La Custodia procesional mejicana de Villarrasa

Publicado:
19 junio, 2025
La parroquia de San Vicente Mártir de Villarrasa, conserva un interesante conjunto de orfebrería mexicana, fruto del mecenazgo de Pedro Ximénez Delgado, gran devoto de la Virgen de los Remedios.

El 14 de febrero de 1675 donó a la ermita de la Misericordia un frontal de plata, un cáliz con su patena, dos vinajeras con su salvilla, y un par de blandones, que trajo de México[1]. El frontal de altar sirvió en la misa que ofició san Juan Pablo II en Huelva el 13 de junio de 1993. A esas obras se suma la pieza que nos ocupa hoy: un ostensorio eucarístico procesional, también conocido como custodia de asiento, también de origen mexicano. Podría deberse a otra donación del mismo Ximénez a la Hermandad Sacramental o a la Parroquia, o bien a un legado de otra persona distinta, aunque próximo en su datación.

La finalidad de este ostensorio es la adoración a la Sagrada Eucaristía en la procesión del Corpus Christi, fiesta instituida por la bula Transiturus de hoc mundo, del Papa Urbano IV, fechada el 11 de agosto de 1264, y confirmada por Clemente V en 1312. Como afirma Righetti, «todo lo que el celo del clero y la fe ardiente del pueblo, secundado por sus gobernantes, pudo encontrar de pomposo, de rico, de sumamente decorativo, todo fue admitido al servicio del Rey de la gloria, para hacer más triunfal su paso por las calles de los barrios y de las ciudades»[2].

CUSTODIA DE ASIENTO

Localización: Villarrasa. Parroquia de San Vicente.
Autor: Anónimo mexicano.
Año: h. 1675
Material: Plata dorada, fundida, cincelada y repujada
Dimensiones: 0,86 m.

La custodia procesional o de asiento, a diferencia del ostensorio de mano, tiene como función ser llevada en procesión sobre unas andas. Se alza sobre una plataforma de madera dorada mixtilínea, cuadrilobular. La obra de orfebrería comienza con una base circular, seguida del astil, compuesto de tres elementos: uno cilíndrico, un nudo ovoide y una taza, todo adornado con cabujones de esmaltes y gallones con asas. El ostensorio propiamente dicho se compone de dos cuerpos: el cuerpo central tiene forma de templete de planta cuadrada, con dobles columnas toscanas en sus ángulos, que reciben un entablamento rectilíneo, y que se rematan en sendas perinolas. El espacio interior se cubre con una bóveda esférica. Todo ello sirve para albergar un gran viril de rayos agudos y flameantes calados.

Entre las columnas de los ángulos se sitúan los cuatro Padres de la Iglesia latina, en figuras de bulto redondo: San Gregorio Magno, con tiara y capa pluvial; San Jerónimo, con el capelo cardenalicio sobre la espalda; San Ambrosio, revestido de pontifical, con mitra y libro; y San Agustín, también de pontifical, con libro, la casa símbolo de la Ciudad de Dios, y fragmento del báculo.

En la plataforma superior, entre las referidas perinolas hay cuatro esculturillas de santos y santas: Santo Tomás de Aquino, San Juan de la Cruz, Santa Catalina de Siena y Santa Teresa de Jesús, dos dominicos y dos carmelitas. Cuatro pilastras sostienen la estructura arquitectónica circular, cubierta con casquete esférico. Y en su interior aparece una Virgen María con el Niño en sus brazos, que porta la bola del mundo en la mano izquierda. Todo el conjunto se corona con una cúpula, que culmina con la escultura itinerante del Patriarca San José con el Niño Jesús.

Desde el punto de vista estilístico, podemos situar esta obra en los inicios del barroco, como continuadora de las formas del Bajo Renacimiento: tanto los elementos estructurales (columnas y bóvedas) y decorativos (cabujones de esmaltes, ces contrapuestas, asas), como las esculturas por su marcado contrapposto y curva praxiteliana.

La procedencia de la pieza queda perfectamente documentada como obra de platería mexicana, gracias al punzón de la ciudad de México que se repite por tres veces. Dicha marca se compone de una M con una pequeña o superpuesta, sobre la que aparece una cabeza humana de perfil. En cuanto a la fecha de construcción, nos sirve de referencia la beatificación de San Juan de la Cruz, que tuvo lugar en 1675.

Publicado en Huelva Información, 19-06-2025, pág. 18

                                                                                                 Manuel Jesús Carrasco Terriza

            Figuró en la Exposición Ave verum Corpus, en el cincuentenario de la Diócesis[3].


[1]  HEREDIA MORENO, María del Carmen, La orfebrería en la provincia de Huelva, Huelva, 1980. T. II, págs. 204-209. PALOMER0 PÁRAMO, Jesús Miguel, Plata labrada de Indias. Los legados americanos a las iglesias de Huelva. Huelva, 1992, págs. 104-105. GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y CARRASCO TERRIZA Manuel Jesús, “Nuevas aportaciones sobre platería mejicana en Villarrasa”, en Laboratorio de Arte 7 (1994) 179-200.

[2] RIGHETTI, Mario, Historia de la Liturgia, Madrid, 1955, t. I, págs. 872-873.

[3] Juan Miguel GONZÁLEZ GÓMEZ, “Anónimo mejicano. Custodia”, en Catálogo de la Exposición Ave verum Corpus, 2004, págs. 388-389.

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