Mañana sábado, 9 de octubre, comenzará la formación para los monitores de los grupos de Lectura Creyente de la Palabra que, a partir del primer domingo de adviento, profundizarán en la figura de María a la luz de los textos evangélicos.
Así lo ha dado a conocer el diácono permanente Juan García, responsable diocesano de estos grupos, en una carta dirigida la pasada semana a párrocos, responsables de arciprestazgos, animadores y participantes en este proyecto de profundización de la Palabra con el método de la Lectio Divina.
“Comenzamos este nuevo curso en unas circunstancias peculiarmente negativas, ya que aunque la pandemia se esté reduciendo y, poco a poco, la vida se va normalizando, en este camino de estos años con pandemia se ha producido una inercia a la indiferencia eclesial y la comodidad de la liturgia a través de los medios y las redes sociales, que ha producido una disminución importante de la vivencia comunitaria de la fe”, comienza Juan García en su carta.
Esta es la razón por la que, apoyado por el obispo, Santiago Gómez, se ha creado un grupo de coordinación diocesana con miembros de cada arciprestazgo para impulsar este proyecto como un medio eficaz para volver a “convocar a la asamblea”. Dadas las circunstancias descritas y el cambio de párrocos en gran parte de la diócesis, esta coordinadora va a realizar un importante trabajo misionero en cada arciprestazgo para reactivar estos grupos en las parroquias tras la pandemia o implantarlos allí donde no existan.
Se trata de una iniciativa llamada a convocar a cristianos que están en la frontera, o aquellos grupos parroquiales que no estén realizando una formación continuada y formal. De este modo, los grupos LCP continuarán, durante el tiempo ordinario, con los contenidos del curso pasado, relativos al Evangelio de Marcos, propio del ciclo litúrgico B.