“La paciencia todo lo alcanza”, decía santa Teresa de Jesús. Dios es para la santa el último fundamento de esta paciencia, pues “quien a Dios tiene nada le falta: solo Dios basta”. El que pone su vida en manos de Dios sabe que, a pesar de todas las apariencias y de todas las contrariedades de la vida, puede vivir en paz, puesto que su futuro está en el amor fiel de Dios, que nunca nos abandona. Por esto puede permanecer tranquilo, convencido de que nada puede separarnos del amor de Dios (Cf. Rom 8, 35).
La cultura actual nos induce a la inmediatez. Los buscadores de internet nos han acostumbrado a tener la información que buscamos en unos pocos segundos. Y, sin embargo, lo que se consigue deprisa es con frecuencia superficial. Hacer las obras bien hechas requiere tiempo y paciencia. No es algo automático.
Extracto inicial de la Carta Pastoral de Mons. Santiago Gómez Sierra, obispo de Huelva, para el curso pastoral 2023-2024