio María Zaccaria que lo promueve cada año desde 1527 como acto de desagravio durante el triduo de carnaval, y posteriormente por parte de San Carlos Borromeo en Roma, que es quien suscita la continuidad durante todo el año con turnos de tres días de manera rotatoria por los distintos sagrarios de la ciudad.
Sería Clemente VIII, por medio de la Constitución Graves diuturnae, de 25 de noviembre de 1592, quien establecería su institucionalización marcando las pautas para su práctica, disponiendo que se establezcan turnos de tres días en todos los templos de la ciudad, de tal manera que se mantenga la adoración al Señor sin interrupción durante todos los días del año. También Clemente VIII, mediante las Letras Apostólicas dadas en Roma el 15 de Mayo de 1601, quien establece la denominación y carácter jubilar de la devoción al conceder la Indulgencia plenaria a los fieles que de manera prolongada participen en la adoración del Santísimo Sacramento en alguno de los días asignados, con las debidas condiciones generales de confesión y comunión sacramental durante ese tiempo, así como la oración por las intenciones del Santo Padre.
Poco después, Urbano VIII con la Bula Ad augendam fidelium Religionem, de 30 de Noviembre de 1641 establece el Jubileo Circular de las Cuarenta Horas para toda la Iglesia.
Sería Clemente XIII quien, por Decreto de 23 de julio de 1765, eliminó la concesión pontificia al hacer extensivo el Jubileo “a cualquier iglesia particular en donde quiera que se celebrase la piadosa oración de las Cuarenta Horas.
Las dificultades de los signos de los tiempos hicieron que por Breve de 20 de Diciembre de 1793 de Pio VI, se permita la posibilidad de suspender la adoración por el tiempo de la noche y de interrumpirse durante el día cuando así lo aconsejen las circunstancias.
El Jubileo Circular hoy
Esas circunstancias de todos conocidas, incrementadas en nuestros días por múltiples factores, hace que hoy se configure como un turno de adoración de tres días en la que cada entidad que lo asume ofrece a sus miembros y a los fieles en general el acercarse al Señor, vivo y presente en la Eucaristía, para poder experimentar el silencio contemplativo de su presencia.
Unas veces es ocasión para pedir perdón por nuestras faltas y pecados, reconociendo así, con humildad, que sólo Él tiene el poder para perdonarnos y que lo ejerce por medio de sus sacerdotes en el confesionario, renovando nuestra confianza en su misericordia. Otras veces es la necesidad de reconocernos contingentes y necesitados de alimentar la esperanza en su Providencia. Otras es el punto de partida para el seguimiento, para ser su discípulo.
Pese a las limitaciones que marcan los tiempos, en aquellos lugares donde está establecido esta práctica se ha experimentado un significativo incremento de la devoción al Santísimo Sacramento, constituyendo la invitación a la adoración una verdadera oportunidad de animación pastoral para aquellas parroquias, hermandades o asociaciones que participan.
Como nos dijera San Juan Pablo II, en su carta Dominicae cenae, “la Iglesia y el mundo tienen una gran necesidad del culto eucarístico. Jesús nos espera en este sacramento del amor. No escatimemos tiempo para ir a encontrarlo en la adoración, en la contemplación llena de fe y abierta a reparar las faltas graves y delitos del mundo. No cese nunca nuestra adoración”.
No se trata de buscar la organización de actos comunitarios donde se evalúe lo cuantitativo -que siempre son convenientes y beneficiosos-, sino simplemente acompañar la exposición de S.D.M. ofreciendo al Señor a nuestros hermanos en todos los rincones de la ciudad y durante todos los días de año.
El Jubileo Circular en la ciudad de Huelva
En la ciudad de Huelva, esta piadosa práctica se estableció el 12 de febrero de 2024, Solemnidad de la Dedicación de la Santa Iglesia Catedral, y desde entonces más de sesenta entidades entre instituciones diocesanas, parroquias, hermandades, congregaciones religiosas, colegios católicos… se han sumado hasta esta iniciativa, teniendo expuesto a S.D.M. para el encuentro de los fieles.
Mensualmente se hacen públicos los turnos asignados a cada una de las entidades que se han unido a esta iniciativa, estando abierta a cuantos quieran sumarse para alentar en cada ámbito la adoración eucarística. Aquellas entidades que quieran incorporarse al Jubileo Circular pueden hacerlo en el email piaunionsantisimo@hotmail.com.
Animamos a todos los fieles a acompañar y adorar al Señor Sacramentado cuando el Jubileo Circular llegue a su entorno.
ALABADO SEA JESUS SACRAMENTADO
Delegación Diocesana para la Liturgia
Pía Unión de Adoradores del Santísimo Sacramento