Los días 5, 6 y 7 de diciembre, a las 19.00 h., la Santa Iglesia Catedral acogerá el Triduo en Honor a la Inmaculada Concepción, patrona de la Diócesis de Huelva, que será predicado por el delegado diocesano para la Liturgia, el sacerdote Francisco J. Feria Reviriego. Por su parte, el obispo de Huelva, D. Santiago Gómez Sierra, presidirá la Solemne Misa Estacional de la Purísima Concepción el 8 de diciembre a las 12.00 h.
La Inmaculada Concepción en la Diócesis de Huelva
La Diócesis onubense, toda ella, es un muestrario de devoción a la Inmaculada Virgen María. El rosario de nombres, de ermitas, de hermosas imágenes, de fiestas, con que es honrada la Madre de Dios, es la afirmación de la antigua creencia del Pueblo de Dios y, más tarde, del dogma concepcionista, que no sabe alabar al Santísimo Sacramento sin dejar de bendecir a la Purísima Concepción de la Virgen.
Los mismos signos iconográficos que presentan la mayoría de las representaciones de María: la corona de estrellas, la media luna bajo sus pies, los colores de sus vestidos en muchas ocasiones: rojo y azul, blanco y azul, no hacen sino sumar más datos para el antiguo culto concepcionista en estas tierras.
Los artistas también se han sumado a esta corriente para saludar a María “concebida sin mancha de pecado original desde el primer instante de su ser natural en gracia”, y nos han dejado obras que hoy son patrimonio histórico-artístico: en pintura, en escultura, en orfebrería, en azulejería… Los documentos también se convierten en fedatarios del fervor inmaculista, con los votos de cabildos seculares y eclesiásticos, con el cuarto voto de vida religiosa de los carmelitas de San Juan del Puerto, con los juramentos de las cofradías, etc… Incluso el relato legendario de la invención de las imágenes marianas de Piedras Albas, de El Almendro y Villanueva de los Castillejos, y de la Peña, de Puebla de Guzmán, sitúa su aparición un 8 de diciembre de 1470, lo que ya nos está hablando de la antigua devoción concepcionista.
Cuando se crea la Diócesis de Huelva es lógico que se eligiera a la Inmaculada Concepción como Patrona de la Diócesis junto a San Leandro. Así lo confirmó el papa Pío XII. Es como si el azul de nuestro cielo y el blanco-plata de los ríos quisieran vestir a la Virgen en nuestro suelo onubense, de norte a sur, de este a oeste. Devoción concepcionista que cruzó el mar desde el estuario del Tinto y el Odiel a través de aquellas carabelas que, con la fe en Dios, legó también el origen de la devoción mariana de todo un continente, que invoca a María con el mismo acento y el mismo amor y ternura que se desparraman por las lenguas que dicen “Ave María Purísima” en los dos lados del Atlántico.
Todos los nombres con que llamamos a María en esta tierra bendita, se resumen es esta solemnidad en los de Pura y Limpia, en la Sin Pecado, en la Purísima, en la Inmaculada Concepción, nuestra Patrona, que sigue insuflando las velas de esta barca de la Iglesia de Huelva que surca los mares procelosos de la historia en el seguimiento de Cristo.