El obispo de la Diócesis de Huelva, Santiago Gómez Sierra, presidió ayer, 19 de octubre, la misa de apertura del nuevo curso pastoral en la Santa Iglesia Catedral de La Merced.

Comenzó el obispo de la Diócesis onubense su homilía agradeciendo a los asistentes su asistencia al culto en un día tan desapacible en el que la totalidad de la provincia estaba en aviso naranja por lluvia y viento.

En su homilía hizo referencia a que en cada sección de la Pastoral de la Diócesis ”reanudamos nuestro trabajo del curso pero nos invita también a tener una mirada más allá del marco rutinario. De actualizar estas tareas pastorales con una conciencia clara de misión. Somos enviados por Cristo resucitado”, señalaba sobre la misión.

“Con ese envío para bautizar quiere decir que la evangelización no termina con el anuncio de Jesucristo, sino con la incorporación a Cristo y nos incorporamos al Señor por la Iglesia, por el bautismo en esta entrada de los hijos de Dios. Por tanto la misión no es tan solo un anuncio y lo hacemos por los Sacramentos y porque el que nos envía no está ausente, sino presente con nosotros”.

Continuaba monseñor Santiago Gómez Sierra el deseo de reconocer que “formamos parte de Cristo, de su familia, de su cuerpo. Esa comunión que tiene que estar entre nosotros. A veces ponemos el acento en las distintas sensibilidad y pasamos por alto esta realidad. También, vivir la comunión es valorar lo que los otros tienen como dones pues cada uno de los hermanos que formamos esta Iglesia tenemos unos dones. Los movimientos, las asociaciones, el trabajo en un sector u otro de la Pastoral. Las tareas son distintas y cada uno tenemos un don y debemos reconocerlos como Dios nos los ha dado”.

Tras la bendición final, el obispo agradeció nuevamente la asistencia a los fieles a los cuales se les facilitó la Carta Pastoral.